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Porpora, Julian y Michele, tres faros de esperanza para un colectivo trans en Italia atrapado entre la burocracia y la política

Las historias de Porpora Marcasciano, Julian Suppo y Michele Formisano reflejan la situación política y social de las personas transexuales en Italia, atrapadas entre burocracia, inmovilismo gubernamental y una legislación antigua.

Porpora Marcasciano, Julian Suppo y Michele Formisano
Porpora Marcasciano, Julian Suppo y Michele Formisano.

Italia, abril de 1995. En la ciudad de Bolonia se celebran las elecciones municipales. Marcella Di Folco (1943-2010), histórica actriz romana de la escuela de Federico Fellini y comprometida activista LGTBI+ se convierte en la primera mujer trans en el mundo en cubrir un cargo institucional. La Marcellona – así es como la llamaban las personas que formaban su círculo más cercano – es elegida concejala en el Ayuntamiento de Bolonia y a partir de ese momento abre un importante camino a nivel nacional.

El significativo rastro y la herencia política de Marcella continúan hasta hoy. El testimonio institucional lo recogió en 2006, durante un breve periodo, la activista pugliese Vladimir Luxuria, quien se convirtió en la primera mujer transexual en entrar en el Parlamento italiano, siendo Diputada por el partido Refundación Comunista durante la XIV legislatura.

Sin embargo, en 2024, en el bel paese, la presencia parlamentaria a nivel estatal y regional de políticos transgénero ya es un recuerdo lejano, y la participación institucional de personas del colectivo durante estos últimos años se circunscribe solamente al ámbito local, con algunos exponentes en unos pocos ayuntamientos grandes y pequeños del norte de Italia.

En la región de Lombardía es significativa la presencia de Gianmarco Negri, primer alcalde trans de la historia de Italia (Ayuntamiento de Tromello, Pavía). Otras tres referentes para el colectivo a nivel institucional son Monica Romano, concejala en el Ayuntamiento de Milán, Julian Suppo, concejal del ayuntamiento de Piossasco (Turín) y Porpora Marcasciano, concejala en el Ayuntamiento de Bolonia.

La historia de Porpora Marcasciano: “Pasar por la cárcel me marcó para siempre”

Cincuenta y un años de activismo. Una vida dedicada a luchar por la dignidad de un colectivo muchas veces olvidado o aparcado por las instituciones estatales. Hoy, Porpora Marcasciano (San Bartolomeo in Galdo, Benevento, 1957) mira atrás, a los años setenta y ochenta cuando "el futuro era desconocido" y los primeros movimientos empezaban a surgir en defensa del colectivo trans. "Quien formaba parte de estos grupos se enfrentaba a una vida muy difícil; hacían falta coraje y músculos para entrar. Muchos eran perseguidos como delincuentes habituales y vivían una vida dentro y fuera de la cárcel", recuerda Porpora Marcasciano.

Porpora Marcasciano: "Mi detención fue una injusticia que el Estado debería reconocer; no en términos económicos sino en términos políticos"

"Las detenciones eran algo habitual en la época y solían ser por exhibición indecente en lugar público y ultraje", puntualiza Porpora. "Yo también pasé por el calabozo en 1981. Tenía 22 años. Me detuvieron en una plaza céntrica de Roma tras salir de clase por ir vestida y un poco maquillada de una cierta manera. Me llevaron a la cárcel de Regina Coeli (Roma), donde estuve aislada cuatro días. Fue una injusticia que el Estado debería reconocer; no en términos económicos sino en términos políticos. Fue algo que me marcó para siempre".

Esta experiencia se remonta a unos seis meses antes de la aprobación de la Ley 164/1982, un momento que Porpora recuerda como una "gran victoria de liberación y de reconocimiento". Esta norma fue muy innovadora para la época, siendo la segunda ley en Europa, después de Alemania, en autorizar el cambio de género y del estado civil. "Después de su promulgación hubo 40 años de vacío político", remarca la concejala de Bolonia. "Antes o después habría que revisarla. Las nuevas generaciones se han encontrado en una situación ya consolidada a pesar de que tenga límites; en ese aspecto, los jóvenes tendrán que implicarse más a través de un análisis profundo de la situación", sostiene Porpora Marscasciano.

