Este artículo se publicó hace 8 años.
¿Dónde están los restos mortales de los principales golpistas de 1936?
Los principales protagonistas del golpe de Estado militar que desembocó en la Guerra Civil acumulan honores, medallas y méritos militares. Algunos de ellos están enterrados en lugares emblemáticos como la basílica de la Macarena o el Alcázar de Toledo, otros descansan en los cementerios de sus localidades de origen en sus panteones familiares.
Alejandro Torrús
MADRID.- La exhumación del general Mola y Sanjurjo en Pamplona ha puesto fin a una aberración histórica: que una ciudad, que sufrió 304 asesinatos extrajudiciales durante la Guerra Civil y la dictadura, honre a sus verdugos. El general Mola, como director del golpe hasta su fallecimiento en accidente avión, había relatado en sus Instrucciones la necesidad de que se procediera a “eliminar sin escrúpulos ni vacilación a todos los que no piensen como nosotros”. Por su parte, el general Sanjurjo había conspirado contra la legalidad republicana desde el primer día de su instauración y, de hecho, perpetró un fallido golpe de Estado en 1932.
Sus casos, sin embargo, no son excepciones en esta España enferma de amnesia y donde golpistas y genocidas son a menudo homenajeados y honrados pese a la Ley de la Memoria Histórica. El 20 de noviembre de 2015, de hecho, este periódico mostró como en el interior de una iglesia católica un párroco dedicaba una misa homenaje al dictador Francisco Franco y al fundador de Falange José Antonio Primo de Rivera calificándolos como "siervos de Dios" y llegando a comparar al fundador de Falange con Jesucristo.
Los principales protagonistas del golpe de Estado militar que desembocó en la Guerra Civil acumulan honores, medallas y méritos militares. Algunos de ellos están enterrados en lugares emblemáticos como la basílica de la Macarena o el Alcázar de Toledo, otros descansan en los cementerios de sus localidades de origen en sus panteones familiares.
Los restos del general Queipo de Llano descansan en la basílica de la Macarena de Sevilla junto a los de su mujer, Genoveva Marti. Los intentos por sacar a Queipo de Llano de la basílica han sido constantes en los últimos años. De hecho, el Ayuntamiento de Sevilla, con un alcalde socialista, aprobó una moción de Izquierda Unida el pasado verano en la que pedía que se sacaran los restos del general golpistas de la basílica. La moción, que fue aprobada, recibió el voto en contra del Partido Popular y la abstención de Ciudadanos.
Los conservadores alegaron, para defender su voto en contra, que Queipo de Llano "está muerto y enterrado donde su familia y su hermandad han determinado". ""Nosotros no somos nadie como Ayuntamiento para mostrar nuestro rechazo a lo que diga su hermandad y su familia, que quieren que esté allí, igual que hay multitud de familias que tienen a sus familias en fosas comunes y que están deseando poder enterrarlos con dignidad", defendió el portavoz adjunto del PP, Gregorio Serrano.
Queipo de Llano fue desde el mismo 18 de julio general jefe del Ejército de Operaciones del Sur que conquistó todo Andalucía Occidental con una violencia inusitada. El mismo 23 de julio de 1936, Queipo de Llano, decía a través de la radio: “¡Morón, Utrera, Puente Genil, Castro del Río, id preparando sepulturas! Yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros; que si lo hiciereis así, quedaréis exentos de toda responsabilidad”.
En otro de sus famosos discursos radiofónicos, Queipo de Llano decía lo siguiente:
"Nuestros valientes legionarios y regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombres de verdad y de paso también a sus mujeres. Esto está totalmente justificado porque estas comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que berreen y pataleen".
En 2009, la Hermandad de la Esperanza Macarena decidió eliminar de la tumba las referencias a su condición de Teniente General y la fecha del golpe de Estado militar, que sí se aprecian en la imagen que acompaña a este artículo. Asimismo, hasta la Semana Santa del año 2011, la figura de la virgen de la Macarena desfiló con el fajín de honor que le regaló el militar golpista.
El general Moscardó encabezó la rebelión militar del 18 de julio en Toledo y el 22 de julio, tras el fracaso del golpe en la capital castellanomanchega, se hizo fuerte en el Alcázar de Toledo. El asedio republicano duró hasta el 28 de septiembre cuando las tropas franquistas al mando del general Varela conquistaron la ciudad. Reconocido por la dictadura como el "héroe" del Alcázar, recibió la más alta condecoración española al valor, la Cruz Laureada de San Fernando.
Los restos mortales del general Moscardó descansan junto a los de su mujer y sus cuatro hijos en la cripta del Alcázar de Toledo
Precisamente, los restos mortales del general Moscardó descansan junto a los de su mujer y sus cuatro hijos en la cripta del Alcázar de Toledo. De hecho, los supervivientes del "asedio" tienen derecho a ser enterrados en este lugar, donde también se encuentran los restos de Jaime Milans del Bosch, que era cadete en esos días y que participó en el Golpe de Estado del 23 febrero de 1981.
