Este artículo se publicó hace 8 años.
Gloria Poyatos: "En la educación está la prevención, es una vacuna contra la violencia de género"
Entrevista a una de las 12 juezas fundadoras de la primera Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE) que se integrará en la Asociación Internacional de Mujeres Juezas (IAWJ).
-Actualizado a
MADRID.- Gloria Poyatos es una de las doce fundadoras de la primera asociación de juezas de España, creada casi cincuenta años después de la ley que derogó la prohibición del acceso de las mujeres a la carrera judicial (Ley 92/1966,).
Nace con el objetivo de defender un sistema de acceso igualitario a la justicia, en especial a las mujeres y las niñas y crear un “un monopolio igual, de hombres y de mujeres, que ahora mismo todavía no existe”, explica Poyatos. Para ello, ella y sus compañeras han elaborado una lista con doce puntos que representan “el reloj de la discriminación de género”, que servirá de hoja de ruta para seguir trabajando en profundidad cada punto y alcanzar un sistema más justo.
Las “medidas estrella”, según la magistrada, por “rompedoras e innovadoras”, serían la regulación de la sextorsión y un cambio en la educación y formación del país que desde su punto de vista es “una vacuna contra la violencia de género”.
¿Por qué es realmente necesaria esta asociación?
Nuestros fines y propósitos no sólo se reducen a la defensa de la mujer dentro de la carrera judicial, que también. En cuanto a si está la igualdad implantada al 100% en la carrera, puedo decir que en cuanto respecta a las jerarquías judiciales los porcentajes de representación femenina en la cúpula judicial son escasos y en algunos casos existe una representación mayoritaria de los hombres. Por ejemplo, en el Tribunal Supremo de 68 magistrados y magistradas, solo 11 son magistradas, por tanto es una representación del 13%.
"La ley de protección de testigos ha quedado corta por la escasa protección que se ha dado a las mujeres
que han denunciado determinadas mafias"
Además, en las comunidades autónomas, en los tribunales de justicia que hay 17, sólo hay una presidenta del Tribunal Superior de Justicia. Los otros 16 son hombres. En las audiencias provinciales y en los cargos de designación no por concurso sino discrecional, los cargos están mayoritariamente ocupados por hombres. Otro dato más que aporto por mi propia experiencia: Yo soy magistrada decana en Lanzarote. Acudo a las reuniones anuales que el Consejo promueve donde nos reunimos todos los jueces decanos más importantes de España. Solemos ir entre 40 y 50. En la reunión realizada este año en Vigo a finales de octubre, de 43 jueces decanos solo 11 éramos mujeres.
¿Quiénes son las juezas que han formado esta asociación?
Tenemos un perfil joven, entre 30 y tantos y 50 años. Somos juezas de instancia, es decir somos juezas de juzgados. No somos de instancias de jerarquías de muy arriba, pero pertenecemos a diferentes jurisdicciones (social, instrucción, civil, penal). Luego somos de distintos lugares geográficos de España, hay compañeras que están en Madrid, otras que están en Castilla la Mancha, Barcelona… En total somos 12.
Estamos pendientes de cursar el alta en Madrid en el registro de asociaciones. Está pendiente de que nos den el alta, cuando eso pase y dispongamos de un CIF, las demás compañeras que quieren entrar, lo podrán hacer entonces.
Asimismo, estamos creando una página web, hemos contratado el dominio mujeresjuezas.es, ahora mismo estamos en Twitter (@Mujeresjuezas) y ya tenemos algo más de 800 seguidores. Tenemos también página en Facebook y poco a poco vamos avanzando.
¿Qué relación tiene este proyecto con la Asociación Internacional de Mujeres Juezas?
"Si no hay una mujer en la justicia que pueda interpretar las normas o intentar cambiarlas, esa legislación que es muy dañina para la mujer y las niñas, nunca jamás
podrá modificarse"
Ha de quedar claro que nosotras nos constituimos como una especie de sección territorial, para estar integradas dentro de una asociación mucho mayor que la nuestra a nivel geográfico, la International Association of Women Judges (que tiene su sede en Washington con más de 4.600 juezas asociadas en todo el mundo con un total de 75 países desde Afganistán a Zimbabue). Es una asociación magnífica con la que yo tuve contacto por primera vez en Australia en verano de 2014.
¿Cómo entró en contacto con esta Asociación Internacional? ¿Cómo funciona?
En un viaje personal que hice en 2014 a Australia tuve la ocasión de que me presentaran a dos magistradas del Tribunal Supremo del Estado de Queensland, en Australia. Una de ellas se llama Catherine Holmes, actualmente es la presidenta de ese Tribunal Supremo, siendo así la primera mujer en la historia de ese órgano judicial australiano en acceder a ese cargo. Tanto Holmes como otras compañeras suyas me hablaron de esta asociación donde ellas formaban parte. Somos conscientes de que hay mucho trabajo y camino por abrir en materia de igualdad en el mundo (como en Bangladesh, Pakistán o África). Los problemas que tienen las mujeres para acceder a la justicia en esos lugares son increíbles. Si no hay una mujer en la justicia que pueda interpretar las normas o intentar cambiarlas, esa legislación que es muy dañina para la mujer y las niñas, nunca jamás podrá modificarse y los focos de discriminación agresivos que existen en determinados lugares del mundo, son pobres en derechos humanos, siempre van a seguir así.
