Este artículo se publicó hace 8 años.
Adiós al hombre de la industria de las armas incrustado en el Gobierno
El relevo en el Ministerio de Defensa saca a relucir dos perfiles muy diferentes: por un lado la segunda mujer que se hará cargo de la cartera, y por el otro el 'armamentócrata' Morenés, duramente criticado por los representantes de las asociaciones de militares
-Actualizado a
MADRID.- La entrada de Mª Dolores de Cospedal en el segundo Gobierno de Mariano Rajoy apuntaba al Ministerio de Defensa. Tras desembarcar en el Congreso en diciembre todas las quinielas señalaban su más que posible entrada en un Ejecutivo conservador, en una cartera con la suficiente responsabilidad como para gozar de independencia respecto a la vicepresidenta, Soraya Sáez de Santamaría.
Mientras tanto el PP daba por más que amortizado al hasta ahora ministro de Defensa, Pedro Morenés. Con 68 años y un deseo manifiesto de abandonar el Gobierno expresado desde finales de 2015, era serio candidato a ser incluido en la operación para rejuvenecer el equipo de gobierno de Rajoy.
La trayectoria de Morenés alterna los puestos de responsabilidad en la Administración central con los altos cargos en las empresas de armas
Los perfiles de Morenés y Cospedal no podían ser más dispares. El primero ha sido, según el CIS, uno de los ministros más desconocidos de la democracia. No en vano, su perfil es puramente tecnocrático y su posición como el hombre de la industria de las armas en el Gobierno, evidente. Desde finales de la década de los 80 su trayectoria personal ha intercalado las estancias en la Administración central, como responsable del Instituto Nacional de Industria, primero, y secretario de Estado de Defensa y ministro del ramo, después; con los altos cargos en empresas de armas como Instalaza, a la que se acusa de producir bombas de racimo que se usaron sobre Libia o armamento que se ha encontrado en Yemen. De perfil esquivo con la prensa, ha desoído hasta tres peticiones de ser entrevistado por este medio en los últimos dos años.
Cospedal, al contrario, destaca por su trayectoria política. Para muchos es una de las caras representativas del PP acusado por el juez José de la Mata de ser una "organización criminal", con su tristemente célebre "despido en diferido" a José Luis Bárcenas. A diferencia de Morenés, que ni siquiera tiene carnet del PP y va como independiente, ella es secretaria general del partido y no se le conocen vínculos con su próxima cartera.
Está por ver el interés de Cospedal de profundizar en los entresijos de uno de los ministerios más complicados, con grandes intereses económicos detrás y una política de personal completamente desatendida
Está por ver su interés en profundizar en los entresijos de uno de los ministerios más complicados. Al tan particular entorno castrense, en muchas ocasiones demasiado opaco para el resto de la sociedad, se unen los grandes intereses económicos que es necesario manejar: España tiene en la actualidad una hipoteca de unos 30.000 millones en material bélico creada debido a los Programas Especiales de Armamento (PEAs). Estos programas —que el propio Morenés colaboró en idear y después, en contratar— se crearon para impulsar la demanda y ayudar a la industria a fortalecerse mediante fusiones y con planes de exportaciones. Han colaborado en que España se convierta en la 7ª potencia exportadora de armas del mundo.
Todo lo que Morenés trabajó para la industria queda en su debe al hablar de políticas de personal. Acudió una sola vez al Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas (Coperfas) que él preside, en el que se dan cita los representantes de las asociaciones profesionales militares y los generales. Fue para inaugurarlo. Para todas las demás reuniones delegó en su secretaria de Estado. A esta política sumó dos grandes escándalos surgidos bajo su mandato, como el del ex teniente Luis Segura o Zaida Cantera.
Ante este bagaje, los profesionales de las Fuerzas Armadas celebran el cambio de perfil, aunque Cospedal "no tiene un cheque en blanco", avisa Miquel Peñarroya, de la Asociación de Suboficiales (Asfaspro). "Con Morenés han sido cuatro años perdidos, no se han preocupado nada por nosotros. Cada día se nos exijan más responsabilidades sin dar nada a cambio, pero a estas alturas lo que queremos son hechos y no actitudes", asevera.
"Al personal lo ha dejado a un lado", coincide Juan Carlos Tamame, presidente de la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), también presente en el Coperfas. "Dentro del Ministerio de Defensa también está la política de personal. Deberíamos haber sido casi lo más importante de su ministerio, pero se ha dedicado más a la compra de armamento", lamenta Tamame.
"Su gestión ha sido desastrosa", lamenta Antonio Martínez, de la Asociación de
Militares de Tropa y Marinería: "Ha sido el ministro ausente"
"Sí que le hemos visto pasearse por las misiones internacionales, que es una forma de visualizar mucho el contacto con la gente, pero donde realmente se atienden los problemas de los militares es a través del Coperfas", afirma en este caso Jorge Bravo, presidente de la Asociación Unificada de Militares Españoles (AUME). "La sensiblidad hacia cuestiones de personal ha sido prácticamente nula", confirma.
"Su gestión ha sido desastrosa", lamenta Antonio Martínez, de la Asociación de Militares de Tropa y Marinería (AMTM). "Ha sido el ministro ausente, se ha opuesto a casi todas las iniciativas y reformas de legislación", continúa el presidente de AMTM, con asiento en el Coperfas, que no obstante encuentra motivos para la esperanza: "Gracias a dios todo lo que se debata a partir de ahora no depende solo del PP sino que tendrán que consensuar con otros partidos políticos, aunque el PSOE tampoco está por la labor de hacer mucho, por esa especie de pacto que hay entre ellos de no cambiar nada en Defensa".
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