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Georgina Cisquella: "Este Gobierno progresista no se ha sentado seriamente a hablar del problema de vivienda"

La documentalista estrena '¿Dónde vamos a vivir?', una película que cuenta la vida de las mujeres desahuciadas. "Ellas son el 90% de las asambleas de vivienda", relata una de las protagonistas.

Georgina Cisquella sujeta su cámara en un montaje con imágenes de su documental de fondo.
Georgina Cisquella sujeta su cámara en un montaje con imágenes de su documental de fondo. Público

Asun, Carmen, Elsa o Mercedes son los rostros de las mujeres que se levantan cada día en lucha contra la especulación de la vivienda. Un derecho, amparado en la Constitución Española, que deberían tener garantizado. Pero, a la mayoría de las protagonistas del documental ¿Dónde vamos a vivir? de Georgina Cisquella, se lo han arrebatado.

La cinta traza en una hora el relato de varias familias encabezadas por mujeres. Después de ser amenazadas con quedarse sin su casa, empiezan una batalla sin parangón contra los fondos buitre y los bancos. "Es un homenaje a estas mujeres que se apoyan y van a las asambleas de vivienda semana a semana a pesar de todo lo que les pasa", explica la documentalista en una entrevista con Público

"Hay barrios donde además de los desahucios que contamos, hay desahucios invisibles", apunta Cisquella

Desde 2008, más de un millón de familias han sido desahuciadas en España. "Pero si no te toca de cerca, no actúas, no entiendes", expresa una de las mujeres que aparecen en el filme y que acude a la proyección para activistas de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en Madrid.

Al problema de las hipotecas derivado de la crisis, se suma el aumento del precio de los alquileres y la falta de vivienda pública. "Hay barrios donde además de los desahucios que contamos, hay desahucios invisibles", alude la cineasta. La película está producida por Centuria Films y La Interferencia. La distribuye Begin Again Films y comparte la autoría del guion con Rafael Lobo. 

“46.000 euros por intentar parar desahucios”

En la negrura de la noche, las activistas esperan juntas a que la Policía llegue a la casa de Liomare. Es el inicio de la película. Los momentos antes de un desahucio en el que las compañeras de la hasta entonces inquilina "la acompañan para que no lo pase sola".

El lanzamiento, como lo llaman, de esta mujer migrante de 67 años ocurrió en noviembre de 2022. Al echarla a ella, también dejaron sin alternativa a sus dos hijas, una embarazada y otra enferma de cáncer, además de a sus cuatro nietos. Esta mujer mayor era la cabeza de toda la familia y su casa el único lugar que les pertenecía.

La cámara de Cisquella, desde dentro del apartamento, captura cómo los guardias tiran abajo la puerta. "La violencia policial también es un eje del problema de la vivienda. Sobre todo, las multas. En el barrio de Carabanchel tienen 46.000 euros acumulados de sanciones por intentar parar los desahucios. Y estamos hablando de multas para gente que no tiene dinero", explica la documentalista.

“El 90% de las asambleas son mujeres”

Son ellas las que forman la red que busca soluciones. "Todas llegamos pérdidas a la asamblea pero vas aprendiendo. Cuando ya sabes defender tu caso, empiezas a defender a otras", explica Elsa en el filme. Junto con Mercedes, lideran el trabajo burocrático para ayudar a otras en su misma situación. 

"Es un no parar. Las mujeres son las que se responsabilizan de la situación, llegan destrozadas porque les quieren quitar lo único que tienen para hacer la vida, el espacio propio. En mi experiencia, el 90% de las asambleas son mujeres", apunta la activista.

Casi un 30% de las familias desahuciadas son monomarentales

Su experiencia señala la realidad. Un informe del Observatorio de Derechos Sociales y Justicia Económica, sobre la situación de la vivienda y los desahucios en Catalunya, concluyó que alrededor de un 30% de las familias atendidas por los activistas de vivienda eran monomarentales. Y, además, en casi un 90% de los casos son hogares con menores.

Cisquella conoció a Mercedes y a Elsa durante una de estas reuniones. "Están comprometidas desde hace 10 años. Conocen todos los casos. Sus caras y nombres son lo que ejemplifican este enorme problema", explica la autora.

“Han construido una comunidad”

Carmen, histórica activista antidesahucios, es una de las protagonistas

Uno de estos rostros aparece en innumerables ocasiones. "¡Oe, oa, esta batalla la vamos a ganar! Llevo 11 años diciéndolo y no lo habéis aprendido", espeta Carmen a los manifestantes que intentan parar el desahucio de Liomare. A esta activista histórica de la PAH, siempre se la ve defendiendo —megáfono en mano— a todas aquellas que han pasado una situación similar a la suya.

Carmen recoge sus pertenencias ante su inminente desahucio en una secuencia del documental.
Carmen recoge sus pertenencias ante su inminente desahucio en una secuencia del documental. Cedida por Georgina Cisquella

Ella se puso de aval de su hijo en una hipoteca. El banco se quedó con su casa cuando él no pudo terminar de pagar. Perdió el lugar donde había construido su vida, donde había maternado y criado a su hijo. Cisquella reconoció en seguida a una de sus protagonistas. "Me di cuenta de que ellas son las que exponen sus casos, se manifiestan, lo hacen todo. Han construido una comunidad de mujeres", explica.

"El delito de usurpación es el único en el que delinquen más mujeres. Es necesidad", explica la cineasta

Lleva cuatro años grabando los desahucios en muchos de los barrios obreros de Madrid (Usera, Vallecas, Urgel, Carabanchel, Puerta del Ángel y Hortaleza, entre otros). La dimensión del problema es transversal pero la mayor parte de los medios de comunicación no van a la raíz y alarman a través del relato de la okupación. "El delito de usurpación de vivienda es el único en el que delinquen más mujeres que hombres en nuestro país. Pero no es una casualidad, es necesidad", asegura.

La muerte de Patxi: “No hubo sensibilidad”

A mediados de abril se conoció la muerte de Patxi, un hombre que vivía en el Edificio Dignidad. Al ser desalojado, tuvo que irse a vivir a un parque cercano. Murió poco después porque padecía varias afecciones y nadie le dio una alternativa. "Cuando los expulsaron de este edificio todo el mundo sabía que eran personas vulnerables sin recursos y con problemas médicos. Y, sin embargo, no hubo una mínima sensibilidad", expresa.

El desamparo de Patxi, de Liomare o de Carmen es solo un ejemplo de cómo se evita atajar el problema. "Mucha gente cree que los desahucios son cosa del pasado. Y no. El problema de la vivienda necesita un plan de choque general, no solo un parche que nunca llega", Cisquella se refiere a las viviendas prometidas por el Gobierno.

Este "Gobierno progresista no se ha sentado seriamente a hablar del problema"

Para ella, este "Gobierno progresista no se ha sentado seriamente a hablar del problema". Enfrente de la regulación existe un mercado salvaje "de difícil control", asegura. Sin embargo, sin coto, "la ola especulativa sigue incrementándose".

"Nadie está exento de vivir este problema". La directora se dirige a los jóvenes que, en su opinión, serán los siguientes en caer a las fauces del mercado. A fin de cuentas, ya se preguntan, como las mujeres vulnerables de la película, ¿dónde vamos a vivir?.

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