Este artículo se publicó hace 8 años.
Puigdemont es investido president de la Generalitat y promete que se "dejará la piel” por la independencia
En un debate de investidura que parecía imposible hace sólo dos días, el nuevo jefe de gobierno plantea una legislatura corta, a poder ser de tan sólo 15 meses, para completar la “ruptura” con España. Subraya la necesidad de “ensanchar” la base social independentista, algo que también defiende la CUP, que ha hecho posible su elección. La oposición cuestiona la “legitimidad” de iniciar un “proceso unilateral” hacia la secesión
-Actualizado a
BARCELONA.- Carles Puigdemont ya es el presidente número 130 de la Generalitat de Catalunya. Algo impensable hace tan sólo 48 horas, se ha confirmado cuando pasaban 45 minutos de las nueve de la noche (aquí, el directo de la jornada), gracias a los votos de los diputados de Junts pel Sí (JxSí) y de ocho de los diez parlamentarios de la CUP. Como era previsible, Ciudadanos, PSC, Catalunya Sí Que es Pot (CSPQ) y PP han votado en contra, mientras que los parlamentarios de la CUP Gabriela Serra y Josep Manel Busqueta se han abstenido. La investidura ha llegado tras tres meses de arduas negociaciones entre las dos formaciones independentistas que no dieron por concluidas hasta la tarde del sábado, y que han dejado varias víctimas, la más importante de las cuales, sin duda, es Artur Mas, hasta hoy presidente catalán.
Su reto es completar una legislatura corta, que no alcance ni los 18 meses, y que sirva para culminar el proceso de ruptura con el Estado español
Ante una enorme expectativa mediática -había casi cien medios acreditados, entre ellos doce de internacionales- el Parlament ha vivido una jornada histórica, la investidura del primer presidente independentista de la historia de Catalunya. El debate no ha deparado grandes sorpresas, con discursos en muchos casos casi calcados a los que se pronunciaron en noviembre, durante los dos debates de investidura que terminaron con un "no" a Artur Mas. Puigdemont, por su parte, se ha estrenado con un primer discurso que repetía el programa expuesto precisamente por su antecesor hace dos meses y con una segunda intervención mucho más ágil y menos leída. Finalmente, una vez ya investido, ha agradecido el nombramiento y ha finalizado con un “visca Catalunya lliure!” (¡viva Catalunya libre!).
Su tono no ha sido duro en ningún momento y se ha mostrado especialmente conciliador con la CUP, desmarcándose de las últimas apariciones de Mas. Se ha fijado como reto completar una legislatura corta, a poder ser que no alcance ni los 18 meses establecidos en la hoja de ruta de JxSí, que sirvan para culminar el proceso de ruptura con el Estado español y para ensanchar la base social independentista, un objetivo también defendido por la CUP. Sobre esta cuestión, toda la oposición en bloque ha remarcado que existe una mayoría independentista en el Parlament para formar gobierno pero no para avanzar hacia la secesión, ya que en las elecciones del 27-S los dos grupos partidarios del Estado propio sumaron el 47,8% de los votos.
El día en el que acaparaba gran parte de los focos, Puigdemont ha protagonizado un discurso de unos 50 minutos, bastante más corto de los que solía pronunciar su antecesor en el cargo, un Artur Mas que ha estado muy presente en la intervención del hasta ahora alcalde de Girona. De hecho, una de las imágenes de la jornada es el abrazo que se han dado ambos justo antes de iniciarse el debate. Puigdemont ha dejado claro que el programa de su gobierno será el mismo que presentó en noviembre Mas, ya que es fruto de los acuerdos de Junts pel Sí (JxSí). Ha leído toda su intervención con la excepción de la parte dedicada al mundo local y ha reconocido que para culminar el proceso de independencia es necesario ensanchar la base social que la apoya -“tenemos que ser más gente”, ha dicho”- y ha concluido su primera intervención prometiendo que se “dejará la piel” para conseguir el objetivo del Estado propio para Catalunya.
