Este artículo se publicó hace 9 años.
La oscura financiación de la asociación antisoberanista Societat Civil Catalana
El libro del periodista Jordi Borràs, 'Desmuntant Societat Civil Catalana', trata de explicar cómo una organización creada para "mantener a Catalunya integrada en España", con apenas 75 socios, puede llegar a ingresar casi un millón de euros.
-Actualizado a
MADRID.- ¿De dónde saca el dinero Societat Civil Catalana? Es la pregunta del millón. Concretamente del millón de euros (992.672 euros) que la organización antisoberanista ingresó en 2014, según confirma su propio balance económico.
Es la pregunta que también trata de responder el periodista Jordi Borràs en su libro 'Desmuntant Societat Civil Catalana' -Desmontando Societat Civil Catalana- (Edicions Saldonar i pel Grup Barnils), a la que se suma Crítíc en un un reportaje con datos exclusivos sobre el opaco entramado que se esconde detrás de las cuentas de la organización.
Basta un simple vistazo al balance presentado por Societat Civil Catalana para darse cuenta de que los números no cuadran. SCC, que fue constituida con la voluntad manifiesta de combatir el soberanismo y "mantener a Catalunya integrada en España", cuenta con apenas 75 socios y unos 4.000 colaboradores de los cuales se desconoce cuantos de ellos contribuyen económicamente. Sin embargo, sus ingresos rozaron el millón de euros en 2014.
En los datos que facilita la propia sociedad, las cuotas de los socios representan un 1,5% de los ingresos, 15.000 euros del total. Otro 1,4% se consigue a través de urnas y puestos de recaptación. El resto, 963.053 euros, el 97% del montante, lo obtiene la organización a través de donaciones privadas. La SCC, que gasta más de lo que ingresa, tuvo que hacer frente al pago de un total de 1.084.000 euros por las dos grandes manifestaciones que impulsó, a los que hay que sumar los gastos en comunicación y los gastos estructurales.
En su libro, Jordi Borràs denuncia la posible financiación por parte de empresas del Ibex, que se esconden para que sus apoyo a la organización no les pase factura. La propia asociación se compromete a "garantizar la total confidencialidad de la donación".
Tal y como señala Crític, es más que probable que unas cuantas de esas aportaciones provengan del círculo empresarial que ostentan los fundadores de la asociación, aunque tampoco hay constancia de ello.
El que sí ha dado la cara en público ha sido el fundador y principal accionista de Naturhouse, Félix Revuelta, una de las 100 fortunas más grandes de España. Como él, tal y como explicó el propio Revuelta en un programa de televisión, existen muchos otros empresarios que prestan apoyo a Societat Civil Catalana pero que no se atreven a confesarlo por miedo a perder contratos con la Generalitat catalana.
Sin embargo, en este entramado existen más actores. Según la información del digital Las Voces del Pueblo, un dirigente del PP catalán, Enric Millo, habría mediado entre las empresas del Ibex y SCC, con la ayuda del Gobierno español, para conseguir una inyección de capital. Según las fuentes que revela el diario, entre las empresas estaría Telefónica, que habría 'colaborado' con la entidad gracias a la intermediación del partido conservador. Según explica el periodista Guillem Martínez a Crític, "estos potentes" accionistas, "representantes de bancos y grandes corporaciones internacionales llaman directamente a despachos de dirección de los periódicos para ordenar qué pueden o no publicar", según lo intereses de estas empresas.
Por otro lado, tal y cómo denuncia Borràs, existen sospechas de trato de favor por parte del Estado a SCC y un hecho confirmado: Renfe subvencionó el 50% del precio del billete de tren para 245 personas que acudieron al acto que SCC había organizado en la Diada de 2014 en Tarragona. Un descuento que supuso un ahorro de 2.744 euros para SCC.
Renfe alegó que el descuento se hizo en base a sus criterios generales para justificarse. Sin embargo, ninguno de los descuentos de la empresa encaja con dicho porcentaje. Según la periodista Gemma Aguilera "sólo queda la posibilidad de que se trate de una decisión arbitraria" amparándose en un epígrafe en el que el operador se reserva la decisión sobre el descuento hasta conocer el destinatario de la misma.
Ese mismo día, el 11 de septiembre, Renfe denegó a la Assemblea Nacional Catalana (ANC) la posibilidad de alquilar trenes extra, a su precio correspondiente sin descuento, para personas de fuera de Barcelona alegando que no habían plazas disponibles.
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