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Defensa del catalán El futuro incierto del catalán: ¿será una lengua del siglo XXII?

La lengua tiene diez millones de hablantes, pero sufre una tendencia a la baja y no tiene la supervivencia asegurada si no se garantiza su transmisión. Utilizarla en todas las situaciones y plataformas y no solo en las aulas es uno de los retos que tiene.

Cola de gente para entrar en una tienda del Portal de l'Àngel (Barcelona) / ACN
Cola de gente para entrar en una tienda del Portal de l'Àngel (Barcelona) / ACN

El 45% de las lenguas del mundo podrían desaparecer en el transcurso de este siglo. Una de ellas podría ser el catalán, una lengua minorizada con diez millones de hablantes, que a pesar de estar en peligro de extinción es el idioma sin estado más grande de la Unión Europea. Hay muchas causas que han llevado al catalán a este estadio, pero hay soluciones que pueden revertir la situación. Ahora bien, tal como asegura la profesora titular de lingüística general en la Universitat de Barcelona Carme Junyent las lenguas amenazadas "hace muy pocos años que preocupan a la lingüística y a la humanidad en general. Si es que le preocupan''.

La oficialización como recurso fácil

Hace 20 años no había ni 100 lenguas oficiales. Ahora hay casi 2.000. Una de ellas es el catalán. Parece la solución más sencilla, pero no es la más útil. "No hay ningún caso de lengua que se haya revitalizado porque la hayan declarado oficial. La oficialidad de una lengua no cambia nada si no cambia el comportamiento de los hablantes", remarca Junyent. Por su parte, la vicepresidenta de la Plataforma per la Llengua, Mireia Plana, añade que el hecho de que una lengua sea oficial no presupone la normalización de su uso.

Carme Junyent: "Lo que pase de aquí a 20 años con la transmisión es clave para ver si somos de esas lenguas que no llegamos al siglo XXII"

Las dos expertas alertan que el catalán cada vez pierde más hablantes. Junyent puntualiza que la bajada se ha suavizado respecto a las últimas décadas y señala la transmisión como uno de los factores esenciales para revertir la tendencia a la baja. "Lo que pase de aquí a 20 años con la transmisión es clave para ver si somos de esas lenguas que no llegamos al siglo XXII". Junyent considera que para asegurar la transmisión de la lengua hay que hablarla. "Tenemos que ser conscientes del valor de la diversidad, de la responsabilidad que tenemos y de la importancia que tiene nuestro comportamiento".

Para Plana, es necesario concienciar a los catalanoparlantes que hay que hablar catalán en todas las situaciones. "Que una persona sea de fuera no quiere decir que no lo hable. No tenemos que abandonar nuestra lengua y la tenemos que usar en todas partes, porque así también estamos lanzando el mensaje de que si estás en Catalunya hay gente que te habla en catalán", refuerza. Junyent revela que cambiar de lengua no es un comportamiento típico de los catalanes, sino que es una conducta que comparten los hablantes de lenguas minoritarias. "Como que suponemos que el extranjero no habla nuestra lengua, y nosotros sí que hablamos la suya, cada vez que nos encontramos con un desconocido le hablamos en la lengua dominante, y esto es letal", explica.

"No ha habido pérdida de hablantes"

Una de las herramientas cruciales para eliminar este comportamiento de hablantes de lengua minoritaria es que la población tenga conocimiento de la salud del catalán, aunque Junyent advierte que el conocimiento y el comportamiento no siempre van de la mano. "No hay esta información porque el discurso victorioso del poder hace que todo el mundo crea que la cosa ya está salvada. ¿Si te dicen que todo va bien por qué te tienes que preocupar?", se pregunta.

Ester Franquesa: "El riesgo, el miedo y las polémicas no ayudan mucho a que las personas se sumen a aprender nuestra lengua"

Ahora bien, la directora general de Política Lingüística del Govern, Ester Franquesa, opina lo contrario: "No han bajado los hablantes de catalán. Esta frase que algunos pueden tildar de optimista es puramente cierta. El riesgo, el miedo y las polémicas no ayudan mucho a que las personas se sumen a aprender nuestra lengua", afirma. Razona que la tendencia ha bajado por el cambio demográfico provocado por las nuevas migraciones. "Catalunya tiene más de 7,5 millones de habitantes y la composición demográfica no tiene nada que ver con la de cuándo se realizaba el estudio el 1981. En aquella época había un 1,5% de población extranjera y ahora hay un 18,2%", explica Franquesa. "No ha habido una pérdida de hablantes, sino una renovación de personas y una incorporación de usos lingüísticos", detalla. En este sentido, el 34,3% de los catalanes tienen el catalán como lengua primera, sea de manera única o junto con el castellano. Es la cifra más alta de los últimos 15 años, según la Plataforma per la Llengua. Ahora bien, 5,6% personas adultas no entienden el catalán y un 18% no lo hablan.

Para la vicepresidenta de la Plataforma per la Lengua, el catalán tiene que ser una herramienta que, además de generar tejido social y sentido de comunidad, debe ser útil para las personas migradas: les tiene que servir para encontrar un trabajo, de palanca para poder estudiar más y para progresar económicamente. "Para que la lengua pueda ser útil tienes que hacer que sea necesaria para el comercio, para la enseñanza, en la justicia, que puedas ir al cine y puedas escucharla", remarca. Para la impulsora del "Canal Malaia", Clàudia Rius, el catalán "te tiene que ser útil para comunicarte en tu día a día". "Una persona que no tenga conciencia lingüística tiene que poder utilizar el catalán con normalidad", añade.

