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El PSOE, un año después de Pablo Casado: "Nada ha cambiado con Feijóo, la influencia de Ayuso sigue"

En un primer momento, los socialistas pusieron el foco en la corrupción que denunciaba el propio expresidente de los populares sobre la dirigente madrileña. En las filas socialistas vaticinan que el actual líder del PP acabará como su antecesor. 

5/1/23 Nadia Calviño y Pedro Sánchez atienden a la intervención de Alberto Núñez Feijóo el pasado 18 de octubre en el Senado.
Nadia Calviño y Pedro Sánchez atienden a la intervención de Alberto Núñez Feijóo el pasado 18 de octubre en el Senado. Alejandro Martín Vélez / Europa Press

El 18 de febrero del pasado 2022 estalló definitivamente una guerra en el PP que venía fraguándose tiempo atrás. Los principales protagonistas fueron el entonces presidente de los populares, Pablo Casado, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Tras unas informaciones sobre un supuesto espionaje a la lideresa madrileña y una sucesión de acusaciones graves de forma pública entre ambos, los hechos culminaron con una manifestación a las puertas de Génova pidiendo la cabeza del primero. Ayuso terminó ganando y poco después Alberto Núñez Feijóo se convertía en líder de la oposición. 

El PSOE, mientras tanto, asistía atónito al asunto. En un primer momento quiso poner el foco, sin posicionarse por ninguno de los bandos como es obvio, en una palabra: corrupción. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se pronunciaba en aquellos momentos en estos términos: "Aclarar cuanto antes cualquier sombra de duda y acusación de corrupción que se ha hecho pública el día de hoy". 

La relación de Sánchez y Casado no era desde luego fluida. PSOE y PP no habían logrado pactar prácticamente nada desde el comienzo de la legislatura. Pero los socialistas quisieron en los primeros días trasladar el mensaje de que los populares necesitaban una regeneración tras tantas sombras de corrupción. El asunto del contrato al hermano de Ayuso durante la pandemia estaba en primera línea mediática y precisamente había sido puesto ya encima de la mesa por el propio líder del PP. "Que no nos usen en sus líos", dijeron también aquellos días tras la acusación de que Moncloa estaba detrás de las informaciones sobre la presidenta madrileña. 

Con la llegada de Feijóo y las aguas más calmadas en los populares, el PSOE transmitió entonces un mensaje que mezclaba cierta esperanza de moderación con escepticismo. Por un lado, confiaban en que el perfil del expresidente de la Xunta de Galicia propiciara pactos que no habían sido posibles con Casado. Al mismo tiempo ya avisaban que Feijóo era "más de lo mismo porque la corrupción del PP es sistémica". Ya avisaban entonces algunas fuentes socialistas que el choque con Ayuso continuaría. 

Y parece, según la visión de Ferraz y Moncloa, que el tiempo les ha dado la razón. El ejemplo más palmario, según los socialistas, es el "temblor de piernas" que le entró al dirigente gallego para firmar el desbloqueo del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Feijóo mostró su voluntad, en abril, de volver a negociar este asunto. Las conversaciones estaban muy avanzadas. El acuerdo, hecho en octubre. Pero los populares lo rompieron con la excusa, una más, de la aprobación de la reforma del delito de sedición. 

La visión del PSOE es que se cedía ante el ala dura de su partido, representada por Ayuso, y la "derecha judicial y mediática". "Nos hubiera gustado que la dirección del PP cambiara, pero no ha ocurrido. Y el ejemplo palmario es lo que pasó con el CGPJ", insisten desde Moncloa. Para el entorno de Sánchez, se ha cambiado a un líder que no tenía proyecto por otro que sigue sin tenerlo, sin ser autónomo y sin tener soberanía política. "A él le han puesto así para seguir obedeciendo a quienes le mandan", afirman. 

Los socialistas han "recordado" a Pablo Casado en varias ocasiones. En la primavera pasada solían recordar que él trató de frenar la corrupción en su partido y por eso se tuvo que marchar. La última vez que en el PSOE se mentó a Casado fue hace pocos días a cuenta de la moción de censura que pretende presentar Vox y el papel que tendrá el PP. La identificación del PP con la extrema derecha es otra de las estrategias que suelen potenciar los socialistas. 

La ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, en una rueda de prensa celebrada en Moncloa, destacó que "con Casado, al menos, teníamos más transparencia": "Casado era capaz de ponerse al frente de la manifestación, de acudir a la Plaza de Colón, y Feijóo se está metiendo en la mesa camilla(...) Debajo de las mesas camillas, están los braseros. Como se meta mucho debajo de la mesa camilla, igual se quema.

"Ninguna diferencia"

En cualquier caso, la visión actual de los socialistas es que "no hay ninguna diferencia" entre la dirección actual y la de Casado. "Las mismas derechas que doblaron el brazo a Casado, lo están haciendo con Feijóo. Acabará de la misma forma que su antecesor", vaticinan fuentes socialistas. Para la dirección del PSOE en Ferraz, la sucesión del anterior líder es un proceso que se cerró en falso. 

"La influencia de Ayuso en la dirección nacional del PP sigue vigente y latente, y esos roces se ven cada día en la diferencia sideral de estrategia entre Génova y Sol. Ayuso sigue queriendo ser una estrella nacional, y Feijóo tiene el mismo problema que Casado", apuntan las fuentes consultadas por Público. Hablan desde el PSOE de cierta "decepción" con Feijóo ya que creó una expectativas "que se ha encargado él solo de hacer saltar por los aires". 

"El pactista no ha cerrado un solo acuerdo, el moderado se instaló en el insulto a las pocas semanas de sentarse en el sillón maldito de Génova", consideran en la dirección federal. Esa supuesta moderación no se arregla, según el PSOE con poner a perfiles como el de Borja Sémper de portavoz, al que ven  "absolutamente superado por los acontecimientos". 

La crítica del PSOE hacia el PP se basa también en sus vaticinios apocalípticos, especialmente sobre economía pese a que los datos le quitan la razón. Precisamente en la recuperación económica basan gran parte de sus opciones electorales desde Moncloa. "En el PP confunden la crítica al Gobierno con hablar mal de España allá donde tienen oportunidad. Nuestro país, en la legislatura más complicada que recordamos, con una pandemia mundial y una guerra, está superando esta coyuntura con mucha mejor nota que los grandes países de la UE", insisten en las filas socialistas. 

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