Este artículo se publicó hace 6 años.
Amor románticoCoral Herrera: "Se ha disfrazado de amor lo que es control y dominación"
Sufrir menos y disfrutar más del amor, este fue uno de los objetivos a partir de los cuales la antropóloga feminista comenzó a investigar sobre las relaciones de pareja para poder deconstruir los mitos patriarcales y crear relaciones sanas.
Beatriz Asuar Gallego
Madrid--Actualizado a
Los mitos del amor y la realidad de las relaciones sociales: una distancia tan grande que parece existir en mundos paralelos. Este es uno de los motivos que impulsó a la antropóloga Coral Herrera a comenzar a investigar sobre el amor romántico: "Desde pequeña me contaban cuentos que luego no veía en la realidad. Lo que veía en mi vida eran peleas, divorcios, gente sufriendo, errores… y los mitos me presentaban el amor como algo maravilloso y que dura para siempre".
Buscando cómo llevar la teoría a la práctica y, sobre todo, conseguir "sufrir menos y disfrutar más del amor", comenzó a estudiar el amor desde una perspectiva feminista. Así, se lanzó a un mundo todavía desconocido e hizo la primera tesis sobre amor romántico. "El amor tiene que ser algo bonito y placentero, un motor que nos lleve a querernos y tratarnos bien y hacer un mundo mejor. Por eso, cuando termine la tesis doctoral la convertí en tres libros, abrí un blog y comencé a hacer talleres para que pudiera llegar a más gente". Y en este camino sigue, haciendo de su investigación y del amor un tema colectivo que abandone el ámbito individual y privado para que pase a entenderse como un fenómeno social.
¿Cómo se construye nuestra forma de amar?
Nuestra forma de construir el amor romántico tiene que ver con la forma en la que nos organizamos social, económica y políticamente. Lo romántico es político, y por ello, se construye a través de la ideología de ese momento. En la actualidad a través del capitalismo y del patriarcado. Así entendemos que se ame de forma diferente en distintos tiempos y en distintas culturas.
Por la ideología patriarcal construimos nuestra forma de amar en base a unos mitos que perpetúan el machismo en las relaciones. Y la capitalista se mantiene, principalmente, a través de la idea de la concepción de la propiedad privada: cuando amas a alguien, ese alguien te pertenece, eso de 'yo soy tuya y tu eres mio'.
Y la manera que tenemos de reproducir estas ideas es a través de la cultura: canciones, películas, chistes, series de televisión… Reproducimos así los mitos románticos del amor romántico.
¿Qué mitos del amor romántico?
Yo siempre hablo de tres frases principales: quien bien te quiere te hará llorar, los que más se pelean son los que más se desean y del amor al odio hay un paso. Tres ideas que están muy arraigadas en nuestro imaginario colectivo. De manera que si tú le gustas a un niño en el colegio es normal que el chico te haga rabiar, te moleste, te violente… porque todos los adultos se ríen y le parece muy normal que si tu le gustas a un niño, el niño te machaque y te acose. Hacemos creer eso a los niños, en vez de decirles, 'si te gusta fulanita, la tienes que tratar bien, dale unos besitos, si le gusta bien, y si no te aguantas'. Así se naturaliza la violencia, y ese es el principal problema, que lo tenemos tan normalizado que no nos parece violencia.
O que si no le haces caso, ella irá a ti…
Exacto. Y eso es maltrato. Los chicos así aprenden desde pequeños que cuanto más maltrates a una mujer, más la vas a tener en tu poder. Es un ejemplo de como nos enseñan desde pequeños a tratarnos mal y hacer sufrir a quien nos gusta.
¿Cómo sustenta el amor romántico la violencia machista?
El amor romántico tal y como lo concebimos es muy violento. Está basado en una forma de relación sadomasoquista. La cultura cristiana nos ha transmitido el placer del sufrimiento, que consisten en creer que para conseguir el amor verdadero hay que sufrir mucho, hay que aguantar mucho y hay que pasarlo muy mal. Este mensaje se transmite principalmente a las mujeres, que somos las que tenemos que aguantarnos, sacrificarnos y renunciar a todo.
