Este artículo se publicó hace 16 años.
Absuelto el grapo Israel Torralba de colocar un artefacto en una ETT de Madrid
La sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha absuelto por falta de pruebas al grapo Israel Torralba del delito de estragos terroristas del que estaba acusado por la colocación de un artefacto explosivo en una empresa de trabajo temporal en 2000, hechos por los que el fiscal pedía para él diez años de cárcel.
En su sentencia, la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, a la que Torralba insultó en el juicio llamándola "delincuente nazi", explica que las "dudas y confusiones" y la "ausencia de datos corraboradores" de la declaración inculpatoria del acusado cuando fue detenido por la Ertzaintza "nos conducen a su absolución".
Torralba, quien cumple ya 13 años de condena por dos atracos en Madrid y Valladolid, fue absuelto por el Tribunal Supremo del asesinato del policía Francisco Javier Sanz -hechos por los que la Audiencia Nacional le condenó a 30 años de cárcel-, porque la testigo que le identificó no compareció en el juicio al no haber sido localizada cuando su ausencia no era "inevitable".
En la sentencia absolutoria, conocida hoy, la Audiencia Nacional considera que las declaraciones inculpatorias de Torralba con respecto a la colocación de un artefacto en la empresa de trabajo Laborman, son "vagas e imprecisas y para poder considerarlas como prueba de cargo (...) precisarían datos corroboradores externos, de los que carecemos".
Cuando Torralba fue detenido por la Ertzaintza en febrero de 2006 reconoció, entre otros hechos, haber participado en la colocación de un artefacto explosivo en la empresa de trabajo temporal Laborman, acción objeto de este juicio, pero en la vista oral manifestó que lo hizo para exculpar a su compañera María Victoria Gómez Méndez.
La implicación de Gómez Méndez en estos hechos, aunque para ella la causa quedó sobreseída, surge de unas anotaciones manuscritas relativas a la colocación de un artefacto en Laborman que fueron encontradas en el domicilio de otro presunto miembro del Grapo y que según los peritos policiales fueron escritas por ella.
Estas anotaciones eran la principal prueba contra Torralba, ya que en ella fueron halladas huellas suyas, pero para el tribunal esto no es suficiente porque, además de la del acusado, en esos papeles se encontraron huellas de otras diecinueve personas.
Otro motivo de duda para el tribunal es el contenido de la nota, en la que se lee: "ETT Laborman Madrid. Junio 2000...Se cayó al suelo antes de colocarla. Distancia: de la cisterna del water al suelo", lo que "nos produce dudas".
A este respecto la sentencia indica que los policías que hicieron el reconocimiento del lugar de los hechos aseguraron en el juicio que el artefacto se encontraba "perfectamente adherido con cinta adhesiva (...), y se hallaba situado en la parte interna de unos lavabos" de señoras y "no debajo de la cisterna del water".
Así la sentencia lo que de declara probado es que el día 10 de junio de 2000, la Jefatura Superior de Policía de Madrid recibió la llamada de una mujer alertando de la colocación de una bomba en la empresa Laborman, en la avenida de Burgos.
A raíz de la llamada, la Policía, desalojó los locales de la empresa y en la planta quinta del edificio en el que se encontraba los agentes hallaron el artefacto que pudo ser desactivado, aunque causando unos desperfectos en el edificio de unos 2.159,17 euros.
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