Este artículo se publicó hace 13 años.
Los analgésicos potentes podrían causar malformación congénita
Por Genevra Pittman
Un nuevo estudio sugirió quelas usuarias de analgésicos opioides, como la codeína y laoxicodona, al comienzo del embarazo serían algo más propensas queel resto a tener un bebé con una malformación congénita.
El 3 por ciento de los bebés de Estados Unidos nace con unamalformación, como paladar hendido, defectos cardíacos y espinabífida, que se da cuando la columna vertebral no se cierra.
Las malformaciones congénitas son la principal causa demuerte de los recién nacidos. Fumar y beber alcohol en elembarazo aumentan el riesgo de que un bebé las desarrolle, aunqueel motivo de muchos de esos defectos aún se desconoce.
Por el momento, el nuevo estudio no prueba una relacióncausa-efecto con los analgésicos opioides.
"Estudios previos llegaron a conclusiones inconsistentes,(pero) algunos sugirieron que los opioides elevarían el riesgo dedesarrollar defectos cardíacos y orales", señaló la doctoraCheryl Broussard, de los Centros para el Control y la Prevenciónde las Enfermedades de Estados Unidos.
El equipo de Broussard analizó datos de más de 17.000 mujeresde 10 estados que tuvieron un hijo con una malformación congénitaentre 1997 y el 2005. Como grupo de control, incluyó a unas 7.000mujeres de las mismas regiones que tuvieron un bebé sinmalformaciones en el mismo período.
Durante los dos años posteriores al parto, el equipoentrevistó a todas las participantes sobre qué medicamentoshabían tomado en el embarazo, especialmente en el mes previo alembarazo y el primer trimestre, la ventana más importante deldesarrollo fetal.
El 2 por ciento del grupo de mujeres con hijos sin defectoscongénitos había tomado opioides, como codeína, hidrocodona yoxicodona, comparado con el 2,6 por ciento de las madres de niñoscon malformaciones.
Según los resultados, los fármacos estaban asociados conciertos defectos, pero no con otros. Las madres de bebés conespina bífida eran dos veces más propensas a haberlos usado quelas mujeres con hijos sanos.
En tanto, las madres de bebés con cardiopatías congénitaseran 1,4 veces más propensas a haber usado opioides antes delembarazo y en el primer trimestre.
Para otras malformaciones, como el labio leporino y elpaladar hendido, el equipo no halló relación alguna con losantecedentes maternos. Broussard opinó que se necesitan másestudios para comprender la asociación entre los opioides y lasmalformaciones congénitas.
El estudio, publicado en American Journal of Obstetrics andGynecology, no prueba que el uso de fármacos con opioides eleveel riesgo de tener un bebé con una malformación ni que lasembarazadas o las mujeres que planeen estarlo tengan que evitaresos fármacos a toda costa, sino que deben conocer que su usopuede tener riesgos.
El doctor David Haas, del Instituto de Medicina Personalizadade Indiana, dijo que, en muchos casos, los beneficios del uso deestos fármacos superarían esos riesgos potenciales.
"Sí, crecería levemente el riesgo absoluto (de desarrollardefectos congénitos), pero el riesgo general sigue siendo bajo",precisó Haas, que no participó del estudio. "Esos problemassiguen siendo muy raros", explicó.
Consideró que lo más importante es que las mujeres conversencon el médico sobre los riesgos y los beneficios de estosfármacos al comienzo del embarazo cuando tienen una enfermedadque exige el uso de analgésicos poderosos.
Y Broussard coincidió: "Cuando se toman decisionesterapéuticas antes o durante el embarazo, es importante que lasmujeres conversen con el médico sobre las opciones".
FUENTE: American Journal of Obstetrics and Gynecology, online24 de febrero del 2011.
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