En 2010 recogió la herencia dejada por su amiga Marcella Di Folco y fue designada presidenta del MIT (Movimiento Identidad Trans), cargo que ocupó hasta 2016. "La Marcellona ha sido una parte fundamental de mi actividad política y asociativa. Éramos la mente y el brazo, como se dice en Roma, éramos culo e camicia. Hemos construido una realidad importante en Bolonia", afirma Porpora. "El consultorio del MIT boloñés acogía a más de 2.500 personas. Ofrece servicios de reducción del daño respecto a la prostitución, atención a migrantes y un plan de intervención en las cárceles enfocado en el centro de Reggio Emilia, donde hay una sección dedicada a personas transexuales".

Casi treinta años después, sigue teniendo bien clara la luz que encendió Marcella Di Folco en 1995. "A finales de julio de 2022, la actual vicealcaldesa de Bolonia, Emily Clency, me propuso la idea de presentarme a las elecciones municipales. Acepté inmediatamente, aunque al día siguiente ya me arrepentí", afirma sonriendo la concejala del ayuntamiento boloñés. Actualmente, Porpora Marcasciano es presidenta de la comisión de Igualdad dentro del ayuntamiento de Bolonia, un rol ejercido por primera vez por una mujer trans. Según ella, "las derechas nunca la han reconocido en su cargo institucional".

Según el euro barómetro de 2023, en Italia un 74% de la población percibe que hay algún tipo de discriminación hacia el colectivo trans

Según el Observatorio de Personas Trans Asesinadas, entre 2008 y septiembre de 2023, en Italia han sido asesinadas un total de 48 personas transexuales. El porcentaje de población italiana que percibe que hay algún tipo de discriminación hacia el colectivo trans, según el euro barómetro de 2023, se sitúa en el 74%. En la misma línea, la encuesta de Ipsos Pride 2023 la coloca en el 77%. "Creo que la discriminación nunca ha terminado y continúa bajo formas distintas", sostiene Porpora Marscaciano, "Antes la discriminación era total, tú venías discriminada y no aceptada como trans. Era imposible acceder al trabajo, a locales públicos. Vivías sobre todo de noche y no de día".

Los datos del euro barómetro hay que analizarlos en dos claves: por un lado se pueden interpretar con esperanza, ya que hay una mayor conciencia de la población italiana respecto al año 2019 (un 8% más). Por otro lado, los números siguen mostrando indirectamente una alta tasa de discriminación dentro del país y de un inmovilismo político constante.

Julian Suppo: “Pasé toda mi adolescencia sin tener un término con el que definirme”

Julian Suppo (Piossasco, Turín, 1990), concejal del Ayuntamiento de Piossasco, en 2019, con 29 años, decidió presentarse a las elecciones municipales de su localidad como candidato trans. Fue durante aquella campaña electoral cuando Julian habló por primera vez de su sexualidad en público. "Presentarme a las elecciones municipales ha sido una forma de reafirmar mi identidad", sostiene.

Julian Suppo: "La inauguración del banquillo arcoíris fue un símbolo fuerte y potente para comunicar a la comunidad LGTBI+, que hay un sitio para ellos"

Durante este periodo de actividad institucional, Julian Suppo ha impulsado varias actividades en el ámbito de la sensibilización ligadas a los derechos del colectivo LGTBI+. Uno de sus mayores logros, recuerda con particular orgullo, ha sido la inauguración del banquillo arcoíris. "Es un símbolo fuerte y potente para comunicar a la ciudadanía, y sobre todo a la comunidad LGTBI+, que hay un sitio para ellos", sostiene el concejal turinés, que en el ámbito institucional a nivel local cree que se puede hacer más de lo que se hace actualmente. "Hay que hacer vivir la cotidianidad a estas personas. El primer objetivo es llevar a las personas transexuales a votar. Muchos no lo hacen para evitar hacer filas divididas por género, o por exhibir sus propios documentos de identidad aún no rectificados. Esta es una cosa que se puede hacer comenzando desde el ámbito local, a la espera de una ley que regule las filas divididas por género. Aún parece estar en el medievo", sentencia el concejal piamontés.

