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Rueda trata de rentabilizar la red clientelar en los medios gallegos que diseñaron Fraga y Feijóo


La maquinaria de guerra electoral que ha permitido al PP sus mayorías absolutas en Galicia se basa en una red clientelar que ajusta la línea editorial de los medios del país a los intereses electorales de los populares.

10/2/24 Rueda, con los moderadores del debate en la TVG del pasado lunes
Rueda, con los moderadores del debate en la TVG del pasado lunes. CRTVG

La maquinaria de guerra electoral que ha permitido al Partido Popular de Galicia conquistar ocho mayorías absolutas en los últimos 35 años se fundamenta en buena medida en la red clientelar que los populares gallegos han tejido en torno al ecosistema mediático gallego.

Esa red la ideó y la cosió en los años noventa Manuel Fraga, exministro franquista de Información bajo cuyos mandatos en la presidencia de la Xunta, tras la transición democrática, se popularizó el término de periodista "sobrecogedor". Entiéndase bien el chiste-concepto: "Sobre-cogedor". ¡Qué bien vendría aquí un emoticono ojiplático!, ¿verdad? Para definir a aquellos periodistas finiseculares tan deontológicamente promiscuos como faltos de cash. Algunos siguen aún en activo en estos aviesos comicios de los tempranos años 20 del siglo XXI. ¡Cuánto daño han hecho las hombreras heredadas de los 80!

La infrarred del populismo pepero de Fraga la perfeccionó para los millenials Alberto Núñez Feijóo, inflando de multimillonarias ayudas a los principales empresarios propietarios de periódicos del país, en plenos recortes sociales durante y tras la crisis financiera. Se trataba de que ajustaran la línea editorial de sus diarios a la construcción de esa imagen política de fino gestor de provincias que finalmente le ha llevado desde Santiago a Génova (13).

El camino abierto por sus antecesores lo aprovecha ahora Alfonso Rueda, quien en sus apenas dos años de mandato como presidente accidental ha transitado sin despeinarse ni avergonzarse por la misma senda de generosos dispendios de dinero público en beneficio de los propietarios de esos medios que crean y manipulan opinión, los que a base de ayudas públicas tienen capacidad para abrir y conducir los debates políticos que interesan a la sociedad gallega.

45 millones en 13 años

En los trece años en los que Feijóo gobernó la comunidad entregó casi 45 millones de euros a es puñado de empresas periodísticas. Especialmente a La Voz de Galicia, propiedad del empresario coruñés Santiago Rey, que se llevó más de 15,8 millones de euros en ese período. Le siguen Faro de Vigo, El Correo Gallego y La Opinión A Coruña, de la familia Moll (Prensa Ibérica); La Región de Ourense y Atlántico Diario, de los Outeiriño; El Progreso de Lugo y Diario de Pontevedra, de la editora Blanca García Montenegro; El Ideal Gallego, Diario de Ferrol y Diario de Arousa, del empresario del juego José Collazo...

Claro que todos esos medios ya no tienen la influencia y el impacto del que gozaban hace años. Así que los partidos de la oposición han entendido que tienen que buscarse otras formas de hacer llegar sus mensajes a la ciudadanía.

"Hemos apostado por otros canales alternativos, por los digitales y por las redes sociales", aseguran fuentes de la dirección de campaña del PSdeG. Afirman que en los dos primeros días de campaña lograron elevar en 1.500 el número de suscriptores de la cuenta de Twitter de José Ramón Gómez Besteiro, a base de vídeos ingeniosos incrustados en Tik Tok, Twitch, Twitter, Youtube...

"Es muy complicado hacer política con un sistema mediático conservador y políticamenta cooptado. Ningún grupo mediático tiene la capacidad de sobrevivir financieramente sin subvenciones, y eso genera relaciones clientelares. Cuando no es la Xunta, son los ayuntamientos y las diputaciones socialistas", advierte Susana López Verde, directora de campaña de Podemos.

Invisibilización permanente

"Para partidos políticos como el nuestro, no solo es la campaña, es el silenciamiento y la invisibilización permanente. Todo el trabajo municipal o el trabajo con colectivos que hacemos queda invisibilizado, y lo que no se comunica no existe. Al final, en Galicia hemos pasado de que nos ataquen constante a que nos intenten matar de inanición", añade.

Público ha tratado sin éxito de obtener la opinión de Sumar Galicia. También del Partido Popular, cuya dirección de campaña ha obviado la oferta de este diario para exponer su opinión sobre la acusación de llevar años manipulando la tele y la radio públicas de Galicia en favor del PP.

Y, aún así, el PP parece estar de los nervios. "Si alguien duda que es verdad que les estamos disputando la Presidencia de la Xunta, sólo tienen que ver la Televisión de Galicia", dijo el pasado viernes la candidata del BNG, Ana Pontón.

Los trabajadores y trabajadoras de la tele pública gallega llevan más de cinco años denunciando la manipulación que la dirección de los medios de titularidad autonómica les obliga a ejercer para favorecer los intereses del Partido Popular.

Alfonso Rueda se ha negado a participar en cualquier otro debate, ya sea en medios públicos (TVE) o privados (Cadena SER). Significativo. ¿O no?

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