Este artículo se publicó hace 9 años.
Fomento invertirá otros 700.000 euros en un templo que la Iglesia cerró tras inscribirlo a su nombre
El Ministerio de Fomento consigna en los Presupuestos una partida para restaurar las torres de La Magdalena, un edificio emblemático del arte mudéjar que lleva más de una década cerrado al público.
-Actualizado a
ZARAGOZA.- El Gobierno central tiene previsto invertir el año que viene 702.000 euros en la rehabilitación de la zona interior de las torres de la parroquia de La Magdalena de Zaragoza, uno de los edificios emblemáticos del arte mudéjar aragonés, pese a que lleva una década cerrada al público y sin tener en cuenta que se trata de uno de los templos cuya posesión ha registrado a su nombre la iglesia por la vía de la inmatriculación.
La previsión de gasto está consignada en el apartado de inversiones de la Dirección General de Arquitectura del Ministerio de Fomento, dirigido por Ana Pastor, para el año que viene.
Forma parte de una inversión de 880.000 euros que debía haberse realizado entre este año y el siguiente y que situará por encima de los dos millones y medio de euros los fondos públicos que han ido a parar a la restauración de este edificio desde principios de la década anterior.
La rehabilitación del templo recibió entre los años 2002 y 2003 un millón de euros de la comunidad autónoma, en una intervención que contó con el apoyo de algunas cajas de ahorro locales. Tres años después, en 2006, el Ministerio de Fomento y el Gobierno de Aragón acordaron destinarle otros 1.336.417 euros: 445.472 de la Administración central a través del 1% cultural y 890.945 de las arcas autonómicas. La inversión que ahora promueve el Gobierno de Rajoy cerraría la tercera fase de la inversión pública.
La iglesia de La Magdalena fue construida a mediados del siglo XIV sobre otro templo datado a principios del XII. Fue catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC) en julio de 1931 por el Gobierno de la I República y, 80 años después, en 2001, la Unesco la declaró Patrimonio de la Humanidad como una de las principales piezas del mudéjar aragonés. A finales de ese mismo año, el ejecutivo autonómico completó la calificación de BIC.
Entre ambas fechas, la parroquia de La Magdalena inscribió la posesión del templo a su nombre en el Registro de la Propiedad por la vía de la inmatriculación. Lo hizo en abril de 1987, basándose en una certificación de dominio emitida por el entonces arzobispo, Elías Yanes, y refrendada por un notario diocesano, y a pesar de que la Ley Hipotecaria de 1946 excluía expresamente a “los templos dedicados al culto” de los inmuebles que la iglesia podía anotarse.
Poco después de que quedara completada la catalogación como BIC, y cuando iba a comenzar la restauración mayoritariamente financiada con fondos públicos, la iglesia de La Magdalena dejó de ser accesible para el público.
La Dirección General de Arquitectura del Ministerio de Fomento prevé invertir el año que viene otro millón de euros en iglesias aragonesas: 153.000 en la parroquia de Peralta de Alcofea, 600.000 en Santa María La Mayor de Teruel y 250.000 en la colegiata de Calatayud.
En las últimas semanas, gracias a las investigaciones de la asociación Mhuel (Movimiento Hacia Un Estado Laico), se ha sabido que el arzobispado de Zaragoza ha inmatriculado a su nombre algunos de los templos mudéjares de mayor valor artístico de la ciudad, como la catedral de La Seo o la iglesia de San Juan de los Panetes, famosa por su torre inclinada.
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