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Debate Electoral en Madrid Las izquierdas acorralan a Ayuso por su gestión de la sanidad madrileña

La candidata del PP demuestra su falta de sintonía con Vox en el debate de 'Telemadrid'. Las tres izquierdas muestran perfiles distintos durante la contienda televisiva.

Debate Comunidad de Madrid 28M
Las candidatas de Vox, Más Madrid, Podemos-IU, PSOE y PP a la Comunidad de Madrid, Rocío Monasterio, Mónica García, Alejandra Jacinto, Juan Lobato e Isabel Díaz Ayuso. Alberto Ortega / Europa Press

Noche importante, la de este martes, para la campaña electoral madrileña. Por fin Isabel Díaz Ayuso, presidenta autonómica y candidata del PP, se dignaba a debatir con sus principales contrincantes políticos: Mónica García (Más Madrid), Juan Lobato (PSOE), Rocío Monasterio (Vox) y Alejandra Jacinto (Podemos-IU-Alianza Verde). El debate tuvo lugar en Telemadrid, la televisión pública de la región.

Debate muy ideológico en el que se han evidenciado modelos políticos y económicos diferenciados. Una Díaz Ayuso a la defensiva, interpelada constantemente por la líder de la oposición, García, de Más Madrid, y por la candidata morada, Jacinto. Las dos portavoces son sabedoras de que la líder del PP madrileño no es muy buena improvisando, por ello prefería no sentirse "aludida" a las apelaciones directas de sus adversarias de izquierdas. 

Distinta estrategia utilizaba el candidato socialista. Lobato criticaba la gestión del PP pero intentando no plasmar un panorama político, económico y social demasiado negro en Madrid, manteniendo un perfil de gestor que huye de la bronca política. Para Vox, el contexto era complicado, cargar contra Ayuso cuando su futuro pasa por pactar con ella. Por ello, Monasterio prefería dar a la izquierda en sus intervenciones, aunque finalmente ha quedado clara la falta de química entre las representantes de PP y Vox. 

Los partidos habían pactado distribuir el debate en bloques temáticos. El primero de ellos, sobre economía; el segundo, vivienda, uno de los temas estrella de esta campaña municipal y autonómica; el tercero, sobre sanidad, educación y servicios sociales; el cuarto, la integración de Madrid en la arquitectura institucional del Estado español; el quinto versaba sobre el futuro y los posibles pactos políticos de cara a la próxima legislatura. Finalmente, cada interviniente podía usar un minuto para pedir el voto.

Isabel Díaz Ayuso, la rival a batir

La presidenta de la Comunidad de Madrid ha sido la rival a batir por parte de todas las candidaturas, haciendo gala de la primera posición que obtiene en las encuestas, muchas de las cuales le vaticinan incluso una mayoría absoluta. Aunque la del PP no ha entrado en la mayoría de las interpelaciones que le llegaban desde su izquierda, sí que ha aprovechado sus intervenciones para desgajar su ideología. "Votar a ETA, dar las casas a okupas, subir impuestos", así definía a la izquierda al inicio del debate.

"En Madrid fomentamos la cultura del esfuerzo y el trabajo, frente a los de la cultura del subsidio y la dependencia", polemizaba la presidenta, que no ha dudado en alardear de "bajar impuestos". "Casi la mitad de los sueldos se los lleva el Gobierno", repetía el mantra la candidata del PP, que ha llegado a acusar a la izquierda de "crear pobreza para que tenga dependencia". La presidenta se ha mostrado también contundente con Vox, Monasterio sacaba a relucir la cuestión migratoria una y otra vez. "Somos tierra de acogida, aquí no hay charnegos", ha claudicado Ayuso.

Por supuesto que la presidenta autonómica ha guardado hueco para cargar contra Pedro Sánchez, aunque la política estatal no ha logrado el protagonismo esperado en el debate. Del presidente ha asegurado que "
ataca a la corona y la Transición, que pacta con Bildu" y ha situado a Sánchez "contra Madrid, Sánchez odia Madrid y una España unida". Por eso, le ubica como "socio de ETA". 

Sin embargo, Ayuso también ha buscado apelar al votante que está más alejado ideológicamente, ha dicho de Madrid que es "la capital del orgullo", también que "no hay luchas de clase ni de identidades" en este territorio, para pedir "un pacto de los madrileños". Llama la atención la escasa referencia a sus siglas, a su partido, el PP. Tampoco ha hecho demasiados alardes de su gestión al frente de la Comunidad de Madrid durante los últimos seis años. 

Mónica García, acicate de la sanidad pública

La líder de la oposición y candidata de Más Madrid apuraba, desde el primer momento, el debate para interpelar a la presidenta. "A ver si me mira a la cara en algún momento del debate", le afeaba a la líder conservadora, la cual intentaba no entrar al trapo, cuando el programa ya estaba bien avanzado. "Por cierto, se le ve bastante incómoda durante todo el debate", subrayaba García, para debilitar a su rival.

