Cargando...

Alemania quiere rebajar el límite de déficit hasta el 2%

La canciller vuelve a rechazar los eurobonos como salida a la crisis

Publicidad

Alemania continúa su cruzada en solitario en la UE. El ministro de Economía, Philipp Rösler, propuso ayer un nuevo plan de estabilidad para el euro, una suerte de receta contra la crisis "a la germana" que consta de diez puntos, y que sólo incide en más sanciones para los países en apuros. Entre sus propuestas figura rebajar el límite máximo de déficit estatal, del 3% según el Pacto de Estabilidad y Crecimiento hasta un 2% anual. Una medida que se perfila cada vez más probable, sobre todo desde que hace dos días la ministra de Presupuesto francesa, Valérie Pécresse, revelara que el eje francoalemán se está planteando exigir a los países de la UE volver al déficit cero de aquí a 2016.

Publicidad

Asimismo, a imagen y semejanza de la locomotora europea, todos los estados miembros deberán implantar un freno a la deuda, plazos de estabilidad, y gremios de control presupuestario formados por expertos independientes. Para colmo, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) podría transformarse en un fondo monetario europeo, con la potestad de analizar de forma preventiva la política fiscal y económica de los países. Y por supuesto, no podían faltar las reglas de procedimiento y los mecanismos de sanción automáticos y más severos para los estados que rebasen el límite de deuda.

Click to enlarge
A fallback.

El nuevo plan de Alemania insiste en las sanciones para los países infractore

Entre las penas, se encuentran el congelarles las ayudas financieras o tener que ceder soberanía nacional. Unas medidas que, según el titular de Economía, servirán de modelo para vencer la crisis de confianza a través de una política fiscal estable y sólida. El documento, bautizado como "Estabilidad y Competitividad en Europa", podría estar ya en manos de la canciller, y de aprobarse, precisará cambiar hasta cuatro aspectos de los Tratados de la UE, un proceso que podría llevar años.

Publicidad

Por su parte, y a falta de una semana para la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno, Merkel se mantiene en sus trece: "Yo personalmente así como el Ejecutivo al completo consideramos los eurobonos un instrumento equivocado en esta fase del desarrollo europeo, incluso perjudicial". Con estas declaraciones se expresa en la edición del rotativo General Anzeiger. Algo en lo que está de acuerdo Rösler, quien insiste en que Alemania se opondrá a la emisión de bonos conjuntos "en cualquiera de sus formas". Incluso a pesar de conseguir a cambio su propósito de endurecer sanciones. "No estamos dispuestos a comprar las modificaciones de los Tratados", apuntó el vicecanciller.

Como viene siendo habitual, tampoco está de acuerdo en la intervención del BCE mediante la compra de deuda soberana, argumentando que contraviene la independencia de la máxima institución bancaria europea. Rösler, jefe del Partido Liberal alemán (formación que encarna la postura más dura), insiste en que lo único que podrá acabar con la crisis es intensificar las sanciones para los infractores. Entre tanto, los eurolíderes buscan desesperadamente soluciones al gusto de todos, con la idea de lograr un acuerdo común en la cumbre. En paralelo, Merkel se dirige hoy al Parlamento para exponer su postura.

Publicidad