Este artículo se publicó hace 8 años.
Unidos Podemos perdería 7 escaños en unas terceras elecciones, pero la suma PP+C's quedaría igual en 169
El PSOE remontaría en número de diputados (subiendo de 85 a 89) y en porcentaje de votos válidos (casi un punto hasta el 23,6%), ampliando a 25 escaños su ventaja sobre la formación de Pablo Iglesias, mientras que el PP perdería casi un millón de votos y Ciudadanos recuperaría niveles del 20-D, según el análisis del gabinete demoscópico de Jaime Miquel y Asociados sobre el conjunto de las encuestas realizadas desde el 26-J.
Carlos Enrique Bayo
-Actualizado a
El fantasma de unas terceras elecciones generales se cierne ya sobre el Congreso de los Diputados, con la triste perspectiva de que tampoco se pueda formar Gobierno después de la nueva cita con las urnas. Pero no todo quedaría igual, pese a que el PP y Ciudadanos sumarían el mismo número de escaños (169), que les dejaría otra vez a un suspiro de la mayoría absoluta, porque algunos de los resultados serían sorprendentes para muchos protagonistas.
Esta es la conclusión del desk research elaborado por JM&A estudiando y ponderando todas las encuestas efectuadas desde el 26-J dentro de su Observatorio Electoral Continuo para Público. Su análisis también concluye que la nueva repetición electoral desmovilizaría a gran parte del electorado y se registraría la participación más baja de la historia de la democracia, al superar la abstención el 35% tras reducirse en casi dos millones el número de votos válidos con respecto a los anteriores comicios y acentuarse una tendencia de aumento abstencionista que se ha acentuado durante toda la crisis económica iniciada en 2008.
Aunque lo más destacado de las estimaciones de Jaime Miquel y Asociados son la pérdida de casi un millón de votos del PP; la fuerte caída de Unidos Podemos –tanto en escaños (-7) como en votos (medio millón menos)–, y que el PSOE remontaría de 85 a 89 diputados al obtener el 23,6% de los votos válidos, casi un punto más de los que consiguió el 26-J. También crecerían notablemente los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), como se puede observar en esta tabla:
La caída de Unidos Podemos se debe principalmente a la desmovilización de otro medio millón de sus votantes, que se quedarían en casa según los cálculos de JM&A, mientras que la remontada del PSOE se fundamenta en el regreso a casa de 167.000 votos que habían marchado a Podemos y en la recuperación de casi 300.000 que habían ido a engrosar las filas de la abstención.
En cuanto al PP, su mayor sangría –superior, en términos absolutos, a la de UP– es la del abstencionismo, pues casi 850.000 de sus votantes decidirían no acudir a las urnas, aunque también es importante la riada de seguidores (180.000) que volverían a votar por Ciudadanos tras demostrarse innecesario el desesperado cierre de filas popular del 26-J ante la supuesta "amenaza" del sorpasso de Podemos y de su entrada en La Moncloa, que generó una reacción de pánico entre los votantes derechistas.
En consecuencia, Mariano Rajoy volvería a quedar lejos de revalidar su presidencia, porque su partido habría marcado un nuevo suelo de sólo 7 millones de votos, insuficiente para arrogarse la representación de todos los españoles, como suele hacer. Ese nivel corresponde a sólo uno de cada cinco españoles censados y aunque sumásemos para una coalición de derechas los sufragios de Ciudadanos, de nuevo en ascenso, esos dos partidos seguirían sin alcanzar ni un tercio del total del censo.
Además, la campaña de propaganda centralista y antinacionalista del PP, de Ciudadanos y, de alguna manera, hasta del PSOE, no ha hecho más que acendrar el soberanismo catalán y vasco, de forma que crecerían en número absoluto de votos válidos (pese al drástico descenso de participación) tanto ERC y el PDC (antigua Convergència) en Catalunya, como el PNV y EH-Bildu en Euskadi. ERC también subiría en escaños (de 9 a 11), igual que el PNV (de 5 a 6).
La importancia del reparto territorial de los escaños –y de la desproporcionada influencia del sistema de circunscripciones uniprovinciales– en la distribución de un nuevo Congreso de los Diputados, según las estimaciones de JM&A, queda patente en el siguiente gráfico interactivo por comunidades (pasando el cursor sobre las barras aparecen las cifras):
Es muy interesante observar las transferencias de escaños entre partidos en cada una de las comunidades, ya que son los socialistas y los nacionalistas en sus bastiones territoriales los que debilitarían a Unidos Podemos: la formación de Pablo Iglesias perdería un diputado en Euskadi en beneficio del PNV y uno más en Catalunya arrebatado por ERC; además de entregar tres al PSOE en Andalucía, País Valencià y Extremadura. Sus otras dos pérdidas se producirían en Castilla-La Mancha y La Rioja, en favor de C's.
En cuanto a los seis diputados que perdería el PP –corrección total de escaños ridícula para un desplome de casi un millón de votos (el 11,7% de sus votantes), que se transforma en un descenso de sólo el 4,3% en el Congreso–, cuatro de ellos serían transferidos directamente a Ciudadanos: en Madrid, Galicia, Andalucía y Castilla y León; uno al PSOE, en Canarias, y otro en Catalunya que acabaría adjudicado a ERC por los sucesivos repartos de fracciones de la Ley d'Hondt.
En cualquier caso, lo que se ratificaría en una tercera convocatoria electoral sería el fin del bipartidismo y el creciente envejecimiento de las bases electorales de PP y PSOE (sobre todo, el conservador) que no augura nada bueno para los dos grandes en sucesivas citas en las urnas. Sólo hay que observar el último gráfico para comprender qué partido tiene más futuro: Unidos Podemos reúne tantos jóvenes de 18 a 34 años como la suma del PP y el PSOE en esa franja de edad.
De momento, sólo el afán bipartidista de los mayores de 55 años logra que se mantenga el viejo régimen del 78.
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