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Atención Primaria Los Centros de Atención Primaria resisten como dique de contención de la covid-19 en Catalunya

La pandemia ha obligado a una primaria que ya acusaba falta de personal y recursos a asumir nuevas funciones y a transformar sus espacios. Los profesionales llaman a superar el "hospitalocentrismo" y que esta se convierta en el eje vertebrador para aguantar el embate de la covid y seguir atendiendo el resto de patologías.

Un equipo de atención primaria de Lleida preparándose para hacer PCR en una residencia. - Laura Cortés
Un equipo de atención primaria de Lleida preparándose para hacer PCR en una residencia. Laura Cortés / ACN

"Los últimos meses hemos visitado como nunca". Blanca de Gispert es médica de familia en el Centre d’Atenció Primària (CAP) Trinitat Vella, en Barcelona. Con la llegada de la pandemia, la atención primaria, puerta de entrada al sistema sanitario, ha asumido nuevas funciones y ha transformado sus espacios. Se ha reorganizado, en definitiva, para poder ser el dique de contención de la covid y, a la vez, seguir atendiendo al resto de patologías.

Esto, sin embargo, ha supuesto añadir más presión a una primaria que hace años que acusa falta de personal y recursos. "No había vivido nunca unos niveles de trabajo tan altos", explica en una videollamada con Público la médica, miembro del Fòrum Català d’Atenció Primària (FoCAP). La Conselleria de Salut no ha autorizado la visita de este medio a un CAP pese a las reiteradas peticiones.

La primaria lleva tres meses con un 30% más de actividad que en 2019 en Catalunya

La primaria ya encadena tres meses atendiendo un 30% más de actividad que en 2019 en Catalunya, según datos facilitados por primera vez por el Servei Català de la Salut (CatSalut). De Gispert afirma que podría ser aún más. Ella habitualmente visitaba unos 30 pacientes al día antes de la covid, una cifra considerada más o menos óptima, aunque elevada si se compara con otros países europeos. "A mí no me gustaría ser la paciente 32", comenta. Ahora, rebasa los 40 diarios.

La pandemia ha traído apareada multitud de nuevas tareas para el primer nivel asistencial: el testeo y los diagnósticos de covid, el seguimiento de los casos positivos vía telefónica, la gestión de las bajas, el rastreo de contactos estrechos... El presidente de la Societat Catalana de Medicina Familiar i Comunitària (CAMFiC), Antoni Sisó, cuenta como la situación impactó en una atención primaria ya debilitada. "Llevamos muchos años de descapitalización a nivel de recursos humanos", apunta el médico.

Mientras que en 1996 las plazas MIR en medicina de familia representaban el 43% del total, ahora son apenas el 28%. Esto se refleja en el número de profesionales por 10.000 habitantes: en Catalunya son 7,2 ante los 7,6 del Estado o los 9,5 de media en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

Hacer test, diagnosticar, seguir a los positivos y rastrear, entre sus nuevas funciones

Pese a la precariedad derivada, aún, de los recortes de la anterior crisis económica, la primaria se enfrentó a la pandemia con determinación y cogió las riendas en la atención a residencias y escuelas y también en el rastreo, a pesar de su externalización parcial a una filial de Ferrovial. Tanto Sisó como De Gispert señalan que hay "consenso generalizado" en el sector de que el rastreo no está funcionando como debería, y esto los sobrecarga aún más.

De Gispert valora que la coordinación con las residencias y las escuelas fomenta los vínculos con la comunidad, pero advierte que hay que poner recursos acorde: "No puedes tirar solo del voluntarismo y el esfuerzo de los profesionales. No puede ser a coste cero", afirma.

Cambios asistenciales

La actividad de la primaria no solo ha aumentado, sino que también ha cambiado. Ahora, la mayoría de visitas son telefónicas. De los 40 pacientes que visita cada día De Gispert, solo se sientan en su consulta alrededor de seis u ocho. Según los datos de CatSalut, las visitas telefónicas han oscilado entre el 60% y el 70% desde junio. Salut quiere revertir esa cifra y que, más o menos, haya un equilibrio del 50% entre ambas modalidades.

