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El PSOE, al choque con Unidas Podemos para enfatizar su mayoría y perfil propio ante la cercanía electoral

El ambiente ha cambiado en la coalición de Gobierno en la última semana y desde las filas socialistas han sacado músculo político frente a sus socios. En Moncloa minimizan los hechos: "Es lógico y legítimo que haya diferencias". 

La ministra de Igualdad, Irene Montero, durante su intervención en la sesión de control al Gobierno este miércoles en el Congreso
La ministra de Igualdad, Irene Montero, durante su intervención en la sesión de control al Gobierno este miércoles en el Congreso, junto a la ministra de Ciencia Diana Morant. Juan Carlos Hidalgo / EFE

Que en política todo pasa muy rápido, y más en los últimos tiempos, es un tópico. Una manida frase hecha. Pero en algunas ocasiones es que la realidad la valida con hechos. La última semana ha tenido mucho de esto segundo. Además de un fuerte contraste de sensaciones con lo que sucedía hace siete días. Si el jueves 24 todo parecía un camino de rosas para la coalición del Gobierno que lidera Pedro Sánchez entre PSOE y Unidas Podemos, los últimos cinco días han desempolvado viejas batallas. El ambiente ha cambiado y desde el ala socialista han sacado músculo político y enfatizado su perfil propio frente a sus socios. Todo, con un evidente aroma electoral. 

"Es lógico y normal que en los meses previos a un periodo electoral los distintos partidos se traten de diferenciar en algunos cuestiones", reflexiona un dirigente desde la sede socialista en Ferraz. "Pero hay que quitarle dramatismos", puntualiza. Desde el PSOE siempre han defendido en público y en privado que hay que naturalizar las diferencias en el seno de una coalición que durante tres años ha demostrado saber llegar a acuerdos. 

Esa es la línea general que mantienen los socialistas en estos momentos. "Normalidad y tranquilidad", destacaba esta semana un diputado socialista esta semana en el Congreso. "Las leyes hay que negociarlas y son procesos naturales", apuntaba otro. La ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, minimizaba de forma pública, para no dejar lugar a dudas, las diferencias, enmarcándolas en el "debate previo al acuerdo"

La principal polémica de la semana ha sido por la ley trans. Un tema que no se ha cerrado y con el que hay serios riesgos de que no salga adelante si alguna de las partes no cede en sus posiciones. Ninguno parece estar dispuesto a ello. Lo dejó claro a comienzos de la semana la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. En una declaración a los medios recordó sutilmente que el PSOE tiene mayoría en la Cámara, al ser preguntada por las diferencias. 

El perfil propio del PSOE se marcó también de manera muy clara el miércoles. Durante la sesión de control al Gobierno en el Congreso, la ministra de Igualdad, Irene Montero, acusó a algunas campañas lanzadas por el PP de "fomentar la cultura de la violación". El revuelo fue máximo, con reprimenda incluida de la presidenta de la cámara, Meritxel Batet y la ira de la derecha. A los socialistas no les gustaron las formas usadas por su compañera y lo dejaron claro en diferentes declaraciones tanto en público como en privado para desmarcarse. 

El músculo político de los socialistas también se pudo ver en una extensa entrevista realizada por el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, en el programa Hora 25 de la Cadena SER el martes. Ha sido de las pocas entrevistas audiovisuales de integrantes del Gobierno durante estos días. "Nosotros queremos que la ley de vivienda se parezca a la que salió del Consejo de Ministros", dijo. "Queremos sacarla beneficiando a inquilinos y propietarios", añadió. Podemos presentó una serie de enmiendas que ahora no acepta el PSOE. Justo lo que pasa, pero al revés, con otras leyes enquistadas como la ley trans o la de bienestar animal. 

Pese a la situación de normalidad que traslada de forma general el PSOE, Podemos no lo ve así. La fuerza morada considera que los socialistas están tensando la cuerda y haciendo cálculos electorales. Y ponen como ejemplo también el retraso de la ley de familias que según su versión fue injustificada. Moncloa lo enmarca en un asunto técnico y de plazos al no llegar una serie de correcciones a la norma a tiempo de que entrara en el orden del día del Consejo de Ministros del martes. 

Lo que sí preocupa un poco más en Ferraz y Moncloa es la tensión ya innegable en el espacio de Unidas Podemos. La progresiva separación entre Yolanda Díaz e IU por un lado y Podemos por otra es un escenario que observan con atención los socialistas. Aunque destacan la complejidad de las elecciones municipales y autonómicas, porque los pactos son muy diferentes en los distintos territorios, sí que se reconoce que una fragmentación excesiva puede impedir conseguir algunos gobiernos. Y sobre todo la sensación de desa

Aunque hay voces que señalan la posibilidad de que la coalición se rompa de forma inminente precisamente por ese enfrentamiento dentro del propio espacio de UP, en Moncloa destacan que "la coalición va bien" porque ha hecho muchas cosas y las sigue haciendo. Sobre las iniciativas legislativas pendientes, en el entorno de Sánchez destacan que "es lógico y legítimo que en las dos partes de la coalición haya diferencias e intenten tirar cada una hacia su lado". 

Obviamente reconocen que la relación entre los dos partidos no siempre es fácil. Pero que se ha demostrado "fructífera". Sobre el horizonte electoral y lo que queda de legislatura no niegan que puede seguir habiendo diferencias, ya que es algo inevitable. Y que cuanto más se acerquen las citas electorales más se tendrá que ver, como en todas las relaciones entre partidos, qué estrategias se siguen. Pero de momento, "hay que seguir trabajando por sacar las leyes que quedan". El tiempo, eso sí, se va agotando. 

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