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Covid-19 Galicia hace obligatoria la vacunación con multas de hasta más de 60.000 euros

El Parlamento gallego aprueba, con los únicos votos a favor del PP y la oposición en contra, la reforma de la Ley de Salud.

El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo. Lavandeira jr / EFE

El Parlamento de Galicia ha aprobado este martes  la reforma de la Ley de Salud gallega que establece multas para infracciones sobre la salud pública, entre ellas la "negativa injustificada" a la vacunación. La votación ha salido adelante con los únicos votos a favor del partido en el Gobierno, el PP, y los de la oposición de BNG y PSdeG en contra.

La propuesta, que ya fue rechazada por el ejecutivo de Pedro Sánchez en diciembre, permitiría a la Xunta aplicar una serie de medidas en situación de pandemia como las multas por negarse a ser vacunado, no llevar mascarilla o la facultad de ordenar confinamientos

Los partidos de la oposición han criticado esta "vacunación obligatoria" por considerar que solo servirá para "dar alas a los negacionistas" de la pandemia. Mientras, el PP ha rechazado esa "supuesta obligatoriedad", ya que asegura que solo se podrá establecer "en circunstancias muy concretas".

Esta reforma de la Ley de Salud de 2008, promovida por el Gobierno gallego pero presentada como proposición de ley por el PPdeG, establece un régimen de sanciones, el capítulo que más críticas ha recibido, con multas de 1.000 a 600.000 euros según tres niveles: leve, grave y muy grave.

La reforma establece un régimen de sanciones con multas de 1.000 a 600.000 euros según tres niveles: leve, grave y muy grave 

Si bien la mayoría de casos estarían contemplados como leves, existe un supuesto en el que la negativa a inyectarse la vacuna podría acarrear sanciones mucho mayores, de más de 60.000 euros, si dicho caso "pueda suponer un riesgo o un daño grave o muy grave para la salud del población". En el mismo supuesto estaría también la obligación de usar mascarilla, la "falta de cumplimiento voluntario de la medida de aislamiento" o de la "obligación de cuarentena" de forma "repetida o reiterada", según figura en el texto elaborado frente a la actual pandemia de la covid-19.

Además, faculta a las autoridades sanitarias, en cada caso, a "adoptar medidas preventivas de obligado cumplimiento cuando exista o se sospeche razonablemente la existencia de un riesgo inminente y grave para la salud de la población". Estas restricciones pueden ir desde la incautación de productos, hasta el cierre de empresas, la limitación de horarios u ordenar a los ciudadanos la prestación de servicios personales, así como medidas de control de personas enfermas y sometimiento a tratamiento o a cuarentena, entre otras.

Las medidas se adoptarán "de forma motivada, tras evaluar los principios científicos" y siguiendo "el principio de precaución", pero podrán establecerse "aunque siga existiendo riesgo de incertidumbre científica" cuando "se observe la existencia, fundada, seria y razonable, de un riesgo actual o inminente para la salud de la población".

Entre las infracciones que, en principio, se considerarían leves se encuentran: hacer botellón, infringir los toques de queda, reuniones con más personas de las permitidas, participar en fiestas que incumplan las medidas aprobadas por las autoridades sanitarias e incumplimientos de horarios de locales.

"Encaje legal más que discutible"

Los partidos de la oposición han criticado la reforma durante el debate de la proposición de ley en el Parlamento gallego. Para el diputado del PSdeG Julio Torrado esta reforma es un "dislate absoluto" porque incluso "su encaje legal es más que discutible", ya que restringe derechos y libertades individuales que solo competen a la normativa estatal, aparte de pretender instalar "un estado de excepción permanente".

A su juicio, "obligar a vacunar es como querer evitar los accidentes e tráfico prohibiendo los coches", en lugar de apostar por concienciación, y es una medida que solo servirá para "alentar al negacionismo" y una reforma que cree que solo tiene equiparación con la que está preparando el presidente brasileño, Jair Bolsonaro. "Los negacionistas que ustedes mismos alimentaron están ahí fuera haciéndole el caldo gordo al Gobierno", ha lamentado Torrado, quien ha argumentado que su partido no puede apoyar esta ley por "rigor, sensatez y por la convicción plena en la ciencia" que parece que la Xunta "no tiene".

Julio Torrado: "Los negacionistas que ustedes mismos alimentaron están ahí fuera haciéndole el caldo gordo al Gobierno"

Por su parte, según Iria Carreira, del BNG, el problema para la población gallega "no es que no quiera vacunarse sino que no puede" porque no hay suficiente vacunas que ponerles. Por eso, ha advertido de que "el problema real no es el discurso negacionista", al que ha considerado que la Xunta "da alas" con esta ley, sino la falta de dosis y de personal.

Además, ha dicho que es "un grave error" enfocar un problema de salud pública como si fuese de orden público, en lugar de aprovechar la ley para reforzar el sistema sanitario, por lo que no le ve más sentido que "intentar esquivar" la responsabilidad de la Xunta ante esta pandemia para derivarla en la población gallega.

En tanto, la diputada del PPdeG Encarnación Amigo ha argumentado que "esa supuesta obligatoriedad de las vacunas" no es tal, sino que en el texto figura, al respecto, solo un "podrá, en circunstancias muy concretas", y ha instado a la oposición a apoyar la reforma y no ponerse del lado de los negacionistas.

Ha defendido que el PPdeG con esta reforma intenta "cubrir las lagunas y carencias de la legislación vigente para luchar mejor contra la pandemia" ante la "inacción" del Gobierno central, presidido por Pedro Sánchez, que cree que la oposición gallega está defendiendo. Para Amigo la nueva normativa no es autoritaria, sino garantista, y solo pretende "poner límites a lo que puede hacer una administración durante una crisis sanitaria".

¿Puede ser obligatoria la administración de una vacuna?

Existen dos leyes estatales que pueden amparar la obligatoriedad de la vacuna. Una de 1980 que modifica la ley de bases de Sanidad de 1944 que dicta que las vacunas contra la viruela, difteria y otras infecciones podrán ser declaradas obligatorias "cuando por la existencia de casos repetitivos de estas enfermedades o el estado epidémico del momento o previsible se juzgue conveniente".

Otra ley de abril de 1986 recoge que "las autoridades sanitarias competentes podrán adoptar medidas de reconocimiento, tratamiento, hospitalización o control cuando se aprecien indicios racionales que permitan suponer la existencia de peligro para la salud de la población debido a la situación sanitaria concreta de una persona o grupo de personas o por las condiciones sanitarias en que se desarrolle una actividad".

A la reforma de la Ley de Salud gallega, que entró en el Parlamento autonómico el pasado mes de noviembre y fue tramitada por el procedimiento de urgencia, se presentaron 54 enmiendas de la oposición, pero solo se ha incluido en el texto final una del BNG referida a "revisar el lenguaje sexista" del texto.

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