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Retirada rey Juan Carlos I Pérez Royo: "Para tener un ajuste de cuentas con la Monarquía se necesita celebrar un referéndum" 

El catedrático de Derecho Constitucional en la Universidad de Sevilla Javier Pérez Royo analiza el papel de Juan Carlos I durante la Transición y los problemas derivados por la forma en la que se realizó el tránsito a la democracia. 

El catedrático en Derecho Constitucional Javier Pérez Royo.- JAIRO VARGAS (ARCHIVO)

ALEJANDRO TORRÚS

Javier Pérez Royo (Sevilla,1944) es catedrático de Derecho Constitucional por la Universidad de Sevilla; autor, junto a Antón Losada, de la obra Constitución: la reforma inevitable, entre otras muchas; y ha recibido importantes premios por su trabajo en el ámbito del derecho constitucionalista como el Premio Blanquerna de la Generalitat de Catalunya o la Medalla de Oro de la Junta de Andalucía.

En esta entrevista con Público, el jurista analiza el papel que ha desarrollado el monarca emérito Juan Carlos I, que este domingo se retira de la vida pública, en el desarrollo de la democracia española, así como los problemas derivados de la forma en la que se hizo la Transición. Pérez Royo destaca que la monarquía española es la única de las grandes coronas europeas que no ha sufrido un ajuste de cuentas y reivindica el referéndum como un instrumento para que el principio de legitimidad democrático prime sobre el monárquico. 

- Terminamos un ciclo de la historia de España con la retirada de la vida pública de Juan Carlos I. ¿Cómo valora usted el papel de Juan Carlos en la historia de España?

Diría que Juan Carlos I es proclamado rey y, por tanto, accede a la Monarquía como consecuencia de una decisión del general Franco. Eso lo primero. Franco es el que hace la restauración de la Monarquía, en el año 47, cuando define a España como un reino. Era un momento muy delicado para su régimen tras el final de la II Guerra Mundial y la derrota de las potencias fascistas. Después, el general se volvería a reafirmar en esa decisión en la Ley de Principios del Movimiento Nacional de 1958, que surge tras la crisis del 56. Y, por último, la Monarquía vuelve a quedar garantizada en la Ley Orgánica del Estado, la última de Franco, que ya concreta la figura del Príncipe heredero. Cuando muere Franco, en noviembre de 1975, ya se produce el acceso real y efectivo de Juan Carlos I a la jefatura del Estado.

Por tanto, fue el rey Juan Carlos I, junto a Adolfo Suárez, quien organiza el proceso de transición a la democracia. Obviamente, mi opinión es que si el rey opta por un tránsito a la democracia es para asegurar su propia supervivencia. En la Europa de finales del XX era imposible la supervivencia de un Estado sin democracia. Juan Carlos acude a la democracia como forma de garantizar su supervivencia. Es su instinto de conservación lo que le hace dar ese paso. Pero es una democracia muy condicionada.

¿Qué significa una democracia muy condicionada?

"Mi opinión es que si el rey opta por un tránsito a la democracia es para asegurar su propia supervivencia"

Sí, tenemos una democracia muy condicionada por lo que fue la Ley para la Reforma Política de Suárez. Las instituciones clave para la futura democracia española están prácticamente establecidas en esa Ley y no debería ser así. Esas instituciones deberían haberse decidido durante un proceso constituyente. Sin embargo, la Ley para la Reforma Política nos dejó una institución monárquica, unas cortes bicamerales con una composición fijada y, además, tuvimos un decreto ley que fijaba normas electorales como es el sistema de elección. Todo eso antes de las primeras elecciones democráticas. Todo esto fueron datos o instituciones sobre los cuáles el proceso constituyente no pudo pronunciarse, Venían fijados por el régimen del general Franco y por Juan Carlos como heredero de ese régimen.

¿Entonces qué balance realiza?

Pues hay que tener en cuenta todo lo que hemos dicho hasta ahora, pero también que la Constitución ha funcionado de una manera razonablemente satisfactoria y que Juan Carlos tiene el mérito de ser el que dirigió aquel proceso. El problema es que la forma en la que se llevó el proceso ha condicionado el principio de legitimidad democrática a la supervivencia de la institución monárquica. Y eso nos lleva a una serie de problemas que tenemos hoy y que tienen difícil solución.

¿Qué problemas serían estos?

Pues, por ejemplo, la incapacidad para reformar en profundidad la CE. No hay posibilidad real de reformarla. Por tanto, insisto en que la valoración de la aportación de Juan Carlos es una mezcla. Por un lado, hay elementos positivos. Hemos evolucionado en democracia, pero, al mismo tiempo, se le ha puesto un límite a esa evolución y eso hace que ahora mismos estemos atascados y no podamos salir de la situación en la que nos encontramos.