"El amor romántico tal y como lo concebimos es muy violento"
Por otro lado, todas nuestras relaciones están basadas en jerarquías. En estas jerarquías, a veces mandas, y a veces obedeces. Y todo el amor romántico está construido en este binomio de sumisión - dominación, es decir, uno domina y otro se somete. No nos enseñan a relacionarnos horizontalmente, de tú a tú, de igual a igual. Y como vivimos en una sociedad tan machista, nuestra forma de querernos es machista y por eso siempre la sumisión es de la mujer ante el hombre. Y encima, como está acostumbrada al sufrimiento, no nos importa y nos creemos que así es el amor.
Con los jóvenes esto pasa aún más. A las adolescentes les parece normal que su novio le diga cómo tienen que vestir. O cómo tiene que ser el largo de la falda o el ancho del escote. Y este es el problema, que se ha normalizado y se ha teñido de amor lo que es control y dominación.
¿En estos procesos tan machacantes cómo acaba nuestra autoestima?
Nunca nos enseñan a querernos bien a nosotras mismas. Primero, porque desde pequeñas vemos a las mujeres más cercanas, mujeres que no les gusta sus físicos y que están siempre intentando perder kilos, con dietas, gimnasios, operaciones… Eso nos da la idea de que nuestros cuerpos son imperfectos y que tenemos que machacarlos para que sean como la sociedad quiera.
A nivel de personalidad, como las niñas tenemos que ser mucho mejor que los niños para ser iguales, nos lleva a un nivel de autoexigencia brutal que hace que tengamos que ser buenas en todo, y esto es imposible. Hay un mito de la superwoman que nos dice que tenemos que llegar a todo y esto nos hace sufrir mucho y sentir constantemente que tenemos que mejorar.
"Hay un mito de la 'superwoman' que nos dice que tenemos que llegar a todo y esto nos hace sufrir mucho"
La autoestima es fundamental para nosotras y para relacionarnos. Si yo estoy bien conmigo misma voy a tener una relación mucho más bonita. Porque si no me quiero bien voy a estar pensando que no me merezco el amor de la otra persona y que mi valía personal depende de si me quieren o no me quieren... Pero todos somos iguales de estupendos si tenemos novio o no. Antes, durante y después. Y no lo dejas de ser porque te dejen de querer. Esto nos cuesta mucho a las mujeres porque tenemos una necesidad enorme de reconocimiento externo, una dependencia enorme de cómo nos quieren los demás y de cómo nos ven los demás, y si nos aprecian los demás o no.
Esto tiene que ser un tema fundamental en las escuelas. Primero, que nos enseñen a querernos bien a nosotras mismas, y luego que nos enseñen a querer y tratar bien a los demás y gestionar nuestras emociones. Que nos enseñen a gestionar la pena, la alegría, la ira. la frustración... ¿De qué nos sirve aprendernos la lista de reyes visigodos? Absolutamente de nada. Lo que necesitamos es aprender a relacionarnos y aprender a que nuestras relaciones sean menos conflictivas y dolorosas. Aprender a resolver conflictos sin violencia.
¿Son las generaciones nuevas más machistas que las anteriores?
Yo creo que no. Ya Aristóteles dijo que la juventud que le seguía a su generación estaba echada a perder. Estamos hablando de hace dos mil años. Todas las generaciones cuando se convierten en adultas ven a los jóvenes como perdidos, que no tienen valores ni inquietudes pero es mentira. Yo soy del 77, de la generación X. Se decía que no estábamos comprometidos, pero yo veía muchos jóvenes como yo que no parábamos de hacer huelgas estudiantiles contra las reformas educativas, reivindicaciones contra la guerra de Irak… nosotros veíamos que hablaban de nuestra generación y no estábamos representados.
