Este artículo se publicó hace 7 años.
Maltrato animalEl 40% de los perros que sufren maltrato, abandono o robo son perros de caza
Las estadísticas de la Guardia Civil de los últimos cinco años, a las que ha tenido acceso 'Público', reflejan la enorme incidencia que tiene la caza en el abandono o el maltrato a estos animales.
Madrid--Actualizado a
Los datos de la Guardia Civil lo reflejan de forma clara. Alrededor del 40% de los perros afectados por algún tipo de maltrato animal son galgos u otros perros de caza, según las estadísticas de los últimos cinco años del Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), a las que ha tenido acceso este diario.
El último informe del Seprona sobre maltrato a perros que se conocía correspondía a 2013. Pero en respuesta a una pregunta planteada en la Cámara Alta por la senadora María Isabel Mora, del grupo parlamentario Unidos Podemos-En Comú Podem-En Marea, el Gobierno ha aportado ahora los datos desde 2012 hasta 2016, desglosados por tipos de perros afectados y por clases de infracciones o delitos.
En el transcurso de esos cinco años, un total de 66.242 perros sufrieron algún tipo de maltrato, de los que 27.724 eran perros de caza, es decir, más del 40%. Una cifra muy elevada, sobre todo si se tiene en cuenta que se trata de un sector en teoría minoritario (sólo el 2% de la población en España tiene licencia de caza, según la Federación de Asociaciones de Cazadores de la UE).
Las estadísticas del Seprona, no obstante, no recogen todos los casos de perros maltratados en España, sino únicamente los derivados de las actuaciones llevadas a cabo por unidades de la Guardia Civil, sin incluir los que son recogidos por comunidades autónomas, ayuntamientos, protectoras y asociaciones voluntarias. En su respuesta a la senadora, el Gobierno reconoce que el Seprona “no tiene constancia estadística” de estas actuaciones, de lo que se deduce que las cifras de maltrato son en realidad muy superiores, aunque no existe ningún organismo que recopile estos datos.
Aún así, los informes del Seprona (los únicos datos que las asociaciones cinegéticas dan por válidos) sirven como radiografía para hacerse una idea de la enorme incidencia que tiene la caza en el abandono o el maltrato a estos animales.
Los robos son especialmente graves. El 80% de los perros que se sustraen son perros de caza
La desproporción es especialmente llamativa en el caso de los robos, donde el porcentaje de perros de caza afectados llega algunos años al 80%. De los 646 perros que fueron robados en 2012, hasta 503 eran de caza. En 2014 fueron 388 de un total de 481, y en 2016, las estadísticas marcan 309 de 384.
“Por lo que se refiere a las razones de los robos de estos animales, se significa que en esta problemática existen diferentes motivaciones, entre otras, la participación en carreras, actividades cinegéticas, la venta o el envío a países extranjeros”, señala el Gobierno en su respuesta a la senadora Isabel Mora, que preguntó específicamente por los motivos de estas sustracciones. Las asociaciones de galgueros, por su parte, señalan a los “furtivos” como responsables de los robos y abandonos.
Los datos del Seprona no tienen en cuenta a los perros recogidos por protectoras o ayuntamientos
Es asimismo elevado el número de perros de caza que son abandonados. En 2015 la Guardia Civil contabilizó 188 de un total de 450, y en 2016 fueron 158 de 434. En cualquier caso, son cifras ínfimas, comparados con los 50.000 galgos que las asociaciones protectoras calculan que se abandonan cada año en nuestro país.
Aunque no se registran muchos casos de perros ahorcados o golpeados –al menos en aquellos recogidos por la Guardia Civil-, muchas veces los perros de caza siguen siendo, como en los casos anteriores, los peor parados. Por ejemplo, de los 18 perros que fueron ahorcados el año pasado, la mitad eran de caza.
Sólo en 2016, la lista de perros de caza que sufrieron maltrato la completan los 957 hallados en malas condiciones de alojamiento e higiene, los 37 con desnutrición o los 3.325 que no estaban registrados, carecían de microchip o les faltaba vacunación.
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