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Electricidad 'kilómetro cero' para familias vulnerables

La Generalitat Valenciana impulsa el autoconsumo colectivo con la instalación de placas fotovoltaicas en 114 institutos, con una reducción de 9.000 toneladas de CO2 en el año.

Las conselleres de Educación y Transición Energética, Mireia Mollà y Raquel Tamarit.
Las conselleres de Educación y Transición Energética, Mireia Mollà y Raquel Tamarit. Consell de la Generalitat Valenciana

El 60% de la población valenciana vive a menos de 500 metros de un instituto. Esto facilita, obviamente, el acceso a la educación pública, pero, ¿y si también pudiera servir para producir de forma descentralizada otros bienes y servicios de primera necesidad? Como por ejemplo la energía eléctrica de origen renovable. Por definición, un centro educativo es un edificio grande, con grandes cubiertas y azoteas con capacidad de albergar grandes placas fotovoltaicas, muchas más que las que precisa la cobertura de las necesidades estrictas del centro, puesto que estos no solo no son muy intensivos en energía eléctrica, sino que al estar cerrados prácticamente la mitad del año —a diferencia otras equipaciones públicas como las sanitarias— pueden producir grandes excedentes.

Este es el punto de partida del programa Zero, energia de proximitat (Cero, energía de proximidad), impulsado conjuntamente por las consejerías de Educación, Cultura y Deporte, y la de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica, para equipar 114 institutos públicos —17 centros de 14 poblaciones de Castelló, 57 de 32 municipios de València y 40 de 25 municipios de Alacant— con tantas placas fotovoltaicas como sea posible según limitaciones técnicas y legales. La energía producida no solo cubrirá la demanda de los centros, sino que también servirá para aliviar las facturas de la luz a familias vulnerables que vivan hasta a 500 metros de los institutos.

Según han explicado en una rueda de prensa conjunta las consejeras Raquel Tamarit —Educación— y Mireia Mollà —Transición Energética— el programa Zero contará con un presupuesto de 14,47 millones de euros y permitirá ahorrar 6,9 millones en la factura de la luz de los centros educativos, evitar la emisión de 9.000 toneladas de CO2 en el año y beneficiar a entre 5.000 y 7.000 familias en riesgo de vulnerabilidad.

Tamarit ha recordado que se trata "de una primera fase" que se iniciará durante el otoño con "la licitación de los proyectos de ejecución, las direcciones de obra y la instalación de los paneles solares a los 114 institutos fijados". Para la primavera está previsto que ya estén en funcionamiento las placas, que también tienen que servir para enseñar educación ambiental entre el alumnado. "No solo se continuará abordando en clase la importancia de hacer frente a la emergencia climática, también allí donde estudian, en sus institutos, verán que tienen el ejemplo concreto de una gestión sostenible de los recursos energéticos", ha añadido la consejera. En una segunda fase, que se iniciará "una vez se vayan detectando los obstáculos", se prevé cubrir los 360 institutos públicos del País Valencià.

Mireia Mollà ha destacado que "tan solo en esta primera fase entre 5.000 y 7.000 familias se podrán beneficiar de los excedentes eléctricos generados". Una cifra que, a medida que se complete la instalación de placas solares, aumentará hasta beneficiar a cerca de 18.000 hogares con dificultades para afrontar la factura de la luz". Según han detallado fuentes de la consejería de Transición Energética, las familias beneficiadas por el programa se buscarán en colaboración con los servicios sociales de los diferentes ayuntamientos.

Autoconsumo colectivo

Balears estrenó a principios de año una experiencia pionera de producción de electricidad verde en edificios públicos para venderla de forma más barata al vecindario, gracias a la creación de una empresa energética pública. El País Valencià, sin embargo, no tiene una herramienta de este estilo, así que la opción escogida es la del autoconsumo colectivo, una figura prácticamente desconocida e infrautilizada, entre otras cosas, por limitaciones legales como la de exigir un radio máximo de 500 metros entre la producción y el consumo. "No entendemos este límite tan estricto y desde nuestro departamento ya hemos pedido al ministerio que se amplíe hasta los dos kilómetros, como pasa en otros países", han declarado desde Transición Energética. Este hecho marcará la casuística de cada instituto, puesto que no siempre los edificios se encuentran en los centros urbanos.

Pedro Fresco, director general de Transición Ecológica, ha defendido desde su perfil de Twitter la "capacidad transformadora" del proyecto que, por sí solo, puede multiplicar prácticamente por diez la producción en autoconsumo colectivo, una fórmula que "tiene mucho potencial". También destaca que se trata "de un proyecto masivo, que de entrada ya instalará 13,5 MWp" y que es "escalable e imitable por otras administraciones públicas".

Esta iniciativa se suma a las más de 250 comunidades energéticas creadas o en proceso de creación en el País Valencià, mediante las cuales, los ayuntamientos ceden las cubiertas de edificios públicos para producir energía verde a los vecinos que se constituyen como entidad.

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