El problema son los ídolos que tiene la juventud. Yo siempre pongo como ejemplo a Shakira. No puede ser que una tía que tiene tantos fans presuma de lo sumisa que es en su relación con Piqué. Shakira tiene una responsabilidad social respecto a su imagen porque todas sus palabras tienen un impacto muy fuerte. ¿De qué sirve estar dando talleres contra el machismo en los institutos si luego viene Shakira y en medio segundo te desmonta todo? O como las famosas de 'yo ni machista ni feminista'. Que lean un poco y midan lo que se dice y el impacto que tiene en la gente joven.
¿Qué podemos hacer para cambiar?
Necesitamos una revolución cultural. No sirve de nada que tratemos de concienciar si la televisión sigue mandando de forma constante mensajes machistas disfrazados de amor romántico. No sirve de nada concienciar, si después vemos el programa de Bertín Osborne que es un personaje muy machista. Para liberarse del machismo hay que trabajar en todos los ámbitos pero principalmente medios de comunicación, educación e industrias culturales. Y todos a la vez. Si no es imposible porque mandamos mensajes contradictorios.
También hay que reconocer la necesidad de nuevos referentes de forma de amar porque casi todos los ejemplos que nos ponen de pareja son parejas que se tratan muy mal con relaciones de sufrimiento y que no disfrutan nada del amor. Tenemos que empezar a crear una imagen del amor como algo bonito que no conlleve violencia, sufrimiento o sumisión. Este es el reto que tenemos por delante: demostrar que otras formas de quererse son posibles.
Para liberarse del machismo hay que trabajar, sobre todo, en educación, medios de comunicación e industrias culturales
Me suelen preguntar, ¿y cuál es el modelo ideal para amar sin sufrir? Cada uno tiene que buscar su manera con la persona o las personas con las que te juntes. Es decir, puede que yo no sea feliz en una relación poliamorosa pero tú sí. Así que cada uno tiene que buscar su forma. Ahora bien, sí que podríamos sacar el tema a la calle, hablar de esto, convertirlo en un tema social y romper con la idea de que el amor es una guerra. Se cree que es una guerra en la que todo vale, no hay normas. Por ejemplo, no engañas a tus amigos, pero sí a tu novia. No tratas mal a tu familia, pero sí a tu novia.
Hay que empezar a pensar cómo podemos ser iguales de honestos, buenos y cuidadosos con tus amigos y familias con tu pareja. Es fundamental porque está muy generalizado que te portes mal con tu pareja y nadie te vea como si fueras una mala persona. Así que veo que es muy importante empezar a cuestionarnos esta necesidad y construir una ética en torno al amor romántico: cómo podemos cuidarnos bien, tratarnos entre nosotros, y el tiempo que estemos juntos disfrutarlo. Y cuando no, cada uno por su lado, sin guerras.
A pesar de esta conciencia que se va extendiendo, y a pesar de que muchas mujeres crean esto, se siguen manteniendo relaciones muy destructivas, ¿cómo se puede dar este cambio?
La clave está en la rebeldía, la rebeldía política. Cuando me trato mal a mí misma, cuando no me cuido, cuando no trabajo para hacerme la vida mejor a mí misma, yo sé que le estoy haciendo el juego al patriarcado. Lo mismo con las relaciones: yo no quiero reproducir todos los mandatos que me dicen a quién tengo que amar, cómo y de qué manera.
Quiero llevar la teoría a la práctica y es importante que lo haga porque yo quiero transformar la sociedad en la que vivo. Si quiero que las mujeres tengamos relaciones más bonitas y podamos relacionarnos en igualdad, tengo que empezar por mis relaciones y mis relaciones tienen que serlo también. Si quiero que las mujeres tengan una autoestima alta para que puedan relacionarse de una forma libre e igualitaria, también tengo que tenerla yo. Todo empieza por mi. Y si yo quiero acabar con el machismo, tengo que acabar con el machismo dentro de mí, en mis relaciones, y luego con el grupo más cercano que me relaciono de una manera cotidiana. Así es como transformamos la sociedad.
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