Este artículo se publicó hace 9 años.
Rivera: "Odio la guerra, pero odio mucho más el terrorismo"
El líder de Ciudadanos insiste en que apoya una posible intervención militar en Siria si se hace en el marco de los acuerdos de la OTAN y no de forma unilateral, como Francia
-Actualizado a
MADRID.- "No es la opción que más nos gusta, pero es la menos mala". Así ha justificado Albert Rivera su apoyo a una posible intervención militar de España en Siria, aunque siempre dentro de la OTAN y no de forma unilateral, como ha hecho Francia.
"Odio la guerra, pero odio mucho más el terrorismo", ha sentenciado el líder de Ciudadanos en el Foro de El Mundo que lleva por título La España necesaria y en el que ya habían participado previamente Mariano Rajoy y Pedro Sánchez (Pablo Iglesias lo hará la próxima semana). Así, abogó por impulsar una "estrategia común y coordinada" para vencer a los terroristas del Estado Islámico. "Los demócratas necesitamos una estrategia contra los bárbaros y tenemos que saber combatir esta amenaza para el futuro de nuestros hijos", agregó.
Así, dijo estar de acuerdo con el "No a la guerra" que la población hizo popular después de la participación española (del gobierno de Aznar) en Irak, pero también apostilló que "no se trata de eslóganes". "Tengo que escoger entre guerra y terrorismo", repitió. Eso sí, dentro de la OTAN, incidió, aun sin querer criticar las medidas adoptadas por Hollande. "Creo que la acción-reacción es un error, pero no voy a criticarle porque hay que ponerse en su lugar, bastante tienen ya", zanjó Rivera que, tirando del populismo que siempre critica, acabó su intervención con un "¡Viva la libertad, viva la igualdad, viva la fraternidad!".
(Habrá ampliación)
Entre el público, además de los responsables madrileños de Ciudadanos, Ignacio Aguado y Begoña Villacís, y otros miembros del partido como su jefe de gabinete, José Manuel Villegas, y colaboradores como Francisco de la Torre, se encontraban muchos intelectuales de la derecha como Sánchez Dragó o Luis María Ansón, entre otros, que acudieron a escuchar al líder naranja. Algunos, hasta le mostraron su intención de votarle, como Jaime Peñafiel, que le expresó también su miedo a que su papeleta "termine en el PSOE, como ocurrió en Andalucía".
Rivera aprovechó entonces para volver a defender sus pactos autonómicos, así como sus propuestas de reforma constitucional o en materia de Economía, Educación y Cultura, donde prometió rebajar el IVA del 21 al 18%. También incidió en su capacidad para dialogar y, por tanto, para ser líder de un Gobierno -el que salga de las urnas el 20 de diciembre- en el que nadie tendrá mayoría absoluta y "habrá que dialogar para empezar juntos una nueva etapa".
No obstante, aprovechando el ambiente favorable, Rivera arremetió contra Podemos y Pablo Iglesias en varias ocasiones (le criticó por no apoyar el pacto antiyihadista o por no querer subir el sueldo del presidente del Gobierno, entre otras cuestiones) y también dijo discrepar con Pedro Sánchez a la hora de ver la recuperación de la justicia universal como una posible solución al terrorismo del ISIS.
De Rajoy dijo discrepar en su forma de tratar el desafío independentista catalán, aunque volvió a mostrarle su apoyo a la hora de "ir paso a paso" en la respuesta a la resolución de Junts pel Sí y la CUP y "no apretar ya el botón del artículo 155 de la Constitución". Y en cuanto a Artur Mas repitió su discurso habitual de que "no puede ser presidente de la Generalitat" porque "Convergència se está descomponiendo".
Entre las muchas preguntas que recibió de Rivera de periodistas, lectores e invitados al evento, ninguna le incomodó. Ni siquiera las (pocas) que hacían referencia a las polémicas de su partido como los 'garbanzos negros' expulsados o los líos con sus cuentas.
Así, el presidente de Ciudadanos defendió que el hecho de que, como informó ayer El País, ya haya 27 concejales suspendidos por el partido tras las elecciones del 24 de mayo es "muy bueno". "Hemos hecho lo correcto: actuar. A diferencia de otros partidos, no consentimos que se digan cosas distintas en cada sitio por una silla", concluyó.
Del mismo modo, defendió que su jefe de gabinete y hoy miembro de la Ejecutiva, José Manuel Villegas, cobrara del partido a través de su empresa y rechazó que su caso se asemejara al de las empresas pantalla de Monedero en su día, pese a la información de Infolibre en el que así se asegura. "Villegas es fiscalista, autónomo y emprendedor y, mientras trabajaba, también dedicaba tiempo al partido aun sin tener cargos en él; la empresa de Monedero no existía; se creó después para pagar menos impuestos", argumentó. "Es casi el caso contrario", concluyó.
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