Este artículo se publicó hace 12 años.
Un año después del tsunami, japoneses aún buscan desaparecidos
Por Yoko Kubota
La policía japonesatodavía revisa con persistencia el río y su ribera en busca decadáveres de desaparecidos, un año después del poderosoterremoto y el gigantesco tsunami que barrió grandes zonas de lapoblación pesquera de Rikuzentakata.
La ciudad, que tenía fama por una bonita playa y su costaplagada de pinares a los pies de las montañas, ahora es sinónimode destrucción y muerte generalizada tras el triple desastre queasoló la zona.
Lo que era el centro de la ciudad está abandonado en granmedida, lleno de montañas de escombros y un ayuntamiento enruinas. Un pino solitario frente al mar en calma es todo lo queha quedado del bosque.
La pared de agua de 16 metros de altura se tragó el centrode la ciudad y cobró la vida de 1.555 de entre sus 24.240residentes. Un total de 288 siguen en la lista de desaparecidosen la población, situada 400 kilómetros al noreste de Tokio.
Durante meses, los buzos de la policía y los guardacostashan rastreado el mar y los arrozales con la esperanza deencontrar cadáveres. Últimamente, han respondido a peticiones debuscar en zonas específicas procedentes de familias que buscancerrar una etapa.
"Si trabajamos duro, los espíritus de los fallecidos oiránnuestra llamada. Mantenemos los ojos bien abiertos y miramos condetenimiento", dijo Kaname Endo, un agente de una comisaría depolicía situada junto al mar que perdió a cinco de sus 12trabajadores.
El viernes, unos 20 agentes uniformados con botas de agua ychalecos salvavidas naranjas, con palas y cubos, peinaban losarroyos llenos de barro cerca del puerto, una de las pocas áreasque aún no han sido inspeccionadas.
Una excavadora retiraba losas de hormigón y barro de unarroyo particularmente profundo.
La búsqueda de la mañana no arrojó resultados y se lesrecordó a los agentes que deben tener cuidado en los registros.
Masahiko Saito, otro agente, dice que los esfuerzos debúsqueda permitieron recuperar un cadáver en el río Kesen enfebrero y partes de cadáveres en el puerto pesquero. La mayoríade los hallazgos sólo son partes de cadáveres o huesos.
"Pueden aparecer cadáveres en el mar o en un punto que hasido inspeccionado antes, así que tenemos que buscar muchasveces", indicó Endo. "No nos importa que estos cadáveres esténsucios o huelan. Consideramos que son algo que necesita sertratado con mucho cuidado para que puedan ser devueltos a susfamiliares", sostuvo.
Aunque la mayoría de los escombros que cubrían el centro dela ciudad tras el tsunami se han llevado a lugares designados,la principal área comercial continúa virtualmente desierta,dotada sólo de semáforos y postes de electricidad.
La costa, que solía estar tapado por edificios y casas,ahora muestra un mar que puede verse a cientos de metros dedistancia en un paisaje aplanado. El único sonido es lamaquinaria de construcción y el piar de los pájaros.
La mayor parte de la actividad ahora tiene lugar en áreas dela periferia que quedaron intactas. Muchos residentes han sidorealojados en viviendas temporales en terrenos más altos y sehan instalado supermercados en edificios improvisados.
Los trabajadores de la municipalidad llevan a cabo suactividad en oficinas temporales lejos del mar.
AYUNTAMIENTO DESVENCIJADO
En un ayuntamiento desvencijado, continúan desperdigadoslibros y muebles destrozados, mientras en las paredes hay zonasmarcadas con "X" rojas para indicar los puntos donde se hanbuscado cadáveres.
Una alfombra de lodo y cables que cuelgan desde el techomuestra la fuerza de las olas que sacudió el edificio,llevándose por delante a casi 70 funcionarios.
El alcalde Futoshi Toba, que perdió a su mujer en eltsunami, dijo que la ciudad aún tiene que comenzar la fase dereconstrucción.
"Hemos estado trabajando duro para cubrir nuestrasnecesidades inmediatas hasta ahora. Pero hemos elaborado el plande reconstrucción de la ciudad", dijo a Reuters desde elayuntamiento improvisado.
"Desde el inicio del nuevo año fiscal en abril, creo quepodremos empezar a trabajar en la reconstrucción de la ciudad",declaró.
Pero la estabilidad, dijo, conllevaba mayores demandaspúblicas.
"Después del 11 de marzo, la gente era feliz con poder beberun poco de agua. Un día después, pudieron beber más agua.Después pudieron comer un bol de arroz o algo de sopa", relató.
"Pero ahora, tenemos que parar. Lleva tiempo construirviviendas sociales ya que hemos abierto espacio en las montañasy construir carreteras, canalizaciones de agua y traer laelectricidad."
Recuperar los cadáveres de familiares perdidos es un pasoesencial para asumir su muerte, dijo Asami Maekawa, profesora depsicología en la Universidad Cristiana Femenina de Tokio.
"En el proceso de duelo y aceptación de la muerte, esnecesario afrontar la realidad de la muerte y un ejemplo muyclaro es ver el cadáver", explicó.
"Si la gente trata de mantener los recuerdos de sus seresqueridos en la mente sin el proceso de afrontar la realidad, noes un proceso completo, deja vulnerable su mente", dijo.
Pero afrontar la muerte y reconstruir la vida destruidaimplica que muchos miles de personas lidian con depresiones yotros problemas de salud. Expertos creen que alrededor del 40por ciento de los residentes en Rikuzentakata sufre trastornosdel sueño.
Casi un 6 por ciento mostró señales de problemaspsicológicos graves, según un estudio dirigido por KiyomiSakata, profesor de la Universidad Médica de Iwate.
Mientras, la búsqueda de cadáveres continúa.
"Algunas personas dicen que deberíamos parar porque llevamosun año. Pero hay cadáveres que no se han encontrado aún", dijoel agente de policía Endo. "Continuaremos hasta que sepamos conseguridad que no habrá más", concluyó.
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