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PSOE y Sumar enfrían las expectativas sobre una ley de amnistía antes de la investidura de Sánchez

Los de Yolanda Díaz admiten ahora que los plazos parlamentarios son muy justos y confían en que los tiempos para aprobar la norma también se pacten en la negociación con Junts. El PSOE se centra en cargar contra Feijóo y espera que los independentistas "cambien de actitud".

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, durante una sesión de control al Gobierno
Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en el Congreso. Imagen de archivo. Eduardo Parra / Europa Press

Hace tan solo unas horas la Diada se situaba en los calendarios políticos como una fecha marcada en rojo en la negociación entre el independentismo catalán y los partidos del Gobierno de coalición en funciones, PSOE y Sumar.

Su historia y los ecos de celebraciones anteriores perfilaban el augurio de una trampa que podía hacer descarrilar las conversaciones hasta un punto de no retorno entre dos actores tan distintos como condenados a entenderse si se busca evitar una repetición electoral.

El escenario no es el mismo que hace 24 horas y algunas cosas han cambiado, pero la hoja de ruta de todos los actores inmersos en el proceso negociador parece, a día de hoy, intacta.

En la víspera del Día Nacional de Catalunya el independentismo movió ficha y recuperó para el debate público su reivindicación más histórica, el referéndum de autodeterminación, expresado en las palabras del presidente de la Generalitat y líder de ERC, Pere Aragonès.

Sin embargo, este gesto no ha movido ni un ápice el timón que Pedro Sánchez y Yolanda Díaz manejan para llevar de nuevo su coalición al Gobierno. Ni el PSOE ni Sumar (que mantienen diferencias en torno al debate del referéndum) tienen intención de cambiar los elementos de la ecuación planteada desde que Carles Puigdemont expresó sus reivindicaciones para hacer presidente al líder socialista: una ley de amnistía a cambio de los apoyos necesarios para la investidura.

De hecho, aunque los partidos del Ejecutivo mantenían la pasada semana una diferencia en torno a los plazos para sacar adelante la norma, este lunes ha quedado patente que sus posturas están más cerca, y tanto el PSOE como Sumar apuntan a que es poco probable que la ley de amnistía vea la luz antes de la celebración de la votación para investir a Sánchez.

La "discreción" y la "convivencia" en el PSOE

Fuentes de la dirección socialista coinciden en privado con lo que señaló de forma pública este lunes Sumar respecto a los plazos para esa hipotética ley de amnistía. Será "complicado" aprobarlo antes. En Ferraz sobrevuela la idea de que la formación de Díaz "a veces hace comentarios de máximos" y de que todo es posible para luego recular.

Por lo demás, en Ferraz, la dirección del PSOE ha decretado "discreción". El hermetismo con el que pretenden llevar las negociaciones  es total. Una buena muestra fue la rueda de prensa ofrecida por la vicesecretaria general, María Jesús Montero, al término de la Ejecutiva socialista. 

Una reunión en la que no estuvo Sánchez, afectado todavía por covid-19, y donde, según diferentes fuentes consultadas por Público, no se aterrizó en cuestiones concretas sobre las negociaciones abiertas y la exigencia de la ley de amnistía. Tampoco se habló de la "vieja guardia" del PSOE, representada especialmente por Felipe González y Alfonso Guerra. No hay preocupación en Ferraz por las declaraciones críticas de estos días y las que vendrán. 

El objetivo de los socialistas hasta que llegue la "no investidura" de Feijóo los próximos días 26 y 27 es poner en el foco el fracaso del líder del PP. Al mismo tiempo, los mensajes siguen encaminados a comunicar la necesidad de "avanzar por la convivencia" en Catalunya.

El propio Sánchez fijó la hoja de ruta la pasada semana en un acto en Madrid. Con motivo de la Diada, ha reiterado el mantra: "Cataluña ha abierto un nuevo camino de progreso, entendimiento y convivencia. Es el momento de mirar al futuro y seguir avanzando", escribió en las redes sociales. 

En la dirección socialista tienen claro que no puede pasar lo que sucedió en 2019. Aquel año, reconocen en Ferraz, la ciudadanía les penalizó en las urnas por no conformar Gobierno a la primera. Tras las segundas elecciones dieron el paso para gobernar con Unidas Podemos. 

Lo que sí se trató en la Ejecutiva fue el hecho de que todas las decisiones que se tomen van a pasar por los órganos del partido. Es decir, tanto por el órgano ejecutivo como por un Comité Federal, el máximo órgano entre Congresos. El paso final es que la militancia ratifique el acuerdo de Gobierno con Sumar cuando este llegue. 

En las filas del PSOE no les cabe duda de que tanto Junts como ERC tendrán que rebajar sus exigencias. Ahora "están en máximos y tendrán que ceder también y hacer gestos", destacan fuentes del partido.

Una de esas posibilidades es que los socialistas les exijan renunciar a la vía unilateral de forma expresa, un compromiso de que acatarán el marco constitucional. Pero todo está abierto. "Tienen que cambiar de actitud. Lo primero es constatar que quieren. Tendremos que verlo", avisan en Ferraz. 

Sumar y el referéndum 

En Sumar consideran el referéndum una reivindicación legítima del independentismo y no rechazan, incluso, que pueda formar parte de las conversaciones que se mantienen en la actualidad de cara a la investidura de Sánchez, pero como una posición "de máximos".

Insisten en que el foco y la hoja de ruta de esta negociación se basa en la ley de amnistía. De hecho, algunas voces del partido han variado su postura respecto a los plazos para aprobar la norma.

Si la pasada semana Jaume Asens (la persona designada por Díaz para negociar con Junts, y la que la presidenta ha puesto al frente del grupo de expertos para esbozar una propuesta jurídica sobre la amnistía) veía factible aprobarla antes de la investidura de Sánchez, este lunes apuntaba a que los tiempos parlamentarios podían complicar mucho ese eventual calendario.

En Sumar ven mucho más cerca el escenario en el que la ley de amnistía se apruebe después de que Sánchez sea elegido presidente, aunque, en todo caso, precisan que los plazos también son un elemento de la negociación y que todo dependerá de que los distintos partidos se pongan de acuerdo (Junts pide aprobarla antes).

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