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Limpiadoras Las limpiadoras de centros sanitarios se rebelan contra la discriminación

La externalización de los servicios de limpieza no solo implica peores condiciones laborales, sino también dificultan el acceso a las vacunas contra la covid o que esta pueda ser considerada enfermedad laboral.

Limpiadoras protestan frente al Hospital de la Fe en València
Limpiadoras protestan frente al Hospital de la Fe en València. Joan Canela

"Cuando supimos que estaban llegando las cartas para la vacuna al personal que trabaja en las zonas críticas de covid, y que estas no incluían el personal de limpieza, estallamos, fue la gota que colmó el vaso". Quién así se expresa es Berta Robles, trabajadora de limpieza en el hospital de La Fe, el mayor del País Valencià, y se refiere a los hechos que removieron muchas consciencias en este centro sanitario. Su primera reacción fue convocar una reunión improvisada en la calle, a las puertas del hospital. Allí se decidió que cada limpiadora se convertiría en un anuncio andante de la discriminación que consideraban que estaban sufriendo. Hicieron carteles a mano y se los colgaron en los cuerpos, en los carros de material, allí donde pudieron. Una protesta prácticamente unánime por parte de las 310 limpiadoras que, en tres turnos, mantienen el hospital permanentemente desinfectado.

"Con esta acción quisimos hacernos visibles, porque siempre somos invisibles y en algún momento tenían que darse cuenta de que existimos", sigue Robles, quien también recuerda que tampoco las incluyeron en los controles de PCR durante la primera oleada, ni en el decreto del ministerio de Inclusión y Seguridad Social –aprobado el 2 de febrero– que contabiliza como enfermedad profesional a todo el personal sociosanitario que haya contraído la covid. "Es todo muy frustrante e indignante, porque nosotras estamos en primera fila, entrando en habitaciones, quirófanos, etc. con protocolos muy estrictos. Hemos respondido a todos los esfuerzos que nos han pedido, de hecho, entre el personal de limpieza ha habido muy pocos contagios- para que ahora se vuelvan a olvidar de nosotras".

Su acción dio resultado y ayer mismo, el primer personal de limpieza de La Fe empezó a recibir la notificación para ser vacunado. Entiende que el cambio ha venido de la dirección del hospital, aunque nadie se ha puesto en contacto con ellas para explicarles nada. "Aparte de los medios de comunicación, solo el equipo de Pilar Lima –portavoz de Podemos a Les Corts valencianas– se ha interesado por el caso".

Limpiadoras protestan frente al Hospital de la Fe en València.
Limpiadoras protestan frente al Hospital de la Fe en València. Joan Canela

La externalización como problema de fondo

El servicio de limpieza está subcontratado a empresas externas en la práctica totalidad de los hospitales valencianos y españoles, así como otros servicios, como la cafetería, cocina, seguridad o mantenimiento. Este modelo implica una dificultad añadida para mejorar las condiciones laborales de este personal.

"Nos cuesta mucho mejorar los convenios, porque la licitación generalmente es para el precio más bajo, y las empresas que lo ganan ajustan mucho los precios", explica a Público Jesús Moreno, delegado del sindicato CGT en el Hospital Clínic de València. Pero este es solo uno de los problemas. "En general estamos discriminados, ya que no se considera enfermedad laboral los contagios en el lugar del trabajo, como si sucede con el personal sanitario, pero no solo en Covid, sino en todo tipo de enfermedades infecciosas".

Al no estar directamente contratados por el hospital, no se les considera personal del mismo, sino de la empresa externa, "aunque a veces podemos llevar hasta 30 o 40 años trabajando en el hospital, porque como generalmente las cláusulas de los concursos incluyen la subrogación del personal, las empresas van y vienen, pero nosotros nos quedamos", continua Moreno.

Otro ejemplo de esta diferencia de trato se ha vivido en La Fe con el tema de las vacunas. El servicio de cocina se encuentra parcialmente externalizado, pero en el plan de vacunaciones, la dirección del centro incluyó únicamente el personal de cocina contratado directamente por el hospital, dejando el resto fuera, aunque realizaban el mismo trabajo.

También la exclusión de todo el personal externalizado del real decreto que considera la covid enfermedad profesional ha levantado ampollas. "Con la pandemia vamos más lentos, porque la capacidad de reunirnos y hablar es menor, pero no vamos a permitir que nos excluyan otra vez", asegura Moreno. Por el momento están buscando asesoramiento legal, pero no descartan la convocatoria de movilizaciones en cuando consensuen un calendario de acción con el resto de los sindicatos.

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