Este artículo se publicó hace 14 años.
Aguirre rompe la negociación de Metro de Madrid
La empresa se niega a dialogar pese a que los trabajadores aprueban una tregua en los paros
Esperanza Aguirre no está dispuesta a ceder ni un sólo milímetro en el conflicto de Metro. El Gobierno de la Comunidad de Madrid bloqueó de nuevo los canales de conversación, pese a la decisión de la plantilla de Metro de desconvocar durante toda esta semana la huelga.
Los trabajadores del suburbano de Madrid votaron regresar a la normalidad hasta el próximo 12 de julio para dar margen a la negociación entre empresa y trabajadores. Para curarse en salud, la misma asamblea multitudinaria (casi 4.000 trabajadores) aprobó también dejar la puerta abierta a nuevos paros a partir del 13 de julio, siempre y cuando las conversaciones no fructificasen y con la condición de volver a someter esta decisión a una nueva votación.
La asamblea había aparcado la huelga en señal de buena voluntad
Pero el Gobierno de Aguirre se ha tomado esta decisión como una afrenta y, en lugar de aprovechar el margen de maniobra que suponía el regreso a la normalidad, ha puesto como condición para sentarse a negociar que se rechace la decisión de reanudar los paros en la segunda quincena de julio. La respuesta de Aguirre ya se intuía desde por la mañana, cuando participó en la junta directiva de su partido y tomó la palabra para asegurar que no está dispuesta a ceder a las exigencias de los sindicatos del Metro.
La líder del PP de Madrid se mostró convencida de que los sindicatos tienen la batalla perdida porque no cuentan con el favor de la calle. En su opinión, los trabajadores de Metro siguen manteniendo sus exigencias y, por tanto, la semana que viene se pueden volver a repetir los paros.
Mariano Rajoy también se pronunció mostrando todo su apoyo a Aguirre y calificando la huelga de "injusta". "Tienes todo nuestro respaldo y todo nuestro apoyo para lo que quieras", le dijo a Aguirre, poniendo a todo el partido detrás suyo. Los colaboradores de la presidenta reconocieron su sorpresa por este gesto.
Rajoy muestra en público su apoyo a la presidenta madrileña
Aunque la normalidad regresó el fin de semana a Metro, hasta el lunes estaba convocada, de forma indefinida, la huelga por uno de los cinco sindicatos mayoritarios, Solidaridad Obrera, que apoyaba tácitamente el resto. El comité de empresa pretendía regresar a la normalidad en la prestación de servicios para facilitar la negociación y alcanzar un acuerdo en materia de reducción de costes. El portavoz del comité de empresa y delegado de CCOO, Antonio Asensio, veía en su propuesta un "gesto" de mano tendida y aseguraba que los sindicatos estaban dispuestos a hablar "de todo". Según esta lógica, empresa y trabajadores deberían buscar una fórmula para recortar en un 5% los costes, sin tocar los sueldos. En su opinión, los recortes podrían venir por el gasto en publicidad y promoción e incluso por otras partidas de la masa salarial, como formación.
La decisión de Aguirre de recortar en un 5% los salarios, supuso la ruptura del convenio colectivo, un acto ilegal que desencadenó una de las mayores movilizaciones en la historia de Metro con dos días de paros absolutos. Aguirre asegura que con el recorte adapta el tijeretazo decretado por el Gobierno Central. Sin embargo, la propuesta del Ejecutivo de Zapatero no contempla la reducción de salarios en empresas públicas, precisamente porque no es legal.
Para añadir más leña al fuego, la empresa ha enviado expedientes disciplinarios a los trabajadores que no cumplieron con los servicios mínimos la semana pasada. Según el comité, la empresa ha abierto expedientes a más de dos mil de los 7.500 trabajadores de la plantilla, aunque fuentes de la empresa aseguran que han sido 900 y que algunos pueden acabar en despidos.
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