Ellas hacen congresos internacionales cada dos años, en distintos lugares del mundo (África, Australia, Nueva Zelanda…). Hay juezas con un escaso poder adquisitivo así que las que tenemos más capacidad económica, abonamos y pagamos el viaje de las juezas de Bangladesh, Afganistán, África… para que puedan venir a nuestros congresos y explicarnos qué pasa con las mujeres y las niñas en sus países. Además, compartimos nuestros conocimientos en materia de igualdad. Las ayudamos mediante programas de cooperación e intercambio judicial para ampliar las oportunidades profesionales de estas mujeres para que accedan a la carrera.
¿Y fue lo que le motivó a iniciar el proyecto en España?
Sí, todo esto me fascinó. Aproveché unas jornadas que organizo en Lanzarote para darlo a conocer. Contacté con Washington y encontré a Vanessa Ruiz, una representante muy importante de esta asociación, que trabaja en la corte de apelación del distrito de Columbia en Washington. Es la primera mujer hispana en acceder a este órgano que es una especie de Tribunal Supremo pequeño por debajo de la Corte Suprema de los Estados Unidos. Es un órgano de mucha reputación judicial. Le invité a venir una semana a Lanzarote a hacer la presentación y colaboró desde el primer momento con nosotros.
"Una regulación específica para la sextorsión viene a cubrir un vacío legal que no queda cubierto con
el acoso sexual"
Cuando llegué a España comprobé que podía registrarme en la asociación internacional. Cuando me di de alta, entré en la intranet para ver cuántas asociadas españolas había. Para mi sorpresa, además de mí, había sólo tres mujeres juezas de España más. Una de ellas es la vicepresidenta del Tribunal constitucional, Adela Asúa. A partir de ahí nos pusimos en marcha para captar socias y ahora somos más de 12 juezas en la asociación internacional.
De las 12 medidas que proponen para garantizar la igualdad, ¿cuál diría que es la “medida estrella”?
Cada una de las medidas las hemos confeccionado cada una de las juezas fundadoras de la AMJE, es complicado seleccionar… pero digamos que por rompedora e innovadora la sextorsión es lo más novedoso.
¿Por qué?
Es un viejo mal que ahora se está definiendo y desde la asociación internacional se está promoviendo una lucha para eliminar el uso del sexo como moneda de cambio. Una regulación específica para la sextorsión viene a cubrir un vacío legal que no queda cubierto con el acoso sexual o con el aprovechamiento que se pueda producir por ejemplo, por funcionarios de prisiones respecto a las reclusas, que eso es un tipo que sí que está previsto por el código penal.
La sextorsión va más allá. No existe una jerarquía, es decir, no existe un contrato laboral ni una relación de servicios. Es el supuesto típico de aquellas chicas que cometen el error por juventud o por inexpertas de trasladar fotografías con escasa ropa o posiciones “inadecuadas” a personas desconocidas, que son hombres y éstos, posteriormente, las presionan para que lleven a cabo relaciones sexuales de cualquier tipo con ellos a cambio de no publicar esas fotos.
Además ponemos en nuestras medidas, sí que te puedo adelantar que estamos poniendo en marcha muchos proyectos y el de la educación es uno que va a ser sustancial en nuestro camino porque creemos que ahí está la prevención, una vacuna contra la violencia de género. Vamos a crear una hoja de ruta para llegar nosotras al colegio y a las escuelas y mostrarle nuestros conocimientos a los chicos y a las chicas.
Una de las primeras peticiones que hacen desde la AMJE es una “urgente asignación de medios humanos y materiales necesarios para la aplicación del Estatuto de la Víctima del Delito”. ¿Para qué es esta herramienta? ¿Cuál es la situación actual?
Para empezar, determinados delitos, sobre todo con impacto de género, como la trata de personas o la explotación sexual, la ley de protección de testigos ha quedado corta por la escasa protección que se ha dado a las mujeres testigos que han denunciado determinadas mafias.
El estatuto de la víctima del delito es una protección que va más allá. Para las víctimas que denuncien una mafia, por ejemplo, va a crear una protección omnicomprensiva, mucho más allá de una protección procesada. Es una protección que ofrece una asistencia psicológica, asistencia profesional… Además, es una ley que rompe estereotipos y nos sorprende con novedades, como por ejemplo, con la posibilidad de que la víctima pueda ir acompañada judicialmente en todo el proceso de alguien de su total confianza que no tiene por qué ser su abogado o abogada. También es una norma que recuerda a los jueces que tenemos que usar un lenguaje inteligible para la víctima.
Los ciudadanos tienen que saber que es una herramienta que existe y que está en vigor desde finales de octubre de 2015 y que la tienen que reivindicar porque el beneficio va a ser para todos los sexos pero también especialmente para las víctimas de mafias, es decir, las mujeres.
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