Este artículo se publicó hace 14 años.
Aído cree que prohibir el burka podría "penalizar a las víctimas"
La ministra de Igualdad advierte que la prohibición de la prenda "puede generar muchísimos más problemas de los que se pueden solucionar"
La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, ha dicho hoy que una prohibición general del uso del burka podría añadir "más penalización a las víctimas del mismo" y ha pedido que se aleje este debate de "los intereses populistas y electoralistas".
Aído ha hecho estas declaraciones en una rueda de prensa, después de que el Senado aprobase ayer una moción presentada por el PP que pide al Gobierno que prohíba el velo islámico integral en todos los espacios públicos, incluida la calle.
"Es un tema enormemente complejo y el hecho de que se aborde desde la improvisación, desde la demagogia y los intereses populistas no creo que conduzca a ninguna parte; todo lo contrario, puede generar muchísimos más problemas de los que se pueden solucionar", ha aseverado.
Actualmente, según la ministra, los conflictos que puedan derivarse del uso del burka tienen respuesta en el ordenamiento jurídico vigente en España.
El Senado aprobó una moción para que el Gobierno prohíba el velo islámico integral en todos los espacios públicos
Aído considera que si fuera necesario modificar este marco ante nuevos conflictos sociales, tendría que producirse con "sosiego" y en "un clima de tranquilidad". "A mi parece no beneficia en absoluto la falta de responsabilidad en un debate como éste", ha apostillado.
La cuestión es "compleja", ha proseguido, para agregar que está abierta en numerosos países de la UE y, de hecho, ayer se pronunció el Consejo de Europa acerca de las "desventajas" de la prohibición.
"Teniendo en cuenta que todas las personas razonables condenan el uso del burka, creo que la pregunta que nos tenemos que hacer es si también queremos condenar a las mujeres que tienen que llevarlo puesto", ha insistido, en alusión a quienes pretenden prohibirlo.
Aído se ha mostrado dispuesta a dialogar sobre este asunto con la comunidad musulmana, por entender que el objetivo no es sólo quitar el burka de las calles sino que las mujeres no tengan que llevarlo.
Para conseguirlo, ha apostado por hacer un trabajo "serio y riguroso", contando con las comunidades musulmanas y trabajando desde la educación, la formación y la participación.
Puesto que es un prenda que atenta contra la dignidad de las mujeres, ha concluido que "no sólo queremos que no esté en la vida pública sino que tampoco tenga que estar en la vida privada".
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