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Susana Díaz busca aglutinar una mayoría contra Pedro Sánchez para frenar el Congreso del PSOE

La presidenta andaluza convoca de urgencia a su ejecutiva y al comité director del partido a 48 horas de la reunión en Ferraz. Su intención es forzar una votación en contra de las primarias, pero duda de si cuenta con los apoyos necesarios en el Comité Federal.

La presidenta andaluza, Susana Díaz, en su escaño durante un pleno del Parlamento regional. /EFE

DANIEL CELA

SEVILLA.- A los pocos minutos de que Pedro Sánchez retara a los barones críticos del PSOE a “dar el paso” y enfrentarse a él en las primarias que ha previsto para el 23 de octubre (previas a la convocatoria de un congreso federal de urgencia), la secretaria general del PSOE andaluz, Susana Díaz, ha convocado a su ejecutiva y al comité director para el próximo jueves. Díaz reúne así a toda su directiva y al máximo órgano de decisión entre congresos 48 horas antes del Comité Federal que deberá decidir sobre la convocatoria de un congreso exprés en diciembre, previa celebración de unas primarias para elegir al líder del partido.

Fuentes socialistas aseguran que la presidenta andaluza ha tomado “clara conciencia” de que el líder de su partido “ha emprendido un camino de no retorno”, que no está dispuesto a cejar en su empeño de forzar una batalla orgánica en el PSOE, “aun a riesgo de fracturar el partido y conducir a la irrelevancia a una formación que tiene 137 años de historia”. Díaz, que pilota la federación más potente y numerosa del PSOE, va a “dar el paso” y plantarle cara a Pedro Sánchez.

Desde su entorno trasladan que la federación socialista se va a oponer “con todas sus fuerzas” a la convocatoria del Congreso que ha propuesto Sánchez, porque consideran que es una “irresponsabilidad”, una “huida hacia adelante” y una “cortina de humo para tapar los nefastos resultados electorales de Galicia y País Vasco”. Díaz quiere un “congreso de refundación”, un cónclave que revise los errores que han hecho que el PSOE pierda elección tras elección hasta quedarse sólo con 85 diputados en el Congreso (llegó a tener más de 200).

Las dos opciones de Susana Díaz

Pero la presidenta andaluza no quiere que el Congreso socialista se celebre “en caliente y contra las cuerdas”, sólo unos días antes de que arranque la campaña para las terceras elecciones generales en un año, si para entonces nadie ha logrado formar Gobierno. A la sevillana le quedan dos cartas que jugar: la primera es salir de la sombra y encabezar el sector crítico en el próximo Comité Federal, forzando una resolución contraria a la propuesta de Sánchez, y que ésta salga adelante con el 50% más uno de la dirección, lo cual implicaría paralizar las primarias y el Congreso.

La presidenta andaluza no quiere que el Congreso socialista se celebre “en caliente y contra las cuerdas”, sólo unos días antes de que arranque la campaña de unas hipotéticas terceras elecciones

En las últimas semanas Díaz y otros barones críticos con la actual dirección han intentado contabilizar, uno a uno, el número de apoyos con los que cuentan en el seno del Comité Federal, donde se sientan 295 miembros. De Susana Díaz, desde sus inicios al frente de las Juventudes Socialistas de Andalucía, se sabe que es muy buena contando avales, sabe muchísimo de censos, y que se recuerde, sólo ha perdido una batalla orgánica: el 37 congreso federal celebrado en Sevilla en el que apoyó a Carme Chacón frente a Alfredo Pérez Rubalcaba, y que éste ganó por un puñado de votos. Ahora las cuentas parecen estar tan igualadas como entonces. “Las cuentas salen muy justas para ambos bandos. Es un riesgo”, reconoce un socialista muy próximo a la presidenta.

En cambio, si el Comité Federal apoya mayoritariamente la hoja de ruta del líder, Díaz tendrá que jugar su última carta, es decir, decidir en ese momento si se postula como candidata o si promociona de nuevo a un tercer nombre (como ya hizo al apoyar al propio Sánchez frente a Eduardo Madina).

