Luis García Montero y Joaquín Sabina van a cartearse desde mañana, y una vez al mes, a través de las páginas de Público. Ambos amigos, calificados por el propio García Montero de 'bastante gamberros', mezclarán desde 'una perspectiva personal' las cuestiones literarias y artísticas con las reflexiones de carácter político, como la situación de Cuba, así como con temas de corte social, como la Ley Antitabaco o las reformas penales.

En las dos cartas que se intercambian mañana presentan 'el tono' que adoptarán en sus conversaciones y reivindican 'la fraternidad como ámbito de discusión en la izquierda'. 'Muchas veces uno tiene la sensación de que la izquierda ha seguido trabajando por la igualdad y la libertad, pero se ha olvidado de la fraternidad. Toda discusión se convierte en una sospecha moral, se llena de descalificaciones y se acaba en los gritos. Así es muy difícil debatir. Nosotros queremos aprovechar nuestra amistad para discutir con toda sinceridad', apunta García Montero, quien reconoce que debate con Sabina sobre temas de los que tienen opiniones 'muy parecidas'. 'Se puede discutir cuando hay un pensamiento conjunto. Es difícil charlar cuando no se comparte absolutamente nada', argumenta.

Una discusión dentro de la fraternidad no te invita a poseer la verdadA su juicio, el reto de estas cartas, que se publicarán a doble página en la sección de Opinión, es 'mantener la sinceridad' a sabiendas de que su charla estará expuesta al público, algo que este poeta considera posible ya que 'el respeto al otro' facilita 'ser muy sincero, porque no se va a convertir en una ofensa'.

'En mi primera carta a Joaquín, le digo que hay gente con la que discutes y tienes la intención de poseer la verdad, pero una discusión dentro de la fraternidad no te invita a poseerla sino a no engañar', destaca.

A pesar de lo que pueda parecer, en su opinión, los buenos compañeros de debate no son sólo los que dan consejos, sino 'los que te ayudan a esforzarte en descubrir cosas que están en ti'.