“Tenemos que dotarnos de las herramientas que necesitamos”
Puigdemont ha empezado su discurso pidiendo perdón a los ciudadanos “por la manera como hemos gestionado el encargo que nos dieron el 27 de septiembre”, y ha definido las negociaciones entre JxSí y la CUP como un “episodio nacional nada edificante”. “Las elecciones en marzo hubieran supuesto una enmienda a la totalidad a quien no se lo merece, que es el pueblo de Catalunya”, ha comentado antes de lanzar una clara alabanza a Mas, asegurando que su gesto es doloroso para el ya expresidente “y para muchos de nosotros”. Posteriormente, ha querido dar un papel a Mas, ya que ha subrayado que el proceso de negociación con el Estado español “exigirá la participación de mucha gente”, también la del expresidente.
Al desarrollar el programa de su gobierno, Puigdemont básicamente ha calcado lo que dijo Mas hace un par de meses, en su intervención del 9 de noviembre durante el primer debate de investidura. Lo que significa que ha planteado un programa de claros tintes socialdemócratas, muy alejado de las políticas desarrolladas por los cinco años de gobiernos de Artur Mas, y ha puesto énfasis en la inmediata puesta en marcha de las medidas que permitan un avance hacia la “ruptura democrática” con el Estado español y hacia un “proceso constituyente de base ciudadana”. Y al igual que Mas, el nuevo president ha obviado la corrupción que arrastra su partido, CDC, a pesar de que ha subrayado que la “nueva Catalunya” tiene que ser “más transparente, más participativa y un ejemplo de buenas prácticas”.
Puigdemont calca el programa deMas, de claros tintes socialdemócratas, en contraste con las políticas aplicadas durante los cinco años de gobiernos de Mas
“Hemos de iniciar el proceso para dotarnos de las herramientas que necesitamos”, ha proclamado Puigdemont, para quien los ejes de su gobierno serán el inicio del proceso de ruptura con el Estado, el “diseño definitivo de las estructuras de Estado [catalanas]”, la “tramitación de la ley de proceso constituyente”, la “tramitación de la ley de transitoriedad jurídica” y la búsqueda de legitimación en la comunidad internacional. Además, ha repetido las tres grandes prioridades que relató Mas hace dos meses: hacer de Catalunya un país más justo, equitativo, culto, preparado y saludable; que sea un país que ofrezca más trabajo, de más calidad y más estable; y que sea más transparente y participativo.
Un plan de protección social, el compromiso para establecer una “renta mínima de ciudadanía”, la “protección del derecho a la vivienda” o una escuela catalana “inclusiva” han sido algunas de sus propuestas en el ámbito social, mientras que ha rematado para rematar el proceso “es necesaria una constitución refrendada por la ciudadanía de Catalunya”.
En su turno de réplica se ha visto al nuevo president mucho más cómodo, y en un tono menos solemne ha soltado algunas pullas ingeniosas hacia los partidos de la oposición y ha provocado algunas risas tanto en el hemiciclo como en la sala de prensa. Entre otras cuestiones ha afirmado que le ha parecido que la oposición no está “en desacuerdo con muchas de nuestras propuestas” y ha recordado que se han comprometido “por un periodo temporal, si la legislatura puede durar 15 meses, mejor”.
Entre otras cuestiones, Puigdemont ha recomendado a Inés Arrimadas que levante la vista de Twitter, después de constatar que "ha hecho arqueología 2.0" -en referencia a las críticas de la líder de Ciudadanos por varios tuits del hasta ahora alcalde de Girona-. Ha ironizado con la idea de que Arrimadas y Albiol (PP) "comparten comunity manager", porque su tuit sobre la "expulsión de invasores de Catalunya" lo escribió a propósito de Carles Rahola el día que lo fusilaron. "La garra del fascismo sobre nuestras tierras no la querremos nunca", ha dicho cosechando un prolongado aplauso.