Alrededor del 35% de visitas son presenciales pero Salut quiere aumentarlas hasta el 50% o el 60%

"No tiene nada que ver la calidad de la visita presencial con la telefónica", explica De Gispert. Coincide con ella Alba Brugués, presidenta de la Associació d’Infermeria Familiar i Comunitària de Catalunya y enfermera en el CASAP Can Bou (Castelldefels). "Es otra manera de visitar y aún no hemos acabado de encontrar el equilibrio –entre ambas–". Brugués destaca que mediante la visita telefónica se pierde parte de la información, la obtenida a través del lenguaje no verbal y la exploración, por ejemplo. "Parece que tendría que ser más breve pero no es así. Perdemos tiempo porque esta información la tienes que rescatar haciendo más preguntas".

La enfermera cree, aun así, que ambos formatos son complementarios, ya que la atención a distancia es más adecuada para comentar resultados de pruebas, por ejemplo. Por otro lado, un avance que ha traído la pandemia es la página web La Meva Salut, donde el paciente puede consultar resultados y hacer consultas en línea, lo que fomenta su "autonomía", explica Brugués.

Otro de los asuntos que preocupa a los profesionales es mantener la longitudinalidad, es decir, el hecho de que cada profesional trabaje con sus pacientes asignados y no con listas únicas. Durante el confinamiento y hasta el principio del verano no se mantuvo, lo que implicó la pérdida de "la base de la primaria". "Les conoces toda la vida –a los pacientes– y esto terapéuticamente es muy rico", afirma Brugués. En su centro, poco a poco la están recuperando. De Gispert ya hace varios meses que atiende a sus pacientes habituales. Para combinar la atención a la covid sin dejar de lado a las otras patologías y poder así "recuperar la actividad normal", dice De Gispert, es "fundamental" mantener esta particularidad.

Un sistema hospitalocéntrico

Dotar a la atención primaria de una mayor centralidad en un sistema que, hoy por hoy, es "hospitalocéntrico" es una de las necesidades en la que coinciden todos los entrevistados. "Quién diga ahora que la atención primaria es el eje vertebrador del sistema, falta a la verdad", apunta Sisó. Los hospitales catalanes, actualmente, reciben un 60% del total de presupuesto de Salut, ante el 15% que recibe la primaria. Tendría que aumentar hasta el 25% para llegar al nivel recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Poner a la primaria en el centro y dotarla de un presupuesto óptimo acaba revirtiendo en una mejora tanto del sistema como de la salud de la población, porque, entre otros, su acción es preventiva. "Si continúan ninguneando y descapitalizando al primer nivel asistencial y se deja de seguir a los crónicos, no hay atención domiciliaria ni prevención en salud, ya veremos qué pasa y como se paga la factura sanitaria", advierte Sisó.

En septiembre, la Generalitat presentó el Pla d’Enfortiment i Transformació de l’Atenció Primària, que pone de manifiesto la necesidad de darle esa centralidad en el sistema y apuesta por la contratación de 1.400 profesionales coyunturales vinculados a la pandemia y 2.400 estructurales hasta 2022. El FoCAP advierte que el grueso de las contrataciones no son médicos ni enfermeras, sino perfiles de apoyo, lo que apunta a que "se priorizarán las tareas administrativas por encima de las asistenciales".

En los próximos meses, Salut implantará 60 módulos para descongestionar los centros

Sisó valora el plan, pero considera que se trata más bien de un plan "de contingencia" que no de ampliación de recursos estructurales, sobre todo a nivel de personal. Remarca que, más allá de esto, otra de las necesidades imperantes es "renovar infraestructuras del siglo XX y precarias" porque "hay algunos CAP en condiciones que no son las que corresponden".

La semana pasada, Salut informó que está estudiando la implantación de 60 módulos externos a los CAP para poder hacer PCR, vacunaciones o lo que se considere necesario; 40 podrían estar listos a principios de 2021, y el resto, a lo largo del primer trimestre. "Vamos tarde en esto", lamenta Brugués.

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