Ha mencionado el principal problema la reforma constitucional. ¿Hay otros problemas derivados de que el principio monárquico esté por encima del principio democrático?

La Monarquía hereda el sistema del régimen de Franco y viene a a mantener una estructura de poder, social, económica y una forma de hacer política de la era Franco, que era corrupta

La Constitución española llegó cuando ya estaban cuatro cosas establecidas y que se ve obligada a incorporar. Hemos hablado de la Monarquía. También de unas Cortes Generales devaluadas desde el punto de vista de legitimación democrática. Se hace una interpretación del mismo muy desvirtuada en el Congreso y muy, pero que muy desvirtuada en el Senado, de tal manera que esta segunda cámara es un aborto que nunca debería haberse producido. Después, se produce se produce la incorporación de la iglesia, que se menciona expresamente en nuestra CE y eso no ocurre en el resto de constituciones de la UE.

Además hay unos Acuerdos con la Santa Sede que se publican el 3 de enero de 1979, apenas unos días después de la entrada en vigor de la CE. Eso indica, obviamente, que ese acuerdo fue negociado por Suárez en un momento en el que España no tenía Constitución y que, por tanto, ese acuerdo no estaba sometido a la voluntad de las Cortes. Esos acuerdos mantienen una posición de privilegio de la iglesia católica y son materialmente predemocráticos. Esa situación de privilegio de la Iglesia se muestra tanto en su financiación como en la presencia de la Iglesia en la educación o en las dificultades que se han planteado para sacar a Franco del Valle de los Caídos. Y, por último, la CE también contemplaba una posición de poder del Ejército. Está regulado en el artículo 8 y era una copia textual del articulo 36 o 37 de la Ley Orgánica del Estado franquista. Ese Poder Militar, no obstante, desaparece de manera práctica tras el golpe de Estado fallido del 23-F.

En alguna ocasión también le he escuchado decir que el problema de la corrupción que tenemos viene de la forma en la que se hizo la Transición y la primacía del principio monárquico.

La Monarquía hereda el sistema del régimen de Franco y viene a a mantener una estructura de poder, social, económica y una forma de hacer política de la era Franco, que era corrupta, y eso se ha acabado colando en el sistema político español. Está ejemplificada en la forma de hacer política del PP, que es una forma heredada del franquismo con una vinculación y conexión entre los intereses públicos y privados. Eso es una herencia que viene del franquismo y que no hemos sido capaces de limpiar en democracia. Y, claro, eso que tiene que ver con la Monarquía. La Monarquía da continuidad a esa forma de corrupción.

¿En cualquier otro país monárquico han ocurrido casos de corrupción que salpicaran al monarca como los negocios del rey con Arabia Saudí y las sospechas de cobro de comisiones?

Eso es impensable en cualquier otra monarquía parlamentaria que se considere una democracia. Mira el caso de Wikileaks. En los cables que destapa Assange sólo aparece un monarca europeo: Juan Carlos I. ¿Por qué? Porque es un elemento de poder. Cuenta e interfiere. Un ejemplo. Cuando los productores de Hollywood quieren colar a las empreas españolas todas sus películas, las buenas y las que se considerarían peores o incluso morralla, hay resistencia por parte de empresarios españoles. Pues una de las cosas que les dicen a los americanos es que tienen que hablar con el rey Juan Carlos y que intervenga. Eso es inimaginable en otro lugar. Como también es inimaginable que un monarca diera el discurso que Felipe VI dio el 3 de octubre tras la celebración del referéndum catalán. También es inimaginable que un monarca europeo acuda a la cumbre de Davos y resulta que el mismo año que acude Theresa May a explicar el 'brexit' acude también Felpe VI. A nadie se le ocurra que pueda acudir la reina de Inglaterra.

¿A qué se debe?

Pues a que vivimos en una falsa monarquía parlamentaria. Me explico. Se trata ordinariamente de una monarquía parlamentaria, pero que en los momentos clave el principio monárquico pasa por encima del principio de legitimidad democrática.

Esta última frase cómo se puede explicar de una manera más clara. ¿Somos antes una monarquía que una democracia?

"Vivimos en una falsa monarquía parlamentaria"

La CE dice en el 1.2 que la soberanía nacional reside en el pueblo español del que emanan poderes del Estado y en el 1.3 dice que el Estado español es una monarquía parlamentaria. El orden es ese. Pero en los momentos decisivos el 1.3 se pone por delante del 1.2.

¿Qué implicaciones tiene esto? ¿Que el rey no esté sometido a control?