La jefa de la oposición y presidenta del grupo parlamentario de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha protagonizado como se preveía un discurso duro contra el acuerdo de JxSí y la CUP, lleno de reproches a Artur Mas y también a Carles Puigdemont. En su opinión, el acuerdo entre las dos formaciones independentistas supone poner un “cordón sanitario a la mayoría de los catalanes”. Arrimadas se ha mostrado muy crítica porque el nuevo president se ha olvidado de la corrupción en su intervención y ha querido señalar las similitudes que este tiene con Mas. “Hoy vamos a investir al señor Mas. Al señor más de lo mismo”, ha ironizado, para añadir que como el presidente de CDC Puigdemont “tiene un gran experiencia en utilizar las instituciones catalanas y ponerlas al servicio del independencia”. Puigdemont, a parte de alcalde de Girona, hasta ahora era presidente de la Associación de Municipis per la Independència (AMI).
Arrimadas:“Hoy vamos a investir al señor Mas. Al señor más de lo mismo”
“En democracia sólo los ciudadanos pueden corregir los resultados de las elecciones”, ha resaltado Arrimadas, en alusión a una polémica frase de Mas del sábado, cuando dijo que “lo que las urnas no nos dieron, lo hemos corregido con la negociación”. La líder de Ciudadanos ha manifestado que el nuevo gobierno “ha cerrado toda puerta de negociación” con el gobierno español y ha cuestionado que un ejecutivo que “no pueda negociar mejoras de financiación” pretende “negociar la independencia”. Si bien ha reconocido la existencia de “reivindicaciones legítimas”, como un mejor sistema de financiación o el corredor Mediterráneo, ha dejado claro que el futuro gobierno “no puede ser representativo de los catalanes porque no se puede estar de acuerdo en democracia con los que quieren saltarse las leyes”.
En un tono más suave y con algún matiz más constructivo, el líder del PSC, Miquel Iceta, ha pronunciado una intervención similar en el fondo a la de Inés Arrimadas. El veterano político ha denunciado que “la presidencia de la Generalitat se ha subastado” y ha insistido que se ha hecho una lectura errónea del resultado del 27-S, recalcando que el plebiscito independentista planteado “no se ganó”. Según Iceta, con el pacto entre JxSí y la CUP se intenta separar a los catalanes entre “buenos y malos” en función de si son independentistas y ha dejado claro que los socialistas se opondrán firmemente al impulso de una “independencia exprés” que dejaría Catalunya “fuera de la ley”.
Iceta ha pedido a Puigdemont que “trabaje también para el 52 por ciento” que no votó a la JxSí o a la CUP y ha manifestado que el 47,8% de votos obtenidos por las dos formaciones el 27-S les da legitimidad para formar gobierno, pero no para emprender un “camino unilateral” ni “ilegal”. El primer secretario del PSC ha defendido un triple no, “a la independencia, a la ilegalidad y a la investidura” y ha considerado que la mejor salida para la actual situación de “bloqueo” pasa por el diálogo con el gobierno español y por una reforma federal de la Constitución.
El presidente del grupo parlamentario de Catalunya Sí Que es Pot (CSQP), Lluís Rabell, también ha sido muy crítico con el acuerdo que permite la formación de gobierno. Pese a incidir más que el resto de miembros de la oposición en cuestiones sociales, como Iceta ha insistido que el 27-S “se ganó una mayoría para hacer un gobierno, no una consulta para ir a la independencia”. Para el dirigente de la confluencia de ICV, EUiA, Podem y Equo, “no hay legitimidad democrática para ir hacia la desconexión, porque no hay un porcentaje suficiente de la ciudadanía que la apoye".
Rabell, a la CUP: "La independencia se produce a cambio de nada, a cambio dehumo"
Para Rabell, la investidura se hará en base a una ilusión","sobre algo impracticable" y ha añadido que la independencia sólo se puede conseguir por la “vía de la negociación, ya que una declaración unilateral no es legal”, pese a asegurar que ellos no son “fetichistas de la legalidad”. También ha lanzado un dardo a la CUP, diciendo que la investidura se produce “a cambio de nada, a cambio de humo” y ha reclamado la necesidad de un gobierno que trabaje “en favor del rescate social”.
