La oposición gallega afeó el miércoles al presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, que haya decidido eliminar la tarjeta básica de alimentos, que permitía a 35.000 familias vulnerables de la comunidad adquirir bienes de subsistencia, al tiempo que rebaja al 50% el impuesto sobre el patrimonio a 7.700 grandes fortunas, que se ahorrarán así 35 millones de euros.

"Es usted un Robin Hood al revés", criticó la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón: "Con una mano quita la Tarxeta Básica a quienes más la necesitan y con la otra les regala 34 millones de euros a los más ricos".

Hace unas semanas, en pleno debate sobre las rebajas fiscales a las rentas más altas y antes de que la exprimera ministra británica Liz Truss tuviera que dimitir por el caos económico que motivó su iniciativa en esa sentido, el presidente gallego anunció que reduciría un 50% el impuesto sobre el patrimonio. Éste se aplica a los contribuyentes con bienes o derechos superiores a dos millones de euros.

La polémica se suscitó durante el debate sobre los presupuestos generales de la comunidad autónoma, que Pontón calificó de "propagandísticos", "insolidarios" e "insolventes" porque, a su juicio, se basan en datos "falsos". En ese sentido, recordó que un reciente informe del servicio de estudios del BBVA augura un crecimiento del 0% en Galicia "el peor de todo el Estado", dijo Pontón.

El socialista Luís Álvarez recordó por su parte que la cantidad que la Xunta dejará de gastar en las ayudas para la alimentación de las familias necesitadas, puestas en marcha durante la covid y finiquitadas ahora pese a que la oposición pidió prorrogar para apoyar a los ciudadanos en situación de necesidad por la crisis de la energía y el alza de los precios, representa 30 millones de euros. Es decir una cantidad muy próxima a los ingresos a los que la Xunta renuncia para beneficiar a las 7.700 mayores fortunas de Galicia.

Álvarez insistió en reclamar a la Xunta que rectifique porque, aseguró, dispone de recursos y porque no tiene sentido "ayudar a quienes no tienen ningún problema para llenar la cesta de la compra".

Rueda no quiso explicar por qué retiraba ayudas a los pobres a la vez que las decreta para los más ricos, y defendió que su bajada de impuestos a las rentas altas permite "que la gente tenga más dinero y pueda ir a la compra". También aseguró que su proyecto de presupuestos destina el 75% de la inversión "a gasto social y sanitario".

En ese sentido, Pontón le reprochó la "propaganda" de su discurso al advertir de que, descontado el efecto derivado del incremento de la inflación en los últimos 13 años, el presupuesto destinado a Atención Primaria en 2023 será menor que el que proyectó para 2009 el Gobierno anterior a Feijóo.