La toma de conciencia efectiva con su identidad de género real se produjo en su primera participación en el orgullo con veintisiete años. "Pasé toda mi adolescencia sin tener un término con el que definirme. A partir de este momento pude apartar los prejuicios que tenía hacia las mujeres transexuales y empecé a pensar que la palabra trans era el término que buscaba desde hace mucho tiempo", afirma Julian.

Julian Suppo, sobre los tiempos del proceso de afirmación de genero: "En la esfera pública se tarda dos años para la primera visita psiquiátrica y tres años para la visita endocrinológica"  

Hoy en día, después de un año de proceso burocrático, sigue a la espera de la sentencia judicial que finalmente cambie el nombre en sus documentos civiles, ya que la autodeterminación de género a nivel formal, en Italia, aún sigue como un punto difícil de alcanzar: "No es posible que sea un juez quien decida si yo puedo tener el nombre que quiero en los documentos", sostiene Julian, quien empezó también su tratamiento hormonal en septiembre de 2023. Su historia es la demostración de la lentitud burocrática que hay en Italia en este ámbito, tanto en la esfera privada como sobre todo en la pública, donde los tiempos, según Julian, "superan los dos años para la primera visita psiquiátrica y tres años para la visita endocrinológica".

En 2024, en Italia, el camino de afirmación de género lo pueden empezar tanto las personas mayores de 18 años como los menores de edad, estos últimos previa autorización por parte de los padres. Quienes quieren cambiar su nombre en los registros civiles o empezar un camino de transición de género deben pasar antes por el visto bueno de un psicólogo o psiquiatra y por la visita médica con un endocrinólogo. Solo así podrá llegar al juicio que permitirá obtener los nuevos documentos actualizados o empezar el proceso que lleve a la cirugía; cabe mencionar que este último aspecto en los menores de 18 años es bastante complicado de alcanzar, debido principalmente a los largos plazos técnicos y burocráticos.

Para el concejal de Piossasco, en el ámbito educativo, es fundamental que se legisle a nivel nacional la implantación universal de las carreras alias, es decir la modificación (no oficial a nivel formal en los documentos civiles) del nombre en los registros y actas internas de institutos o universidades: "Hay muchos jóvenes a los que antes de comenzar el proceso de transición les gustaría probar viviendo su género percibido, y lo desearían hacer en el contexto en el que viven más, que es el instituto. Aquí no pasarían por un médico que les diga que son así o no son así. Paralelamente echo en falta cursos de educación sexual y afectiva en el sistema educativo, para que alguien como yo no llegue a los veintisiete años sin haber escuchado nunca la palabra identidad de género. Es un paso fundamental", concluye Julian Suppo.

Michele Formisano (activista): “Tras el túnel decidí restituir el don de la vida”

La historia de Michele Formisano (Taranto, 1964) es una vida en continuo nacimiento. Es una flor que ha pasado por el hielo y la tormenta y que ahora ha encontrado su tierra fértil y el sol. Michele nació Michela. Tuvo una adolescencia complicada, una vida en un cuerpo que cambiaba de la "manera más lejana" a la que se esperaba. "Busqué la autodestrucción; pensé en el suicidio, pero no tenía toda esa fuerza para quitarme la vida. Así que me refugié en las drogas y a partir de ahí empezó un túnel increíble, una vida desgraciada que hacía que no pensara en todo este dolor que llevaba dentro", afirma el activista pugliese.

