Los alumnos comienzan a llenar las aulas del Cervantes de Tokio
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El Instituto Cervantes de Tokio, el más grande del mundo, comenzó hoy a dar clases de español a un alumnado en el que el perfil mayoritario es el de mujeres de entre 20 y 50 años y un alto nivel adquisitivo.
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A medida que el equipo del Cervantes vaya tomando el ritmo de las clases, el número de cursos y alumnos se multiplicará progresivamente hasta que en un futuro próximo se alcance la cifra de 12.000 alumnos al año.
Sin embargo, hoy las paredes recién pintadas del Cervantes acogieron a 525 alumnos y a un equipo de 25 profesores que enseñarán español de nivel básico, medio y alto.
Los cursos más solicitados, por el momento, son los de español básico, como el que comenzó hoy con un alumnado heterogéneo, con numerosos jubilados.
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Es el caso de Yoshiki, de 67 años, quien dijo a Efe que, a pesar de haber asistido a algunas clases de español en la Universidad de Waseda, desea mejorar para poder desenvolverse con soltura cuando viaje a Perú.
Con un español básico e intercalado por palabras japonesas pero sorprendentemente elocuente, Yoshiki, aseguró haberse enterado de la apertura del Cervantes porque vive muy cerca.
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Una de las dos únicas profesoras contratadas por la institución, Edith Cuéllar, de 35 años, se mostró sorprendida por el elevado número de alumnos mayores en su primera clase, por la mañana.
Según su explicación, los alumnos más jóvenes se han decantado por un horario de tarde o de sábados, que se adapta mejor a su agenda y a las dificultades de navegar por una ciudad tan enorme como Tokio.
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Cuéllar, que ha trabajado en el Instituto Cervantes de Pekín, afirmó que el alumno japonés tiende a ser un poco más tímido que el chino.
Maki, una chica de 28 años, y Koji, un hombre de 34, describieron a dúo como "sugoi", que en japonés significa "genial", las instalaciones del centro, en la que dijeron sentirse "fuera de Japón".
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Las vocales del japonés y del español son muy parecidas, por lo que la fonética es un aspecto fácil para los japoneses.
Sin embargo, dejando la fonética a un lado, Maki dijo que al principio el español le pareció "raro", en palabras de Nana, la empleada del Cervantes que hizo de traductora cuando el español de los alumnos se atascaba.
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El director del Cervantes, Víctor Ugarte, afirmó que los alumnos recibirán unas clases de español global, es decir, que no se dará prioridad a los modismos y expresiones puramente españolas y que se aceptarán los vocablos de toda el mundo hispanohablante.
Ugarte se mostró muy satisfecho con el arranque del Cervantes de Tokio y avanzó el inicio de dos cursos sobre el flamenco y sobre la historia del cine en español, que precederán a una larga lista de programas sobre cultura en español.
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Además de tratar de ampliar la base de alumnos de español, el objetivo de ambos cursos es el de enseñar a los alumnos interesados en la cultura española "más cosas que las que ya saben", por lo que los programas serán muy exhaustivos y los profesores, expertos.
Por otro lado, en el programa de eventos, el Cervantes seguirá organizando eventos de alto nivel, iniciada con la presentación de "El laberinto del fauno" en Japón.
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Esta misma semana, el escritor mexicano Sergio Pitol, premio Cervantes en 2005, acudirá al centro y ofrecerá una conferencia en la que argumentará que en El Quijote, junto a Don Quijote y Sancho Panza cabalga otro personaje, "que deja una presencia intensa del autor, Cervantes".