Este artículo se publicó hace 7 años.
Lavapiés vs. gentrificaciónUna revista escolar para recuperar el barrio y luchar contra la turistificación de Madrid
Nace 'El Cactus', una publicación "punzante" escrita por las niñas y los niños de primaria de tres colegios de Lavapiés y La Latina. Es el arma de papel al que han recurrido madres, profesoras y vecinas para hacer frente a la gentrificación del centro
Madrid--Actualizado a
Una revista escolar para recuperar la idea de barrio. Es el arma de papel de la que se valen las madres y profesoras de tres colegios del centro de Madrid para hacer frente a la gentrificación de Lavapiés y La Latina. “La iniciativa le brinda a los alumnos la oportunidad de salir a la calle, al tiempo que su trabajo también se ve reflejado en el barrio”, explica Raquel Fernández, médica y vecina de la zona.
Su hijo tiene ocho años y en breve pasará a engrosar el equipo de redacción de El Cactus, cuyo lema reza Publicación escolar con información punzante. “La revista, además, le permitirá relacionarse con el entorno de otras maneras”, explica una de las impulsoras de la cabecera, cuyos autores son las niñas y los niños de primaria de los colegios Emilia Pardo Bazán, Vázquez de Mella y San Ildefonso.
En su primer número han entrevistado a gente próxima —el afortunado ha sido Quique, el jefe de estudios del San Ildefonso, quien revela que su comida favorita son los canelones—, pero también a padres famosos del lugar, como los actores Diana Lázaro y Fran Norte. “Ella tiene un espíritu aventurero y es muy sonriente, mientras que él es muy majo”, afirma Cloe, alumna de tercero de primaria, quien firma la pieza junto a sus amigas Olivia y Magdalena. Todas tienen ocho años y del ocho no bajan sus notas.
“Además de crear barrio, la revista también supone un apoyo a la lectoescritura de una forma creativa e introduce temas que no están en el currículo, como la fotografía, el género, la filosofía y el espíritu crítico”, explica Fernández, convencida de que para los niños ha supuesto una “experiencia increíble” que destila “entusiasmo”. Aunque en este primer número la integración entre los alumnos de los tres colegios no ha sido la deseada debido a las prisas ante el final del curso, El Cactus invita a otros colegios del centro a sumarse al proyecto.
“Lo importante era estimular su creatividad”, asegura Ximena Garrigues, fotógrafa, vecina de Lavapiés y madre de un niño de ocho años. Ella fue la encargada de impartir el taller de periodismo a los alumnos del San Ildefonso, que se completaría con otros impartidos en todos los cursos de primaria de los tres colegios implicados: desde ilustración hasta escritura creativa. “Los críos tenían que buscar una historia, hacer las preguntas adecuadas y acompañar los textos con imágenes. También podían inventárselas, lo que desbordó su imaginación”. Una invasión alienígena, por ejemplo, ilustra la portada.
La publicación, cuyos dos primeros números cuentan con una ayuda económica del proyecto Hacemos-Impulsa, intenta echar raíces en el barrio para evitar la desertización vecinal. Algunos padres advierten de que la zona sufre el “acoso de turistas” y una “despersonalización creciente”. Para hacerle frente, su iniciativa busca “hacer grupo y cohesionar a los niños” más allá de las aulas. O sea, plantar una semilla pensando en el fruto a largo plazo.
“Todas tenemos conocidas que tuvieron que dejar su piso porque no le renovaron el contrato, pero otro síntoma de la turistificación son los cánticos en inglés, cada vez más frecuentes”, explica Garrigues. También hay amiguetes que volvieron a su país, por lo que la revista dedica una sección de cartas a los hijos de emigrantes retornados. “Los niños están deseando contar cosas, ya sean verdaderas o inventadas, por lo que el periodismo resulta una forma válida para mejorar su capacidad de expresión”, añade uno de los coordinadores del magacín, en la que ha colaborado la dirección, el profesorado, las AMPA y artistas como Coco Dávez.
“El proyecto llevaba tiempo larvándose entre padres y profesores hasta que vimos que Impulsa era una buena oportunidad para desarrollarlo”, añade Fernández, vinculada al Vázquez de Mella, quien le augura futuro y va un paso más allá: intentar que se extienda a otros colegios del centro. “En todo caso, las madres ya hemos decidido que, con o sin apoyo económico externo, el próximo curso seguiremos adelante”, concluye una de las responsables de El Cactus.
En uno de los bancos del solar Almendro 3, recuperado por los vecinos y las AMPA, las tres alumnas aventajadas del taller de periodismo se arremolinan ante el primer número de su revista. Olivia quiere ser fotógrafa. Magdalena, periodista, camarera, profesora de baile, niñera y actriz. Cloe, científica, actriz y fotógrafa.
- ¿Pero tú no quieres ser pintora? —pregunta sorprendida Magdalena.
- No, al final no —responde Cloe.
El futuro del periodismo ve que no hay más preguntas y se despide entre risas.
- Ah, por cierto... Vamos a recorrer el mundo —suelta Cloe antes de irse.
- ¿Cuándo?
- Cuando seamos mayores —tercia Magdalena, a quien ya le queda un día menos para lanzarse a la aventura.
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