En los últimos diez días se han recuperado un total de 210 cuerpos de personas migrantes en Túnez. Fueron víctimas de varios naufragios cuando trataban de alcanzar la costa europea.

El desastre se habría producido frente a las ciudades costeras de Sfax y Mahdia así como del archipiélago de Kerkennah, principales puntos de partida hacia Europa.

Túnez se ha convertido en un destino de tránsito para miles de migrantes subsaharianos que se embarcan en el Mediterráneo central- la ruta más mortífera- y, junto a Libia, es una de las principales vías migratorias.

Desde la llegada al poder del presidente tunecino, Kais Said, en 2021, los migrantes del África subsahariana han sufrido "extrema violencia y persecución" por parte de las autoridades, denuncian las organizaciones humanitarias.

Said acusa a los inmigrantes subsaharianos de formar parte de un complot para cambiar la demografía y la identidad "arabo-musulmana" del país.

Destino a Italia

Cerca de 15.000 personas han sido interceptadas o rescatadas en el primer trimestre cuando trataban de llegar a la isla italiana de Lampedusa, la cual se encuentra a apenas 150 kilómetros de distancia de Túnez, una cifra cinco veces superior que durante el mismo periodo del año pasado.

El ministro tunecino de Exteriores, Nabil Ammar, ha asegurado que su país necesita mayor apoyo financiero y logístico para reforzar el control de sus fronteras marítimas. Una política que defiende Italia ante la Unión Europea sin tener en cuenta el riesgo de bancarrota y que aumenten las salidas.

La protección a las personas migrantes ha empeorado desde la llegada de Giorgia Meloni al Gobierno italiano. La ultraderechista ha mostrado un discurso antiinmigración llegando a criminalizar las tareas de salvamento de las ONG.

Su última medida ha sido decretar -el pasado 11 de abril- el estado de emergencia durante los próximos seis meses bajo la justificación de un aumento excepcional de desembarcos a través del Mediterráneo.