Policías antidisturbios que golpean a periodistas; agentes de paisano que, sin identificarse, tratan de arrebatar cámaras a profesionales de la información; que amenazan a profesionales con multas por hacer su trabajo; o que obligan a un reportero gráfico a eliminar parte de las imágenes que había captado. 

El Colexio de Xornalistas de Galicia (CPXG) ha denunciado estas amenazas y agresiones a la libertad de información por parte de la Policía Nacional el pasado sábado durante la manifestación en protesta por el desalojo del Centro Social Ocupado Autogestionado (CSOA) Escárnio e Maldizer en Santiago. El comunicado destaca que durante la manifestación inicial todo marchó correctamente, pero que cuando las Fuerzas de Seguridad del Estado comenzaron el desalojo del CSOA se produjeron importantes trabas a la libertad de información. 

"Independientemente de que algunas de estas acciones policiales puedan estar amparadas o no por legislaciones como la Ley Mordaza, que ya fue criticada por este Colexio de Xornalistas por sus trabas a la libertad de prensa, la Junta de Gobierno quiere denunciar y condenar los impedimentos puestos por los Cuerpos de Seguridad del Estado a la labor de los informadores. El libre ejercicio de los y las profesionales de la información es un pilar fundamental del Estado de Derecho y poner trabas a su labor supone un déficit democrático para toda la ciudadanía", señala el comunicado. 

El Colexio informa de esta manera, además, que una periodista colegiada ha denuncido que se produjeron numerosas identificaciones contra periodistas que estaban desempeñando su trabajo fueron continuas, tanto de agentes que vestían con el uniforme habitual como de agentes vestidos de paisano que se negaban a identificarse. 

Golpes a periodistas

Recientemente la Audiencia Provincial de Madrid rechazó investigar a la Policía Nacional por si hubiera cometido un delito contra la liberad de información por golpear a varios periodistas durante una manifestación en Madrid de 2014. La Justicia señaló entonces que "no había indicios de que los policías pretendieran impedir el ejercicio de la libertad informativa de los periodistas presentes". El auto argumentó que la situación fue muy confusa y que los policías no podían saber que las personas golpeadas eran periodistas, ya que estos no se lo hicieron saber.