Es que no ha habido formas de regular la monarquía en España. El artículo 57.5 de la CE dice que todas las abdicaciones y todo lo relativo a la Casa del rey tendrá que ser regulado mediante una ley orgánica. Y está ley ni está ni se la espera. Cuando se produjo el problema de la abdicación del rey Juan Carlos se resolvió mediante una reforma del estatus jurídico del rey abdicado. Se definió mediante una reforma de Ley Orgánica del Poder Judicial que se reformó con unas enmiendas que se presentaron a una ley que estaba tramitándose en ese momento sobre medidas económicas en el Congreso de los Diputados. De esa manera es como se definió el estatus jurídico del rey. Es una aberración.

¿No fue ajustado a derecho la regulación de la abdicación del rey?

No. Para mí fue un fraude constitucional. Se tenía que haber hecho mediante la ley a la que remite el artículo 57.5 de la CE, pero no se hizo. Entonces se buscó ese atajo para garantizar la inviolabilidad del rey emérito tras su abdicación.

¿El rey Juan Carlos juró la Constitución?

Nunca. Jamás. El actual rey sí. Pero Juan Carlos I solo tuvo que jurar los principios del Movimiento Nacional.

¿Y cómo explicamos esto a los lectores más jóvenes?

Simplemente porque él está por delante. La fórmula de promulgación de la Constitución viene a decir que es él el que ha traído la Constitución. Que existe gracias a él y no él gracias a la Constitución.

Pero dicho así parece que hable de una carta otorgada del siglo XIX y no es el caso. 

No es una carta otorgada, no. Pero tampoco es una Constitución que nace de un proceso constituyente genuino. El proceso constituyente español no pudo extenderse a la monarquía. La monarquía era un dato previo a e indisponible para el poder constituyente del pueblo español.

En algún foro le he escuchado decir que uno de nuestros problemas es que nunca hemos tenido un ajuste de cuentas con nuestra monarquía, como sí lo han tenido otros países europeos, incluso los monárquicos.

Mira. Las tres grandes monarquías europeas son la inglesa, la francesa y la española. Las tres tienen o tuvieron que hacer un ajuste de cuentas para ir a una estado constitucional. En Inglaterra, por ejemplo, le cortaron la cabeza a Carlos I. Después, tras una breve república, hay una vuelta a la monarquía y reinan los Tudor, pero finalmente también son condenados al exilio. Después de eso ya llega la familia Hannover, que actualmente ostenta el trono. Pero, fíjate. El Parlamento inglés dispone hasta en dos ocasiones de la Monarquía. Primero los ajusticia y después los condena al exilio. Así afirmaron el principio de soberanía parlamentaria sobre cualquier otro. En Francia se hace más o menos similar con la Revolución.

"Todas las constituciones de España son constituciones de la monarquía española"

En España no se ha hecho. Todas las constituciones de España son constituciones de la monarquía española. Es la monarquía la que se constitucionaliza, no el Estado o la nación. De ahí viene la frase de España es monárquica o no es. La monarquía ha sido siempre un elemento previo e indisponible al poder constituyente a lo largo de toda la historia constitucional español. Claro está que hay dos excepciones: las dos repúblicas, que son las dos excepciones que confirman la regla. Ya pasó el tiempo de las grandes revoluciones.

¿Cómo podemos hacer este ajuste de cuentas con la Monarquía?

Pues necesitaríamos un referéndum sobre Monarquía o República.

Pero con la Constitución en la mano, ¿podemos plantear un horizonte de referéndum monarquía o república?

Poder se puede, pero sería muy complicado. Habría que hacer una revisión de la Constitución mediante procedimiento agravado porque afecta a la Monarquía. Y ahí habría referéndum, pero previamente tiene que haber una mayoría de dos tercios en las cámaras en dos legislaturas consecutivas. Lo cual es muy complicado o prácticamente imposible.

Es decir, para poder hacer un referéndum monarquía o república hay que reformar la CE. 

Sí, hay que revisar la CE por el procedimiento agravado. Es prácticamente una clausula de intangibilidad. La monarquía no se puede tocar. El poder constituyente ya se la encontró puesta, era previa a él e indisponible. Y así continúa.

Es curioso. Tengo dos sensaciones en esta entrevista. Tenemos una serie de problemas derivados de la Monarquía y del hecho de que el principio monárquico esté por encima del principio democrático. Y la manera que puede solucionar esto es un referéndum, pero requiere de una reforma constitucional, que es prácticamente imposible. 

Eso es así. Está pensado así.

Es como un laberinto sin salida.

Ese es el problema. El camino de la reforma constitucional está tapiado. Desde dentro es muy complicado.

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