La presidenta del PP de Madrid ha esperado a que pasase la elección de la sede olímpica para 2020 -que supuso la eliminación fulminante de la candidatura madrileña el 7 de septiembre- para retomar sus tesis antioficialistas respecto de las actuaciones de la dirección nacional del PP. Esperanza Aguirre, que no asistió al primer Comité Ejecutivo Nacional del curso político el 2 de septiembre, ha aprovechado el primer aniversario de su marcha de la Presidencia de la Comunidad de Madrid (17 de septiembre de 2012) para retomar un debate que parecía superado en las filas del PP desde su 17 Congreso, cuando el actual portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Íñigo Henríquez de Luna, presentó una ponencia pidiendo un militante, un voto para la elección de candidatos y fue rechazada.

La expresidenta de la Comunidad de Madrid ha lanzado su propuesta en varios medios de comunicación, a través de entrevistas y en su columna semanal en el diario ABC. El 'no' que le lanzó la dirección nacional el lunes -por boca de su número tres, Carlos Floriano, que apeló a los estatutos- lejos de silenciar a Aguirre, la ha hecho insistir en su idea en las horas posteriores, idea que justifica como la forma en que debe reaccionar el PP frente a la desafección y hasta el 'desprecio' que los ciudadanos sienten por los políticos.

A la líder conservadora madrileña le ha salido, además, un aliado que llevó a la práctica estas primarias en 2010 para su propia elección como candidato: el presidente de las Illes Balears. José Ramón Bauzá, aunque contaba con la bendición de la calle Génova para ser el candidato del PP a la Presidencia de las Islas, convocó un Congreso Extraordinario y obtuvo el respaldo del 69,2% de los afiliados, frente al 30,8% de su rival, el alcalde de Calvià, Carlos Delgado. En una entrevista este lunes, Bauzá volvió a insistir en que en el PP deben generalizarse las primarias para elegir a todos los candidatos y hasta instalarse las listas abiertas en los comicios. También de las Nuevas Generaciones de Madrid, que celebran este otoño su congreso regional, ha salido el candidato Antonio José Mesa reclamando 'más democracia interna' mediante el método de elección de primarias.

El debate reabierto con fuerza por Aguirre coge al PP en sus horas más bajas, con una profunda crisis interna y el caso Bárcenas sin dejar de verter información delicada para la mayoría de sus dirigentes. Mariano Rajoy quiere volver a ocuparse de los asuntos orgánicos -había delegado completamente en la secretaria general y el lunes convocó por primera vez al Comité de Dirección a reunirse con él en La Moncloa-, pero no contaba con esta andanada de la expresidenta madrileña pidiendo más democracia interna y que puede complicar la intención del presidente del Gobierno de restaurar la imagen del PP. Es difícil decir que no a una petición como ésta sin comprometer la credibilidad de Rajoy con respecto a sus deseos de 'regeneración democrática', razonan los conservadores, que descartan una respuesta del presidente, al menos, a corto plazo.

Por su parte, Aguirre continúa dejándose querer, sin descartar de forma rotunda que sea candidata a candidata del PP para la Alcaldía de Madrid, lo cual le permite conservar un protagonismo imprescindible para desgranar sus propuestas y sus críticas a la forma de actuar de la dirección nacional, por ejemplo, en el caso Bárcenas. Lo que sí parece tener claro la líder regional del PP es que no repetirá en este puesto, aunque aún le quedan más de dos años para el 16 Congreso del PP de Madrid, tiempo suficiente para seguir alimentado la polémica con sus declaraciones.