Este artículo se publicó hace 13 años.
La ANP condena el ataque a la mezquita palestina y pide intervención del Cuarteto
La Autoridad Nacional Palestina (ANP) condenó hoy el ataque a una mezquita en Cisjordania por parte de colonos judíos y llamó al Cuarteto para Oriente Medio a intervenir en esta cuestión que se repite con frecuencia.
El responsable de la ANP para asentamientos, Ghasan Doughlas, se quejó de que "no es la primera vez en que colonos atacan mezquitas", según la agencia de noticias palestina independiente "Maan".
El funcionario palestino exhortó al Cuarteto (integrado por EEUU, la UE, la ONU y Rusia) a que presione a Israel para que cese ese tipo de agresiones.
El ataque se produjo la pasada madrugada en la aldea de Kursa, al sur del distrito cisjordano de Naplusa, y según testigos palestinos, colonos judíos asaltaron la mezquita, rompieron las ventanas y arrojaron neumáticos ardiendo a su interior, quemando parte del mobiliario y libros del Corán.
Una pared del exterior del templo fue pintada con consignas anti-palestinas escritas en hebreo, lo que apunta a que colonos judíos estarían detrás del ataque, que se enmarcaría en la política conocida como el "precio" y por la que la parte más radical del movimiento colono hace pagar a los palestinos las evacuaciones de asentamientos levantados sin autorización del Gobierno israelí.
De acuerdo con la legislación internacional, todos los asentamientos judíos levantados en el territorio ocupado por Israel en 1967 son ilegales.
Los testigos sospechan de que los autores del asalto son colonos residentes del vecino asentamiento de Itzhar, que también habrían tratado de quemar otras viviendas palestinas en la zona y arrojado piedras contra vehículos con placas palestinas.
El suceso se produjo apenas horas después de que la policía israelí procediera a la demolición de tres casas en el enclave judío de Migrón levantadas sin autorización gubernamental.
Alrededor de unos mil oficiales de policía intervinieron en las demoliciones a primera hora del día en ese asentamiento judío situado a unos 14 kilómetros al norte de Jerusalén.
Unos 200 colonos se dieron cita en el enclave e intentaron bloquear las excavadoras policiales, lo que acabó con forcejeos y en la detención de seis jóvenes colonos.
Las demoliciones respondían a una demanda del grupo israelí pro-derechos humanos Yesh Din ante la máxima instancia judicial.
El Estado israelí se había comprometido a ejecutar la sentencia a mediados del pasado mes de julio, pero tras una solicitud del ministro de Defensa, Ehud Barak, por "razones operativas", se pospuso la demolición a una fecha indeterminada en septiembre.
Migron es el más grande y desarrollado enclave ilegal -no autorizado por Israel- levantado en Cisjordania, donde residen unas 50 familias.
La sentencia del Supremo define a este proto-asentamiento judío como "uno de los más difíciles y aberrantes enclaves ilegales cuyo caso ha sido traído ante esta corte".
El portavoz del Consejo de Asentamientos judíos en Cisjordania, Dany Dayán, manifestó que "la decisión de demoler las casas fue adoptada por el Gobierno y no la corte, por lo que por ende la responsabilidad recae en el Gobierno".
Dayán llamó al primer ministro, Benjamín Netanyahu, a "revertir esa decisión", en medio de las quejas de los colonos que acusan al Ejecutivo de tratar de desviar la atención de las protestas sociales que vive el país.
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