Finalmente, ha lamentado que se facilite la formación de un “gobierno en Madrid hostil a Catalunya” y ha recordado que a raíz de las elecciones del 20-D “casi un centenar de diputados en el Congreso defiende el derecho a decidir”. En su réplica, Puigdemont ha bromeado con el tono “enfadado” de Rabell.
La intervención más dura, sobre todo en las formas, ha correspondido al líder del PP, Xavier García-Albiol, que de entrada le ha espetado a Puigdemont que “ni usted ni nadie iniciará un proceso de ruptura de Catalunya con el resto de España. Téngalo claro”. Para el dirigente conservador, “hoy es uno de los días más tristes para la dignidad de Catalunya”. También se ha mostrado muy duro con el acuerdo de investidura, especialmente porque “deja el futuro de Catalunya en manos de los radicalismos y de los antisistema”, en referencia a la CUP. Su discurso ha avanzado los argumentos desarrollados minutos después por Mariano Rajoy, en su comparecencia en la Moncloa.
Albiol, a Puigdemont:“Ni usted ni nadie iniciará un proceso de ruptura de Catalunya con el resto de España. Téngalo claro”
Albiol ha querido señalar a Mas como el “gran culpable” de la situación en Catalunya y ha asegurado que “el pujolismo no puede dar lecciones de ética y ahora tampoco las podrá dar de democracia". Finalmente, ha avisado a Puigdemont que "no vamos permitirle que inicie usted un proceso de ruptura con el resto de España" mientras gobierne el PP y ha asegurado que "nadie va a coartar el derecho ni las libertades de todos aquellos que no apostamos por la aventura de separar Catalunya del resto de España". "Mal que le pese, Catalunya seguirá siendo España. Y nadie nos va a dividir, nadie nos va a separar", ha rematado.
Siguiendo la línea de la rueda de prensa celebrada al mediodía, tras la reunión de su consejo político y grupo de acción parlamentaria, la CUP ha intentado transmitir con los gestos que a pesar del acuerdo mantiene su autonomía y sus señas de identidad, es decir, anticapitalismo, feminismo e independentismo. En este sentido, un hecho significativo es que el discurso lo ha protagonizado Anna Gabriel, sin duda la dirigente peor vista por CDC y Artur Mas. Gabriel, que lucía una camiseta con un lema zapatista, ha subrayado que esta legislatura “tiene que ser de cambios, rupturas y retos” y estará marcada por “la excepcionalidad”. Ha agradecido el tono más conciliador usado por Puigdemont y lo ha contrapuesto con el de Mas los últimos días y le ha pedido que su gobierno dé “señales inequívocas” que permitan ampliar la base social del independentismo.
“No investiremos a un presidente autonómico. Estamos invistiendo a un presidente que nos va a llevar a unas próximas elecciones, estas sí serán de carácter constituyente, y las vamos a ganar", ha proclamado Gabriel. La diputada de la CUP ha asegurado que la formación “no desaparecerá” -en referencia a los representantes que se integrarán en la dinámica parlamentaria de JxSí- y ha reclamado que el nuevo gobierno “tiene que hacer posible la hoja de ruta hacia la independencia, el proceso constituyente y el plan de rescate social”. Gabriel también ha hecho referencia a los más afectados por la crisis, a las víctimas de la pobreza, quienes han sufrido desahucios o han sufrido agresiones homófobas o machistas y ha proclamado que "las repúblicas se construyen rescatando personas y no bancos" y “sin corrupción”.
Finalmente, ha agradecido “la defensa del derecho a decidir por parte de ciertas izquierdas”, en referencia a Podemos, pero ha subrayado que”la unilateralidad es la única salida posible si se quiere hacer respetar el derecho de los pueblos”, ya que considera que el nuevo Congreso no permitirá un referéndum de autodeterminación.
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