La de Más Madrid, anestesista de profesión, sabe que su fuerte es la sanidad, que es el punto débil del actual Gobierno madrileño. Así, reprochaba la falta de sensibilidad de la presidenta con los médicos, que han protagonizado uno de los conflictos sociales más relevantes de los últimos años en Madrid. Por ello, le reclamaba que devuelva a los profesionales el dinero de las guardias, ha dedicado buena parte de su tiempo a recordar la degradación de la sanidad pública madrileña y también a introducir propuestas, como sobre la salud mental: "La vida duele hoy un 25% más".

Y es que uno de los pilares programáticos de Más Madrid es la sanidad, "repatriar a médicos, enfermeros, pediatras que la señora Ayuso ha expulsado", en palabras de García. Otro tiene que ver con generar un modelo verde de comunidad, mediante la creación de "50.000 empleos verdes con alto valor añadido". El tercero, la vivienda, uno de los ejes de la campaña. La de Más Madrid ha buscado erigirse como "la alternativa a Ayuso", la líder de las izquierdas. Ha protagonizado un choque fuerte con la del PP al afearle que en las residencias de mayores se sirva comida en malas condiciones.

Juan Lobato busca un perfil de gestor

El candidato del PSOE ha buscado confrontar con Ayuso sin subrayar las estridencias, huyendo de la bronca y labrándose un perfil de gestor. Ha intentado hablar de Madrid como un lugar de oportunidades pese a la gestión del PP. "Madrid puede ser un cañón", decía, y repetía que "no se puede conformar con ser la región 32 de Europa, aspiramos a jugar la Champions".

Al igual que García y Jacinto, ha afeado a Ayuso su comportamiento con las familias que han perdido las casas en San Fernando de Henares por las obras del Metro, y ha puesto el foco también en la sanidad y en la educación, recordando a los miles de jóvenes que se han quedado sin plaza en la FP. También se ha mostrado como proclive a los pactos políticos, recordando en varias ocasiones que ha mandado "hasta 24 cartas con propuestas" a Ayuso sin obtener respuestas por ninguna de ellas. 

Además, el socialista ha tenido espacio para defender los impuestos. "Por una rebaja de 30 a 50 euros al año, los madrileños tienen una lista de servicios que pagar". En cuanto a las otras dos izquierdas, ha aprovechado para reivindicarse como presidenciable diciendo que "hay muchos opositores y agitadores en la Comunidad de Madrid". Frente a estos, ofrece un modelo "con experiencia de gestión, sensibilidad y solvencia", poniendo como ejemplo a sus alcaldes.

Rocío Monasterio se obceca con la inmigración

Rocío Monasterio ha sudado para confrontar con Ayuso, de quien ha sido muleta durante buena parte de esta corta legislatura de dos años. Para ello, hacía malabares: "Madrid no es el infierno que nos pinta esta izquierda ni el paraíso que nos cuenta". Ha reclamado "barrios más seguros" y también ha puesto esfuerzo en prometer mejorar la sanidad. 

La candidata de Vox, sin embargo, ha dedicado la mayor parte de sus intervenciones a cargar contra las personas migrantes. Lo hacía contra los menores no acompañados y trayendo al debate la constante relación entre inmigración y delincuencia, lo que hasta la propia Ayuso le ha afeado.

También ha tenido palabras para poner sobre la mesa medidas ultraconservadores contra las leyes LGTBI, contra el aborto, la educación en valores cívicos o contra los sindicatos. Ha tachado a Ayuso de "precursora de Irene Montero con la ley trans en Madrid".

Alejandra Jacinto, bandera del derecho a la vivienda

Alejandra Jacinto llegaba en taxi al debate, tal y como adelantaba Público, pues se negaba a hacerlo en el VTC que facilitaba Telemadrid. La candidata de Podemos-IU-Alianza Verde ha sido la que más ha subido el tono frente a la presidenta madrileña. "Después de 30 años, es necesario un cambio", comenzaba, reclamando: pediatras, psicólogos, tiempo para las mujeres... "Si no tienes más de un millón de euros, no te interesa la propuesta fiscal de Ayuso", explicaba, para prometer "una ambiciosa reforma fiscal para recaudar más de los que más tienen".

Entre otras medidas, también ha propuesto un "Glovo público", al que se puedan acoger restaurantes y tiendas que no sean grandes cadenas o empresas, así como que la sanidad facilite las gafas a quien no se las pueda pagar. Ha criticado en uno de los momentos más tensos del debate que las "residencias ofrezcan comida podrida a nuestros mayores", lo que ha desquiciado a Ayuso.

Sin embargo, los decibelios han subido más todavía cuando Jacinto se ha acercado al pupitre de Ayuso para regalarle el libro de Alberto Reyero, exconsejero del primer Gobierno de la actual presidenta madrileña, Morirán de forma indigna, sobre las personas mayores que fallecieron en las residencias durante la pandemia sin recibir atención hospitalaria en la Comunidad de Madrid. "Tiene que pedir perdón", ha espetado a la líder del PP. 

Jacinto, abogada de la PAH antes de entrar en política, ha levantado la bandera del derecho a la vivienda y se ha comprometido a cumplir con la ley estatal de vivienda si llega al ejecutivo autonómico. Aspira, en el horizonte, a la consecución de un "gobierno de coalición progresista" para llevar a cabo toda una serie de reformas. Y ha afeado a Mónica García que no haya apostado por "la unidad" de las izquierdas.

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