Durante el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, en el año 2009, se decidió que el Alcázar sería la sede del Museo del Ejército de Tierra. El secretario de Estado de Defensa del momento, Constantino Méndez, consultado entonces sobre el futuro de las criptas de los defensores franquistas del Alcázar de Toledo, aseguró que el Ministerio de Defensa protegerá las criptas y que habilitará el acceso para que los familiares puedan visitarlas.
El diario Elplural.com denunció en febrero de 2015 que en la Capilla de la Virgen del Alcázar, en la catedral de Toledo, se celebraba una misa diaria en sufragio de los difuntos de la Hermandad de Nª Sª del Alcázar” o lo que es lo mismo en defensa de "los caídos del asedio del Alcázar”. En el mismo artículo, el citado periódico denuncia que la tumba del general Moscardó es venerada "todos los meses de septiembre".
El general Yagüe, también conocido como el 'carnicero' de Badajoz por la matanza cometido por las tropas franquistas en esta localidad durante la Guerra Civil, está enterrado en su localidad natal que, precisamente, lleva su apellido a cuestas desde el día en el que murió en 1952: San Leonardo de Yagüe. No obstante, el pasado mes de mayo, el equipo de Gobierno local, anunció que iniciaba los trámites para dejar de honrar al 'carnicero' en su topónimo a consecuencia de las denuncias interpuestas por el abogado Eduardo Ranz. La página web del Ayuntamiento, no obstante, sigue a fecha de hoy recogiendo el nombre de San Leonardo de Yagüe.
Como se ha señalado anteriormente, Yagüe ha pasado a la historia por ser el responsable de una de las mayores matanzas de la Guerra Civil: la de Badajoz. Sólo en la mencionada ciudad de Badajoz fueron asesinadas 3.800 personas durante la Guerra y los primeros años de dictadura, según datos del historiador Francisco Espinosa, autor de la obra La columna de la muerte. Si recurrimos a Paul Preston, que toma en consideración toda la provincia de Badajoz, la cifra aumenta a 8.914 asesinados por parte del ejército rebelde.
La sanguinaria manera de actuar de este general quedó descrita en la prensa de la época. El periodista estadounidense John T. Whitaker, del New York Herald Tribune,
preguntó al general sobre la suerte que habían corrido los presos y Yagüe contestó: “Por supuesto que los matamos. ¿Qué esperaba usted? ¿Iba a llevar 4.000 prisioneros rojos conmigo, teniendo mi columna que avanzar contrarreloj? ¿O iba a soltarlos en la retaguardia y dejar que Badajoz fuera roja otra vez?”.
Por su parte, el periodista Jay Allen describió para el Chicago Tribune lo que sus ojos vieron en Badajoz: “Esta es la historia más dolorosa que me ha tocado escribir. La escribo a las cuatro de la madrugada, enfermo de cuerpo y alma, en el hediondo patio de la Pensión Central (…). Miles fueron asesinados sanguinariamente después de la caída de la ciudad. Desde entonces de 50 a 100 personas eran ejecutadas cada día. Los moros y legionarios están saqueando. Pero lo más negro de todo: la policía internacional portuguesa está devolviendo gran número de gente y cientos de refugiados republicanos hacia una muerte certera por las descargas de las cuadrillas rebeldes”.
El general Enrique Varela fue el principal artífice de la sublevación militar en Cádiz. La represión en la provincia por parte de sus tropas fue brutal. El propio general afirmó que no dejaría ni "un republicano ni nadie que huela a izquierda con vida" en todo Cádiz. Hoy día, los restos del general Yagüe descansan en un panteón-capilla situado en el cementerio de San Fernando de Cádiz donde fue enterrado tras su muerte en 1951.
Cabe destacar que en la propia ciudad de San Fernando hay una estatua enorme que rinde homenaje al general golpista desde 1948. Sin embargo, en enero del presente año, el Ayuntamiento de la Ciudad decidió el Pleno del Ayuntamiento aprobar la propuesta planteada por el grupo municipal Sí se puede San Fernando, que contó con el apoyo del PSOE y de Ciudadanos, de retirar la estatua en aplicación de la Ley de Memoria Histórica. No obstante, ocho meses después del acuerdo, la estatua sigue presidiendo el espacio.
El trato dado en la ciudad a Varela, cuyo máximo exponente es la mencionada figura, contrasta con el trato recibido por las víctimas del franquismo.
La importancia otorgada en la ciudad a Varela, cuyo máximo exponente es la mencionada figura, contrasta con el trato recibido por las víctimas del franquismo en el mismo cementerio de San Fernando. En dicho cementerio hay una fosa común de la Guerra Civil cuyo único recuerdo son quince cruces, unas con nombres y otras con las iniciales del finado, y un pedestal central coronado por una cruz con la leyenda “1936-1939. Descansen en paz”.
