La actriz Lena Headey revela que también fue acosada por Harvey Weinstein

Las revelaciones de abuso y acoso machista en Hollywood. La actriz Lena Headey, que da vida a Cersei Lannister en la serie de Juego de Tronos, ha sido la última voz que se ha alzado contra Harvey Weinstein. Ha revelado que ella también fue acosada por el productor, sumandose así a actrices como Gwyneth Paltrow y Angelina Jolie.

A través de su cuenta oficial de Twitter, la actriz británica ha publicado varios mensajes relatando cuál fue la situación de acoso que vivió provocada por el recientemente expulsado de la Academia de Hollywood. 

Headey relata cómo la primera vez que conoció a Weinstein le hizo "un comentario sugerente, un gesto", al que yo respondió con una risa porque "estaba verdaderamente en shock". "Recuerdo pensar que era una broma y decirle algo tipo 'venga hombre, sería como besar a mi padre'. Así que nos fuimos a tomar algo con el resto del equipo y nunca más volvieron a llamarme para actuar en una película de Miramax".

"La siguiente vez fue en Los Ángeles. Por alguna razón creía que nunca se atrevería a volver a intentar algo conmigo, no después de haberme reído en su cara", comparte la actriz. "Pensé que respetaría el límite que le puse y que quizás solo quería hablar conmigo de trabajo", cuenta Headey.

"Me hizo algunas preguntas por mi vida sentimental, pero yo derivé la conversación hacia algo menos personal", dice la actriz. "Después se fue al lavabo y cuando regresó me dijo 'Subamos a la habitación, quiero pasarte un guión'", comparte.

"Según subíamos le dije a Harvey que no estaba interesada en otra cosa que en el trabajo, que por favor no pensara que subía con él por otros motivos. 'No va a pasar nada', le dije", detalla la actriz de Juego de Tronos.

Entonces, "se quedó en silencio. Furioso. Pero cuando salimos del ascensor, él caminó por detrás de mí con su mano sobre mi espalda sin decir una sola palabra. Me sentía totalmente indefensa", cuenta Hearvey.

"Intentó abrir su habitación con la tarjeta pero no funcionaba, y aquello le terminó de cabrear del todo. Así que me acompañó de nuevo al ascensor agarrándome del brazo, pidió que trajeran mi coche y me susurró al oído: 'No le digas a nadie nada sobre esto. Ni a tu mánager ni a tu agente'. Entonces me senté dentro y rompí a llorar", concluye Headey.