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PP y Vox reivindican su independencia política frente a los empresarios partidarios del diálogo y los indultos

Pablo Casado ha criticado las presiones políticas hacia el PP y ha asegurado que "ningún lobby" le hará cambiar de opinión. Por su parte, desde Vox han pedido la dimisión del presidente de la CEOE, Antonio Garamendi.

El líder del PP, Pablo Casado (c) conversa con el presidente del Círculo de Economía, Javier Faus (i), y el presidente de la patronal Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre (d), durante la segunda jornada de la XXXVI Reunión del Cercle d'Economia, en Ba
El líder del PP, Pablo Casado (c) conversa con el presidente del Círculo de Economía, Javier Faus (i), y el presidente de la patronal Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre (d), durante la segunda jornada de la XXXVI Reunión del Cercle d'Economia, en Barcelona. Quique García / EFE

A Pablo Casado se le ha 'atragantado' su campaña contra los indultos a los presos del procés. Tras encontrar resistencias internas a la estrategia de oposición en las calles y asistir a la descafeinada manifestación celebrada en la madrileña plaza de Colón en la que Vox e Isabel Díaz Ayuso acapararon todos los focos, se le sumó la fallida campaña de recogida de firmas —a la que Génova ya se plantea poner fin—y el sorpresivo apoyo de la cúpula empresarial a la medida de gracia, anunciada formalmente este lunes por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El líder del PP ha insistido este lunes en que su formación no se debe a "ningún editorial ni consejo de administración": "Nuestros únicos accionistas son los españoles", ha señalado en una reunión con los diputados y senadores del PP. En ese sentido ha apuntado que el PP no cede a "presiones" y que "ningún lobby" en "búsqueda de fondos europeos" y tampoco "ningún cabildeo cortesano" logrará "apartarles de su camino".

Estas declaraciones se producen días después de que Casado acudiera a las jornadas anuales del Cercle d’Economia, donde comprobó in situ que sus ponentes diferían radicalmente de su posición respecto a los indultos. El vicepresidente del Cercle, Jordi Gual, realizó un alegato en favor de la medida de gracia antes de presentarle. El expresidente de CaixaBank sugirió al conservador que no se tomara los indultos como "concesiones vergonzosas" sino como "un inicio de diálogo real".

En esas mismas jornadas el presidente de la principal patronal catalana, Foment del Treball, Josep Sánchez Llibre, también avaló los indultos. Dijo que le medida de gracia podría contribuir a "normalizar" las relaciones entre la Generalitat y el Gobierno y "facilitar" la vuelta de empresas que abandonaron la región por el procés. Sánchez Llibre definió los indultos como un "mecanismo" con el que  la patronal "está de acuerdo".

Poco antes el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, se expresó en los mimos términos en TVE. Unas declaraciones que se ha visto obligado a matizar tras la ofensiva de la derecha política y mediática durante los últimos días. "Yo no he dicho que esté a favor", ha asegurado este lunes durante su participación en los cursos de verano de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo en Santander. Desde allí ha pedido perdón por la confusión, pero ha aclarado que "nadie" del Gobierno le ha "comprado".

Casado critica las presiones políticas: "Estamos hartos"

Pese a la matización de Garamendi, en Génova califican el encuentro de "encerrona" y voces de la dirección de Casado creen que la patronal debe mantenerse al margen de cuestiones que competen al parlamento. "Estamos hartos de mentiras, propaganda y presiones", ha remarcado este lunes el líder del PP frente a su grupo. "Hartos de que se remunere al desleal en lugar de exigirle que pague lo que debe en justicia", ha valorado. En ese sentido, ha apuntado que "al Partido Popular se le ha intentado presionar muchas veces", pero que su formación "no es el problema" sino "la solución".

Casado ha apuntado hacia Sánchez como el "único responsable" aunque ha añadido que existen "muchos cómplices" entre los que ha señalado a quienes desde los partidos políticos "están aplaudiendo esta medida" y "últimamente aquellos que desde la sociedad civil están intentando decir que va hacia el reencuentro, la concordia y la convivencia".

Más claro fue en una entrevista concedida al diario ABC el pasado sábado. "Si fuera empresario en Catalunya, lo que querría es que se cumpliera la ley. Si un trabajador de una empresa, sin contar con el convenio de empresa y con la regulación laboral, hace algo en contra de esa empresa, el empresario lo echa a la calle, y además de forma justificada. No se pone a hablar con él ni a dar prebendas para que respete la ley", apuntó.

En la misma entrevista señaló que una persona él, que profesa la religión católica, no se sentía reconocido "en que la iglesia tome partido en cuestiones políticas". Una clara alusión a los obispos de las diez diócesis de Catalunya que se pronunciaron a favor del diálogo y de "las medidas de gracia" para resolver "todas las situaciones de conflicto".

Vox arremete contra Garamendi

La extrema derecha ha focalizado sus críticas en el presidente de la CEOE. El presidente de Vox, Santiago Abascal, cargó duramente contra él a través de su cuenta de Twitter. "El jefe de la patronal comparte opinión con Otegi, Echenique y Sánchez. A Garamendi no le preocupan las empresas que salieron de Cataluña. A Garamendi lo que le preocupa es que los golpistas salgan de la cárcel. Qué indigna manera de representar a tantos empresarios honrados", escribió.

El vicepresidente primero y portavoz de Acción Política de Vox, Jorge Buxadé, ha dado un paso más allá este lunes y ha pedido su dimisión por "insultar" a los españoles. Para el ultraderechista la CEOE y los sindicatos se suman a la "casta política" que defiende el "statu quo". "Yo le recuerdo a quien le ha dado la cruz del mérito militar y al señor Garamendi que las Fuerzas Armadas tienen una misión, que es defender la integridad territorial y garantizar la soberanía e independencia de España", ha zanjado.

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