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La gestión de la sanidad pública se convierte en el azote de Moreno entre manifestaciones y presuntas corruptelas

Las Mareas convocan manifestaciones en las ocho provincias mientras la oposición aprieta con la gestión sanitaria.

Imagen de archivo de una manifestación en Málaga a favor de la sanidad pública.
Imagen de archivo de una manifestación en Málaga a favor de la sanidad pública. Álex Zea / Europa Press

Gastos millonarios sin frutos visibles; dimisiones y ceses; falta de médicos y profesionales; listas de espera excesivas; millonarios contratos a dedo junto con la puerta giratoria del exviceconsejero Miguel Ángel Guzmán, que la oposición pone bajo sospecha y tacha de formas de "corrupción"; la sanidad rural en colapso en algunas comarcas; conflictos de diferente pelaje con los sindicatos; manifestaciones convocadas por las mareas para este domingo en las ocho provincias…

En fin, una crisis, de la que no se atisba una salida pronta, del sistema sanitario público en Andalucía, que se ha convertido en el principal problema político –con el que le azota estos días la oposición– para el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla.

El 10,2% de los andaluces considera, según el último barómetro del Centro de Estudios Andaluces, que el problema número uno de la Comunidad es la sanidad. Esta preocupación solo está por detrás del paro, estructural y endémico en Andalucía, que ocupa prácticamente siempre el primer puesto desde que se hacen estas demoscopias. Cuando Moreno entró en San Telmo lo era para el 6,4% de los andaluces.

"No puede haber ninguna persona fuera del sistema. Debe ser equitativo y sin privilegios, Debe ser accesible, como lo era en los 90. Estoy malo, me ve el médico. Hoy las esperas son escandalosas. El sistema debe ser gratuito en el momento del servicio. Se financia por los presupuestos. Quien más tiene, más soporta el sistema. No hay enfermedades caras ni baratas. En el ámbito rural no se recibe el sistema sanitario. Hay que recuperar el sistema", resume Antonio Vergara, portavoz de las Mareas.

Una –hubo más– de las razones por las que Moreno logró acceder al puesto en enero de 2019 fue precisamente el deterioro de la sanidad durante los últimos años del PSOE. Y el PP andaluz lo sabe bien.

Esta nueva legislatura arrancó plácida, y así ha transcurrido, para el PP en Andalucía, con una mayoría absoluta indiscutible, y con una oposición postrada: Vox neutralizado, sin influencia; el PSOE, con el proyecto agotado, y la izquierda a la gresca.

Pero el tono ha cambiado a falta de semanas para el ecuador de la legislatura. La agresividad que impera en la política nacional se ha trasladado a Andalucía.

El PSOE andaluz ha endurecido su discurso, ha presentado denuncias en la Oficina contra el Fraude y amenaza con llevar a los tribunales los contratos de emergencia efectuados durante la pandemia por el Gobierno andaluz. El discurso, los temas y las maneras de enfocarlos, son más ásperos.

Las mayorías absolutas en Andalucía tienen estas cosas. Sucedió en los años de la hegemonía del PSOE y ha empezado a pasar ahora, cuando el giro a la derecha se ha producido y es el PP el que domina con holgura la escena: la oposición trata de convertir todo en un escándalo supremo, mientras el Gobierno intenta minimizarlo y encapsularlo.

Así, de este modo, el consejero de la Presidencia, Antonio Sanz (PP), ha tratado el tema de la puerta giratoria del exviceconsejero Guzmán. "No precipitemos acontecimientos, vamos a estudiar la situación. Y esto es muy fácil, no hay polémica ninguna: Se trata de que si cumple la ley, es compatible y si no cumple la ley es incompatible; así de fácil, No tiene más trascendencia ni tiene más película, aunque algunos pretendan utilizarlo políticamente", dijo, según recoge Europa Press.

Un recorte de "6.700 millones"

El deterioro de la sanidad en Andalucía tiene hondas raíces. Según las Mareas por la sanidad, que han convocado para este domingo manifestaciones en las ocho provincias andaluzas, comenzó tras la caída de Lehman, en 2008, cuando empezaron los recortes en el sector público. Y hoy, aun con los millones desplegados en el presupuesto de la Junta, no se recupera. "El sistema andaluz no funciona, se ha desmantelado. Es necesaria una jornada de lucha", afirmó este miércoles Antonio Vergara.

"El Gobierno andaluz utiliza muy bien las medias verdades. Aumentan los presupuestos, sí. Pero resulta que han subido también las derivaciones a la privada, así que ese aumento supone una mejora en la privada. Y aumentan también los contratos de un mes. Lo que queremos son plantillas estructurales. Hago 800 contratos de un mes, que en 20 días desaparecen. Son falacias irreales", agrega Vergara.

"No es solo cuestión de poner mas dinero", agrega Marta García, también portavoz de la Marea, "sino de ver en qué se gasta". García pone de ejemplo el gasto en farmacia. El Gobierno andaluz ha terminado con las subastas, un modelo que contenía ese gasto, lo que ahora "supone un aumento exponencial del gasto en farmacia".

Juan Monedero, el tercer portavoz de la Marea que participó en la rueda de prensa de este miércoles manifestó: "Es una falacia lo del aumento de presupuesto. Si [tenemos en cuenta] el IPC, estamos en presupuestos del 2010. Y si además lo gastan mal, menos dinero, aunque haya aumentado [en términos absolutos]. Del recorte de 2008 no nos hemos recuperado".

Entre 2011 y 2018 la sanidad andaluza "sufrió un recorte en su presupuesto de 6.700 millones de euros (que equivale a casi un 70% de su presupuesto anual). Después vino la pandemia, y no hubo inversiones suficientes para hacerle frente", calculan las mareas.

"Los enormes recortes y la pandemia deterioraron profundamente la sanidad. Se bajaron los salarios, se precarizaron los contratos y se empeoraron las condiciones de trabajo, y empezó una fuga de profesionales que no se ha detenido luego porque desde el gobierno no se han tomado las medidas necesarias para detenerla", prosigue el análisis de la Marea por la sanidad.

"Tampoco se han hecho las inversiones necesarias para revertir las consecuencias de los enormes recortes. Lo único que se ha hecho es privatizar y privatizar. La solución no es, no puede ser, que los profesionales vean 80 pacientes para que no haya esperas. Queremos tener una asistencia digna, con tiempo suficiente, y sin demoras. El SAS debe hacer las contrataciones necesarias para que sea posible", remachan.

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