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"La marcas se han pasado de la raya"

El publicista Martin Lindstrom analiza las claves de su libro 'Así se manipula al consumidor'

C. P.

Martin Lindstrom (1970), niño mimado de la industria del marketing, antiguo directivo de la agencia publicitaria BBDO y actual asesor de grandes corporaciones como Pepsi, American Express y Nokia, explica en el ensayo Así se manipula al consumidor (editado por Gestión 2000, Planeta) cómo las empresas nos 'lavan el cerebro' para que compremos sus marcas. ¿Ha visto Martin Lindstrom la luz tras años trabajando para el lado oscuro? ¿Es el Pablo de Tarso de la era del capitalismo consumista? ¿Es posible hacer la revolución desde dentro o Lindstromsólo pretende abrir las ventanas para que la casa consumista se airee un poco?

¿Es posible mantenerse inmune a la publicidad?

'No es posible permanecer inmune a la publicidad'

No, en absoluto. Cuanto más inmune te sientes, más posibilidades hay de que te afecte. Las estrategias se han sofisticado tanto que ni siquiera trabajar en la industria te permite escapar de sus efectos.

¿Por qué ha escrito este libro ahora y no antes?

Para mí, siempre ha sido una lucha mantener el equilibrio entre crear una marca y decirle al mundo que las empresas se han pasado de la raya en los últimos años en al menos estos puntos: 1) El negocio de la venta de datos sobre los hábitos del consumidor (sin que él lo sepa) por parte de las marcas. Observa el ejemplo del iPhone de Apple, que recolecta los datos del comportamiento de sus clientes más de 100.000 veces al año y los pone al alcance de los anunciantes. O cómo una empresa como Facebook está permitiendo indirectamente el acceso a las preferencias religiosas y sexuales de los consumidores sin su consentimiento, para que los anunciantes adapten sus mensajes a los gustos de los clientes. 2) El uso de químicos adictivos para fidelizar el consumo de ciertas marcas. 3) Los intentos por captar al cliente antesincluso de que nazca. Si las corporaciones están haciendo cosas así, deberíamos al menos exigirles la misma transparencia que a las compañías de tabaco, forzadas a comunicar los impactos sobre la salud de sus productos.

'Hay que exigir la misma transparencia que a las tabaqueras'

Díganos un ejemplo contundente de argucias usadas por las marcas para llevarse nuestro dinero.

Los hay por todas partes. Pensemos en sitios de compras por internet como gilt.com, construidos por expertos en juegos de azar y basadas totalmente en crear adicciones para que millones de personas compren productos que nunca pensaron que iban a necesitar.

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