Las asociaciones memorialistas recuerdan que en San Fernando de Cádiz no hubo Guerra Civil, ya que triunfó el golpe de Estado, y que, sin embargo, fueron asesinadas más de 200 personas en la represión que se desencadenó en la ciudad. Asimismo, el general Varela recibió de manera póstuma el título de capitán general del Ejército, así como el de marqués de Varela de San Fernando.
Los restos mortales del general Andrés Saliquet descansan, según su certificado de defunción al que ha tenido acceso este diario, en el cementerio de Santa María de Madrid. Saliquet fue uno de los muchos militares que se acogió a la retirada con la reforma del Ejército de Manuel Azaña y que se sumó a los preparativos del golpe de Estado del general Mola. El mismo 19 de julio de 1936 depuso por la fuerza al general Molero y proclamó el estado de guerra en la provincia de Valladolid.
Fue miembro de la Junta de Defensa Nacional que se forma en Burgos, una especie de Gobierno provisional que inicialmente gobernó la zona controlada por los golpistas y formó parte del grupo de generales que eligió a Franco como jefe del Gobierno y Generalísimo de los Ejércitos. Fue condecorado con la Medalla Militar, en 1940; con la Gran cruz al Orden del Mérito Militar, en 1943; y con la Gran cruz de la Orden de Isabel la Católica, en 1944.
Agustín Muñoz Grandes es uno de los treinta y cinco altos cargos del franquismo imputados por la Audiencia Nacional en el sumario instruido por Baltasar Garzón, como todos los demás protagonistas de este artículo. Según el acta de defunción del político y militar, que está incluido dentro del especial Memoria Pública de este diario, los restos mortales de Muñoz Grandes se encuentran en el cementerio de Carabanchel.
Grandes fue encarcelado por la República tras el inicio de la Guerra Civil, pero tras la mediación de los generales republicanos Miaja y Rojo fue indultado para que se incorporara al Ejército de la República. Sin embargo, cuando el 21 de marzo de 1937 se traslada a Valencia para incorporarse a dicho ejército aprovecha para fugarse a la zona sublevada. Tras la Guerra Civil española luchó con las tropas de Hitler en la II Guerra Mundial al frente de la División Azul.
El general Alfredo Kindelán, que participó activamente en las conspiraciones contra la II República desde 1934. Sus restos mortales descansan en la ciudad donde murió Madrid y a pesar de ser uno de los acusados de haber perpetrado crímenes de lesa humanidad por el juez Baltasar Garzón, el ministerio de Defensa sigue teniendo una cátedra a su nombre.
El general fue el máximo responsable de las fuerzas aéreas del ejército franquista, incluidas las de la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italia
El general fue el máximo responsable de las fuerzas aéreas del ejército franquista, incluidas las de la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria italia, y, por tanto, fue el responsable de los bombardeos sobre la población civil que habitaba la España controlada por el Gobierno de la República. Cabe recordar que la Guerra Civil española fue el primer escenario bélico en el que las ciudades se convierten en objetivo militar de los bombarderos. Y fue Kindelán el responsable de estos bombardeos... y estas masacres.
Sin embargo, el Ministerio de Defensa honra al general con una cátedra a su nombre que, pese a las enérgicas protestas de las asociaciones de víctimas y memorialistas, no se ha retirado. De hecho, la web de Defensa sólo tiene palabras de elogio para el general al que califica de "pionero" obviando el dolor que dejaron atrás sus actuaciones militares. De su actuación en la Guerra Civil, Defensa sólo destaca que "el general Kindelán va a jugar un papel decisivo en este periodo, dirigiendo de hecho la Aviación del bando nacional. Sólo circunstancias de carácter político impedirán que sea nombrado jefe del recién creado Ejército del Aire al terminar la contienda".
Las tumbas de Franco y del general Primo de Rivera son la joya de la corona de este artículo y del castillo de impunidad franquista. Como por todos es sabido, los restos del dictador y del fundador de Falange descansan en el Valle de los Caídos, un enorme mausoleo construido a mayor gloria del dictador que, de hecho, aparece mencionado como "anterior jefe del Estado" y nunca como el dictador y genocido que fue.
El año pasado, 2015, se cumplieron 75 años del inicio de la faraónica obra en plena sierra de Madrid. El complejo monumental, construido gracias al trabajo esclavo de miles de republicanos, alberga más de 30.000 caídos, republicanos y franquistas, en la Guerra Civil y está considerada como la mayor fosa común de todo el Estado.
En todos los años de democracia sólo una vez el Gobierno ha accedido a devolver los restos óseos de víctimas allí enterradas a las familias. Fue en 1980, cuando el Gobierno de la UCD autorizó la exhumación de 133 cadáveres. Todos ellos fueron enterrados en sus localidades de origen en Navarra. La pregunta es evidente: ¿Por qué UCD sí que permitió las exhumaciones y PP y PSOE no lo han permitido? ¿Permitiá la exhumación de Mola y Sanjurjo en Pamplona abrir una puerta a la exhumación de Franco en el Valle de los Caídos?
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.