El error de delegarlo todo a la inmersión lingüística

¿Cómo puede ser que a pesar de tener el catalán como lengua vehicular en las aulas el número de hablantes no sea más alto? Una de las posibles respuestas es que, una vez pasada la infancia, los adolescentes buscan sus referentes de entretenimiento más allá de las clases y de los padres. Cómo señala uno de los coautores del estudio "Català, youtubers i instagramers. Un punt de partida per promoure l'ús de la llengua", Avel·lí Flors Mas, desde el cierre del canal 3xL el consumo mediático de los adolescentes se ha ido desplazando desde los canales tradicionales unidireccionales -televisión- a las redes sociales -Youtube o Instagram-. "Este es un ámbito donde las instituciones tienen más difícil marcar la dieta mediática de los adolescentes", apunta el también investigador del Centre de recerca i sociolingüística i Comunicació de la Universitat de Barcelona.

Clàudia Rius: "El catalán es una lengua suficientemente normal para que la uses sin tener que decir todo el rato por qué la usas"

Ante esta ausencia de referentes, Clàudia Rius, Arnau Rius, Juliana Canet y Bru Esteve han creado este junio Canal Malaia, una plataforma audiovisual dedicada al público joven en el cual comunicadores, youtubers e influencers pueden colgar su contenido de entretenimiento en catalán. "Nosotros cuando somos jóvenes lo que queremos es tener referentes y seguirlos", apunta Rius. En Canal Malaia lo que es importante no es la lengua, que sirve de canal de comunicación, sino el contenido. Allí los jóvenes pueden encontrar vídeos que hablan de racismo, política, pero también de maquillaje y series. "El catalán es una lengua suficientemente normal para que la uses sin tener que decir todo el rato por qué la usas", detalla Rius.

Plataforma per la Llengua: "Una lengua no se puede encerrar en un museo como si fuera una obra de arte"

Para la también jefa de redacción de la publicación cultural Núvol e impulsora del podcast Gent de Merda, uno de los errores desde las instituciones ha estado potenciar un catalán muy intelectual y dejar de lado uno mainstream, así como traspasar toda la responsabilidad a la inmersión lingüística. "Hay mucha gente castellanohablante que solo identifica el catalán como la lengua de su profesor, y acaba siendo una lengua académica", denuncia. "Se ha querido cuidar tanto la lengua que al final no se han dado cuenta de que estas políticas lo enfocaban solo a una parte de la sociedad y dejaba a la otra desierta de contenidos", lamenta Rius. "Una lengua no se puede encerrar en un museo como si fuera una obra de arte. Tiene que salir a la calle y ser hablada para que se mantenga", refuerza Plana.

Para Flors, hay varias barreras que frenan la producción de contenido audiovisual en catalán. En primer lugar, creer que hacer entretenimiento en castellano da más rédito económico. "Es una idea engañosa porque el mercado en castellano está saturado, hay muchos productores generando contenidos de mucha calidad", argumenta. En este sentido, explica que hacer entretenimiento en catalán no da el mismo beneficio económico pero genera visibilidad antes. Otra de las reticencias a hacer contenido en catalán es la vinculación de esta lengua con ciertas ideas políticas. "Hablar catalán te posiciona en ciertos estereotipos, entre ellos los políticos", apunta. Pero el experto afirma que los prejuicios se rompen demostrando que son falsos, y por eso considera necesario que haya más personas haciendo contenido en esta lengua de manera natural y no solo reivindicando ciertas ideas.

Aunque todas las voces consultadas coinciden en que la forma más efectiva de cuidar una lengua es hablarla, hay ciertas legislaciones que ayudarían a proteger el catalán. Oficializarlo a escala europea permitiría que, por ejemplo, se respetara el código de consumo en Catalunya. Según cálculos recogidos en el InformeCAT 2020 -elaborado por la Plataforma per la Llengua-, el porcentaje real de productos que están etiquetados en catalán no llega al 10%. La Ley del Código de consumo catalana estipula que los consumidores tienen el derecho a recibir en catalán la información obligatoria de estos productos. "Esto depende del Estado español y aquí no mueve ficha de ninguna de las maneras. Necesitamos un estado favorable a la lengua, no uno que muestre adversidad al despliegue del catalán", denuncia Franquesa.

Las dificultades de hablar en catalán en las instituciones españolas

La normalización a nivel estatal de la cooficialidad del catalán es una eterna asignatura pendiente. Todavía hoy, en el Congreso de los Diputados se impiden las intervenciones en esta lengua. De hecho, han estado habituales las reprimendas del presidente de turno de la cámara baja a los diputados que la han empleado. La situación no cambia mucho en el Senado, donde desde hace algunos años se permite el uso de las lenguas cooficiales en el debate de mociones, pero no se acepta en el resto de debates, así como en a presentación de propuestas o interpelaciones al Gobierno español. Las barreras también están en otras instituciones del Estado. Solo hay que recordar el juicio del Procés, celebrado en el Tribunal Supremo, donde los dirigentes independentistas tuvieron que emplear el castellano por las dificultades de hacer la traducción de las intervenciones. La Plataforma per la Llengua denunció que esto vulneraba sus derechos lingüísticos.

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