Una cucaracha en el suelo a punto de ser aplastada por una bota gigante. Con esa imagen busca atraer la Falange a los ultraderechistas madrileños para que este viernes, cuando ya sea de noche, se animen a atravesar dos calles simbólicas para la política española: Génova y Ferraz.

Los ultras quieren volver a encender la llama de las protestas más violentas contra la sede del PSOE, registradas hace ahora un año. No obstante, ahora también quieren que la tensión se deje sentir frente a  la sede del PP. Por eso quieren salir de Génova y marchar hasta Ferraz. Por eso, también, el cartel de la bota aplastando a la cucaracha.

Pocos días después de que unos 1.500 neonazis de Núcleo Nacional y otros grupos de ideología xenófoba y antisemita intentasen, sin éxito, llegar hasta la sede del PSOE –lo que derivó en enfrentamientos con la Policía–, ahora es el turno de los falangistas.

Coincidiendo con la semana en la que la extrema derecha conmemora el 20N, los ultras a cargo de Norberto Pico y Manuel Andrino –uno de los condenados por el asalto a la librería Blanquerna en 2013– quieren calentar el ambiente con una marcha que, según ha podido confirmar Público, será objeto de una estrecha vigilancia policial.

Fuentes de la Delegación del Gobierno en Madrid señalaron a este periódico que se había enviado una notificación a los organizadores de la manifestación para que modificaran el recorrido, tal como hicieron anteriormente con la marcha neonazi de Núcleo Nacional. El objetivo, tanto entonces como ahora, es evitar que los ultras puedan tener las sedes políticas a su alcance.  

Las actividades de los falangistas son seguidas con atención desde Berlín. Allí están las oficinas centrales del Partido Nacionaldemócrata de Alemania (NPD) que lidera el ex europarlamentario Udo Voigt. Tanto la dirección de esta formación como su brazo juvenil cuentan con estrechos vínculos con Falange.

En mayo pasado, militantes falangistas viajaron a Baja Sajonia para participar en un encuentro europeo organizado por Jóvenes Nacionalistas (JN), el grupo encuadrado dentro del organigrama del NPD.

"Suelen ser más agresivos en su comportamiento y programa que su partido matriz", señala un informe de la Agencia Federal de Educación Cívica (BPD por sus siglas en alemán) al que ha tenido acceso Público.

"Mientras que el NPD intenta parecer elegible para amplios sectores de la población mediante un comportamiento serio, JN provoca con acciones agresivas. Varios miembros han sido condenados por delitos violentos y de propaganda", afirma la agencia dependiente del gobierno alemán en este documento. Apunta además que ese grupo "propaga abiertamente el nacionalsocialismo y la creación de una etnia homogénea".

Las jornadas de mayo pasado a las que acudió una representación de Falange fueron custodiadas por la Policía alemana, que se acercó al recinto donde se celebraba el encuentro. Varios militantes neonazis alemanes aparecieron allí encapuchados y ofrecieron exhibiciones de boxeo.  

"La Falange también ha enviado un representante a Alemania para promover la creación de redes internacionales entre los jóvenes", celebraba algunos días antes de esas jornadas el reconocido dirigente del NPD Claus Cremer, condenado en 2005 por realizar declaraciones antisemitas en una manifestación.

Hace algunas semanas, Cremer publicó imágenes de la manifestación  xenófoba protagonizada en Madrid por Falange. En su mensaje, acompañado por varios videos de la movilización, el ultraderechista alemán destacó que el acto contó también con la participación de miembros de Democracia Nacional, otro partido afín a este grupo neonazi. 

Con armas y capuchas

Mientras los falangistas se codean con los nacionalsocialistas alemanes, los dirigentes de Núcleo Nacional evalúan quiénes serán sus socios en Europa. A diferencia de Falange, que acumula décadas de relaciones con distintos grupos de otros países, este grupo –registrado como "asociación" ante el Ministerio del Interior en agosto pasado– se encuentra en una fase inicial, enfocada principalmente en darse a conocer ante posibles aliados europeos.

En una conferencia realizada en julio pasado en el local de España 2000 en València, uno de los encapuchados de Núcleo Nacional reveló a los asistentes que entre sus primeros contactos a nivel europeo estaba GUD París, un pseudo-sindicato estudiantil de extrema derecha.

Algunas semanas antes, el Gobierno francés había anunciado la disolución de ese grupo. "Es gente que cree que hay una supremacía blanca, que hacen declaraciones antisemitas extremadamente graves", afirmó entonces el ministro francés del Interior, Gérald Darmanin. 

Según verificó Público, GUD París difundió en redes sociales imágenes de combatientes armados en Donetsk que pertenecerían a este grupo. Los neonazis franceses aparecen en otras imágenes con sus rostros cubiertos con capuchas, al estilo de los ultras españoles de Núcleo Nacional.