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Feijóo entra en la recta final de la campaña con una inyección de moral en València

"Subidón" interno para el PP tras el mitin de este fin de semana. Podemos también ha celebrado en Madrid su acto central.

Feijóo
Alberto Núñez Feijóo, junto a Carlos Mazón y María José Catalá, entrando este domingo a la Plaza de toros de València. Diego Puerta/PP

Fue cuestión de horas que Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo no se cruzaran este fin de semana en València. Los dos eligieron la ciudad del Turia para sus mítines centrales de campaña y dejaron imágenes (y sensaciones) distintas. Por un lado, un presidente del Gobierno que, con anuncios, trata de girar la discusión política a la sanidad; por otro, un líder de la oposición que logró la inyección de moral que necesitaba a cinco días de que termine la campaña y con todos los territorios en el aire. Lejos queda para los populares "el PP de las mayorías absolutas" que prometió Feijóo al aterrizar en Génova.

Con la polémica por las listas de EH Bildu superada, Sánchez anunció el sábado una partida de 580 millones para mejorar los centros de Atención Primaria. Un intento de meter la sanidad en campaña —un tema que los socialistas creen que hace daño al PP, sobre todo en la Comunidad de Madrid— que completó el domingo con otro anuncio, esta vez desde un acto de campaña del PSOE en Valladolid (Castilla y León): el Consejo de Ministros aprobará el próximo martes una partida de 38,5 millones de euros para impulsar la atención a la salud mental.

La sanidad pública "se defiende todos los días, no solo con anuncios electorales", le respondió la vicepresidenta segunda del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz. La estrategia del líder socialista de marcar el paso de la campaña con anuncios levanta críticas a izquierda y derecha.

Pero esta vez el anuncio no provocó ninguna reacción en un PP que se preparaba para el mitin más importante de toda la campaña. "Aznar y Rajoy me dijeron: Oye, si sois capaces de volver a llenar la Plaza de toros de Valencia, os irá bien", desveló Feijóo nada más subirse al escenario. Lo cierto es que, aún con algún asiento vacío y sin colas para entrar como sucedió en la simbólica convención de Pablo Casado en 2019, consiguieron la imagen que buscaban. "Exitazo", repetían. "Esto a nivel interno es un subidón", aseguraba un miembro de la cúpula del PP.

Objetivo conseguido para Feijóo

Había cierta obsesión en el equipo de Feijóo con poder contrastar la imagen del mitin de Sánchez el sábado con la suya del domingo. Y fue exactamente lo primero que hizo el presidente del PP: "Han visto este lleno, lo están comparando con su acto de ayer y están nerviosos". "Este es el acto que todos los partidos querrían tener y solo lo tiene el PP", presumió el líder popular.

Pero la realidad demoscópica, muy ajustada a siete días de las elecciones, se abrió paso entre la euforia colectiva cuando Feijóo se dirigió por primera vez de forma directa, con nombres propios, a los votantes de Vox, Ciudadanos y PSOE. "Sé que hay votantes liberales y de centro a los que les ilusionó el proyecto de Ciudadanos", dijo; "sé que hay votantes de Vox que desean Gobiernos fuertes y comprometidos en nuestro país", continuó; y terminó, "sé que hay votantes socialistas que les avergüenzan del rumbo de nuestro país y de la utilización fraudulenta de su partido".

Aunque todas las encuestas apuntan a una victoria clara del PP, la izquierda seguiría en condiciones de gobernar el País Valencià por la mínima y por eso tanto Feijóo como Carlos Mazón, su candidato a la presidencia, trasladaron presión a los suyos. "Estamos tocando el cambio con los dedos. Sería una lástima que el cambio se nos fuese entre los dedos, no consolidarlo", dijo Feijóo. Esta sensación de que todo puede pasar en el próximo súper domingo electoral es el único punto de encuentro de populares y socialistas en la recta final de la campaña.

Podemos también celebró este domingo su mitin central. La secretaria general de la formación morada, Ione Belarra, participó en un acto junto a la candidata a la Asamblea, Alejandra Jacinto, y el cabeza de lista al Ayuntamiento de la capital, Roberto Sotomayor. Belarra también tiró de anuncios y se comprometió a limitar la compra de vivienda a los no residentes en zonas tensionadas en todas las comunidades autónomas en las que entren a gobernar. La formación morada, dijo, quiere llevar "hasta las últimas consecuencias" la ley de vivienda y no quedarse solo en limitar al 2% los pisos turísticos.

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