Michele Formisano: "Cuando me puse la banda elástica que comprime los pechos, me miré al espejo y me reconocí"

Michele pasó por la cárcel y por el VIH, que unos años después se convirtió en SIDA. Se curó y se salvó. Sucesivamente, a través de internet entró en contacto con un grupo de personas con sus mismas ambiciones de transición de género. "Nos vimos en Roma. Uno de ellos me hizo probar una banda elástica de las del gimnasio que comprimen los pechos. Me la puse, me miré al espejo y me reconocí. A partir de ahí se me abrió un mundo. Finalmente volví a nacer y a la vuelta a casa, en Bari, comencé mi camino de afirmación de género. Hoy puedo decir que soy una persona que ha retomado el sabor de la vida", admite Michele.

Actualmente es el presidente del CEST (Centro Salute Trans e Gender Variant), una asociación que se encarga de apoyar a las personas transgénero y a las que quieren comenzar el camino del cambio de género. "Mi objetivo es informar en todos los sentidos y decirles que no están solos. Hoy creo que es necesario informar y sensibilizar para dar a conocer las posibilidades que cada uno tiene, sobre todo las personas medicalizadas. Yo, tras mi transición, decidí no invisibilizarme. Decidí restituir el don de la vida", confiesa Michele Formisano.

"Creo que es fundamental entablar un camino clarificador con las personas que se quieren someter a la cirugía, que profundice y explique todo"

Su trabajo, hoy en día, se concentra sobre todo en el aspecto de la protección de la salud de las personas transexuales. "Hay muchas personas reacias a someterse a visitas específicas ligadas a la esfera sexual y se sustraen por miedo a la actitud de los operadores sanitarios", sostiene Michele, que además señala un problema que hay en el sistema sanitario italiano a la hora de que se ejecute el cambio de nombre: "Cuando aún tienes tu sexo biológico, te llegan las notificaciones de controles de prevención justas; con el cambio del nombre, desapareces definitivamente". Michele, además, sostiene que es necesario un acompañamiento psicoterapéutico a la hora de decidir operarse: "Creo que es fundamental entablar un camino clarificador con las personas que se quieren someter a la cirugía, que profundice y explique todo. Es un cambio irreversible y hay que tener conciencia máxima a nivel sexual y físico", sostiene el activista.

Michele Formisano realiza su actividad en su tierra natal, la región sureña de Puglia, conocida como el tacón de Italia. "Hasta hace poco había una diferencia muy grande entre norte y sur con respecto a la aceptación de la transexualidad", comenta el activista. "Muchos adultos transgénero se iban a las grandes ciudades del norte. Hoy, en cambio, creo que el sur se está abriendo mucho. Es necesario que no desaparezcamos y no nos escondamos", sostiene Michele. 

¿A dónde quieres ir, Italia?

El consejero de políticas sociales y derechos del Ayuntamiento de Turín, Jacopo Rosatelli, lanza una previsión sobre el futuro inminente en Italia: "Durante esta legislatura no ocurrirá nada respecto al avance y desarrollo de los derechos. No creo que el Gobierno de Meloni haga una batalla política para eliminar derechos. Ellos se limitarán a no actuar, y no actuar en esa fase histórica es un modo para elegir. No avanzar en derechos significa aceptar situaciones de desigualdad", concluye el consejero.

Jacopo Rosatelli: "El Gobierno de Meloni se limitará a no actuar, y no actuar en esa fase histórica es un modo para elegir"

Rosatelli, también coordinador nacional de la Red Ready, - un proyecto que engloba a más de 300 instituciones entre comunes y regiones que propone políticas activas de contraste a la discriminación - recuerda lo que supuso el fracaso del rechazo al DDL Zan en 2021. "Fue un grave error político del Parlamento italiano; ha sido una demostración de la grave inmadurez de la mayoría de la clase política italiana. La derecha de nuestro país ha estado sorda; los conservadores y ultraconservadores nunca han participado en ningún avance y reconocimiento de derechos en Italia".

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