Por primera vez, empujado por las dos derrotas electorales en Galicia y País Vasco, Pedro Sánchez ha verbalizado este este lunes que el PSOE es una organización partida en dos, una realidad que ya contemplaba atónito todo el mundo. En privado lo llaman guerra, en público Sánchez sigue llamándolo “debate interno”, pero ahora ha admitido que estas discrepancias entre su ejecutiva y los barones territoriales críticos “no son menores” y deben solventarse definitivamente en el campo de batalla, que según los estatutos es un congreso federal.

Pedro Sánchez ha pedido a sus críticos que salgan a campo descubierto a batirse con él, en lugar de “intrigar” entre bambalinas

Por eso el líder ha pedido a sus críticos que salgan a campo descubierto a batirse con él, en lugar de “intrigar” entre bambalinas, ya sea enviándole críticas a diario a través de los medios o usando las redes sociales. Que decida la militancia, ha proclamado Sánchez, “que decida mientras contempla a su alrededor un bloqueo político sin precedentes en la historia de España”, se queja la federación andaluza.

El "órdago" de Sánchez

“Lo de Sánchez ya no es un farol, es un órdago”, dicen en el PSOE andaluz. El próximo sábado llevará al Comité Federal la propuesta de celebrar unas primarias para la elección del secretario general del PSOE el 23 de octubre, una semana antes de que expire el plazo límite formal para formar gobierno, para luego convocar el congreso a principios de diciembre, días antes de que arranque la campaña para unas hipotéticas terceras elecciones. Sánchez ha pedido a sus críticos -sin mencionar abiertamente a Susana Díaz- que “hablen claro”, que “den un paso al frente” y se postulen con un proyecto contrario al suyo.

La convocatoria del cónclave socialista, según los estatutos del PSOE, depende del Comité Federal, máximo órgano de decisión entre congresos. Pero Sánchez ha tomado la iniciativa asegurando ante la prensa que la Ejecutiva lo apoya y dando por hecho que este órgano “no se va a oponer a lo que decida la militancia”. Quien convoca, se sitúa en una situación de privilegio estratégico ante sus rivales, como bien comprobó la propia Susana Díaz en enero de 2015, cuando adelantó las elecciones andaluzas cogiendo con el pie cambiado al resto de formaciones políticas.

Ahora es Sánchez quien se adelanta a los críticos, lo cual le ha permitido dibujar el relato de la contienda muy a su favor: el congreso socialista dirimirá entre dos opciones, la que él representa, a saber: el no rotundo a permitir un gobierno del PP, ni por activa ni por pasiva; y la que defienden los críticos, o sea: abstenerse para que gobierne Rajoy y que el PSOE permanezca en la oposición. “El secretario general no ha tenido ningún pudor en presentarse a sí mismo como adalid de la izquierda y de la militancia y al resto nos sitúa en la derecha del PSOE, algo que no existe, porque aquí todos somos de izquierdas”, dice, desde la indignación, un diputado socialista.

El PSOE andaluz no está para nada de acuerdo con el binomio que ha planteado Sánchez: militancia versus barones críticos

Como entre los críticos hay quienes han verbalizado con claridad la necesidad de abstenerse para dejar gobernar a Rajoy (el extremeño Guillermo Fernández Vara) y quienes lo han hecho con un calculado distanciamiento táctico (Díaz ha dicho que con “85 diputados es imposible gobernar”, pero nunca ha defendido abiertamente la abstención), Sánchez ha forzado el duelo para que las voces críticas se aclaren, nombren un portavoz (o sea un candidato alternativo), y se postulen en abierto esgrimiendo claramente la defensa de dejar gobernar a Rajoy.

El PSOE andaluz no está para nada de acuerdo con el binomio que ha planteado Sánchez: militancia versus barones críticos. “Quienes nos han puesto aquí son los votantes, en primer lugar. No hay la menor autocrítica por haber perdido elección tras elección. Y luego eso de que el líder del partido se presente como voz de la militancia y al resto nos trate como si fuéramos del aparato… ¿es que el secretario general del partido no es aparato?”, se pregunta un miembro del Ejecutivo andaluz.

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