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La presión política deteriora el ejercicio del periodismo en España, según RSF

Nuestro país mejora en la clasificación mundial de la libertad de prensa. Sin embargo, Reporteros Sin Fronteras alerta del desapego y la hostilidad de la ciudadanía provocada por la polarización y la desconfianza en los medios.

Decenas de personas se han concentrado este domingo en la calle Ferraz, al término de la manifestación contra la ley de amnistía que ha tenido lugar en Madrid, y han manteado a dos muñecos de tela que simulaban ser el presidente del Gobierno, Pedro Sánche
Protesta en la madrileña calle Ferraz contra Pedro Sánchez y Carles Puigdemont, el pasado enero. - EFE

España ha subido del puesto 36 al 30 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2024, elaborada por Reporteros Sin Fronteras (RSF). Sin embargo, "no se salva del deterioro global del periodismo por la presión política", advierte en un comunicado la organización, que reconoce en cambio que nuestro país "resiste en un escenario mundial desalentador".

RSF señala que "España no se libra de las presiones políticas que, como en todo el mundo, están erosionando la independencia y la pluralidad del periodismo". De hecho, el indicador político —uno de los cinco que miden la salud de la libertad de información, junto al económico, el marco legal, el contexto sociocultural y la seguridad de los periodistas— ha caído más de tres puntos.

¿Por qué, entonces, España avanza, pero lentamente? Por una parte, pese a que nuestro indicador político ha empeorado, en el resto del mundo ha sufrido una bajada de casi ocho puntos. La mejora en la clasificación también responde a la subida de los indicadores que evalúan el contexto legal y la seguridad de los periodistas, unida al "pronunciado declive de otros países [...], que dibuja un panorama poco halagüeño para la libertad de prensa en el mundo".

Reporteros Sin Fronteras alerta de la "presión creciente de los actores políticos sobre los medios de comunicación y los periodistas, en detrimento de la independencia, la calidad de la información y el pluralismo", tanto aquí como en el extranjero.

"La polarización y la desconfianza en los medios se hace notar en el indicador sociocultural de España, tradicionalmente sólido, que pierde casi cuatro puntos respecto al año pasado, denotando el desapego, cuando no la hostilidad, que afecta a parte de la ciudadanía respecto al periodismo", indica RSF.

"Mientras que la excesiva concentración de los medios de comunicación en España y una precarización ya cronificada de la profesión periodística vuelven a lastrar el indicador económico, que cae por debajo de los 60 puntos (sobre 100), el contexto legal y la seguridad de los periodistas mejoran respecto al año pasado y explican, junto al declive de otros países, la subida de seis posiciones en la tabla que experimenta nuestro país", concluye la organización.

RSF valora nuestro marco legal, pese a que el Gobierno todavía no ha derogado la ley mordaza. Sin embargo, muestra su preocupación ante "las agresiones físicas y verbales que sufren los periodistas españoles en la cobertura de eventos a pie de calle", caso de Ferraz, así como ante "el acoso que padecen en redes sociales".

No obstante, España es un país seguro para ejercer la profesión, sobre todo si lo comparamos con Irán, Corea del Norte, Afganistán, Siria y Eritrea, que cierra la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, encabezada por Noruega, Dinamarca, Suecia, Países Bajos y Finlandia.

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