MADRID.- Pablo Iglesias quiere impedir por ley que el próximo presidente del Gobierno pueda emular a Mariano Rajoy dejando vacío su atril en el debate electoral con los candidatos con más posibilidades de llegar a La Moncloa. El debate entre Iglesias, Pedro Sánchez y Albert Rivera en El País ha seguido dando de qué hablar este martes, y el líder del partido morado, al que la mayoría de encuestas sitúan como ganador del encuentro, asegura que fue una victoria de la "ciudadanía", y pide que la "rendición de cuentas" quede regulada por ley.

"Es muy triste que quien aspira a ser presidente del Gobierno no tenga los arrestos que se deben presuponer a cualquier español de bien para dar la cara", afirmaba. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ocupará el lugar de Rajoy en el debate del próximo 7 de diciembre, que organiza Atresmedia, pero Iglesias defendía este martes que "cuando la historia se repite se repite como una farsa", y que el debate más interesante ya ha tenido lugar. "Estaré encantado de debatir con la señora Soraya Sáenz de Santamaría, pero es una tomadura de pelo".

Así se ha expresado este martes el líder de Podemos, durante la presentación de su obra Una nueva Transición, materiales del año del cambio (Akal). "Para pensar necesito escribir, es una manera de ordenar la cabeza", explica. Según sus palabras, el libro es "una compilación de materiales", que recoge tres entrevistas que considera "muy valiosas", así como algunos discursos pronunciados por él mismo este año, además de varias notas a pie de página que contextualizan los textos. "Esos artículos servían para entender Podemos y lo que está pasando en el país", afirmaba.

"El sentido común que representa el 15-M es más poderoso que lo que representó el antifranquismo"

El secretario general del partido morado ha comparecido durante una hora y media para responder preguntas y revelar algunas de las claves de la obra, que ha hilado con la situación de "segunda Transición" que, asegura, está teniendo lugar en el país, y para la que el movimiento 15-M ha servido como espoleta, a su juicio.

Iglesias y el resto de portavoces de Podemos llevan semanas destacando las virtudes de la Transición democrática a pesar de sus limitaciones, y trabajando para resucitar ese espíritu de "consenso" y voluntad de cambio que asocian al periodo en el que España pasó de la dictadura al sistema democrático. Un sistema que hoy consideran herido por la corrupción y la falta de participación ciudadana.

"El 15-M es el inicio de una nueva Transición". "El sentido común que representa el 15-M es más poderoso que lo que representó el antifranquismo", sostenía, antes de afirmar que Podemos "es la mejor expresión política de este movimiento, que va más allá". En esta línea, remontándose al discurso sobre la centralidad que enarbolan desde sus orígenes, el candidato de Podemos a la Presidencia asegura que las fuerzas de izquierdas no han entendido la crisis orgánica que tuvo lugar con el nacimiento del 15-M, "que indicaba que iban a producirse cambios". "El 15-M fue una sorpresa para la izquierda". "La izquierda no entendía al principio el 15-M, porque el 15-M iba más allá de la izquierda", asegura.

Así, Iglesias afirma entender a quienes se sienten identificados con los significantes tradicionales de la izquierda, para destacar la naturaleza "hegemónica" del 15-M, que es "la nueva gramática de la política española". Siguiendo esta idea, el candidato ha reconocido una diferencia "de tono" en el discurso del partido desde que comenzó su andadura en política hasta que ha pasado a verse como "alternativa de gobierno", pero defiende que los cimientos sobre los que se asienta son los mismos.

La "ventana de oportunidad" para el cambio político que considera imparable podría cerrarse tras el 20-D si no logran un buen resultado, por lo que ahora pelean por arañar votos del 20% de españoles indecisos en un escenario en el que, según Iglesias, ya existe una mayoría que desea el cambio.