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España deja atrás los ERTE de la pandemia para desplegar los de la reforma laboral

Gobierno y agentes sociales negocian cómo transicionar entre los dos mecanismos. Los sindicatos quieren un proceso gradual y con garantías para que el sistema de protección "no se vea empañado por una transición precipitada" y piden que, si es necesario, se prorrogue el sistema actual para desplegar adecuadamente el que está recogido en la reforma laboral.

28/12/2021 La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y el ministro José Luis Escrivá en la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Consejo de Ministros
La vicepresidenta Yolanda Díaz y el ministro José Luis Escrivá en una imagen de archivo. Juan Carlos Hidalgo / EFE

El 28 de febrero expira el mecanismo actual de ERTE de flexibilidad y estabilización del empleo, la herramienta que se desplegó a mediados de 2020 para hacer frente a la destrucción de puestos de trabajo que venía ligada a la pandemia del coronavirus. Casi dos años y seis prórrogas después, el Gobierno se prepara para dejar atrás este sistema coyuntural para entrar en uno estructural.

En sus seis ampliaciones, los ERTE se han ido modificando para recoger las distintas situaciones que se venían dando (desde el gran parón de la actividad que se dio al principio de la pandemia debido a las restricciones, hasta la recuperación paulatina de los sectores que se vieron más afectados por las circunstancias, como la hostelería).

Todas esas experiencias y aplicaciones a la realidad laboral sirvieron para el diseño de la herramienta que se incluyó en la denominada reforma laboral: el mecanismo RED, que se aprobó junto al resto de medidas en la ajustada votación que tuvo lugar en el Congreso hace apenas unas semanas.

El sistema establece dos tipos de ERTE (basados en la reducción de jornada laboral y, si no es posible, en la suspensión de contratos con un régimen especial de cotización a la Seguridad Social para las empresas, y medidas de protección y formación a los trabajadores): cíclico y sectorial.

El primer mecanismo se aplicaría en contextos de crisis económicas generales, cuando la coyuntura macroeconómica aconseje la necesidad de adoptar medidas para proteger el empleo (la duración máxima es de un año, con la posibilidad de ampliar dos prórrogas de seis meses cada una, previa evaluación de la situación); el segundo mecanismo se desplegaría cuando haya una crisis de un sector concreto, bien por su situación económica o bien porque hay un proceso que obliga a reubicar, formar o recualificar a los trabajadores especializados de un sector (la duración máxima en este caso es de un año).

Ambos mecanismos se activarían previo acuerdo del Consejo de Ministros. En este sentido, el Gobierno debe evaluar si concurren los elementos y las condiciones económicas necesarias para desplegar los ERTE cíclicos o los sectoriales (en ningún caso, recoge el acuerdo, la declaración por parte del Ejecutivo de una situación de crisis en un sector concreto o en la coyuntura económica general puede dar lugar a despidos sin cortapisas en las empresas).

Los nuevos ERTE se activan para las agencias de viajes

Una vez activado el mecanismo a través de un acuerdo del Consejo de Ministros, las empresas que se quieran acoger al mismo deben solicitarlo a la autoridad laboral (en el caso del ERTE sectorial, la solicitud debe adjuntar un plan de recolocación de los trabajadores afectados). En ambas modalidades la formación tendrá carácter obligatorio.

Este jueves el Gobierno, los sindicatos y las patronales han protagonizado la primera reunión del diálogo social para acometer la transición desde los denominados ERTE de pandemia hacia los de la reforma laboral. Para el Ejecutivo, el sistema desplegado en los peores momentos de la pandemia es el buque insignia en la gestión de la crisis económica que provocó el coronavirus y, por ello, quieren que el mecanismo RED se despliegue antes de que expire el actual, en poco más de 10 días.

En esta reunión, Ejecutivo y sindicatos han coincidido en varios elementos: en primer lugar, no prorrogar el mecanismo actual y activar los mecanismos de la reforma laboral recogidos en el Estatuto de los Trabajadores; en segundo lugar, activar el ERTE sectorial del mecanismo RED en las agencias de viajes; y en tercer lugar, garantizar el mantenimiento del nivel de prestaciones en los ERTE por fuerza mayor que se mantengan.

Pese a estas coincidencias, en CCOO no cierran del todo la puerta a que el mecanismo de los ERTE de pandemia se pueda prorrogar más allá del 28 de febrero si eso permite una transición más garantista entre los dos sistemas.

"Se hace necesario pactar la transición desde los mecanismos COVID a los ordinarios, de tal forma que no haya vacíos ni disminución de la protección social. Dicho tránsito puede darse bien prorrogando el ASDE (el mecanismo actual) más allá del 28 de febrero o bien complementando la protección con los mecanismos habituales para una adecuada transición", apuntan desde el sindicato.

"Para CCOO resulta imprescindible que el final de unas políticas (las de los ertes covid, los mecanismos de protección o el diálogo social) que han demostrado su éxito no se vean empañados por una transición precipitada. En ese sentido, mantener los niveles de cobertura y protección social resulta imprescindible ante la definitiva recuperación de la normalidad en la mayoría de sectores, así como los que sean necesarios de refuerzo en aquellos sectores especialmente afectados por problemas que pudieran tornarse en estructurales", añaden.

Está previsto que haya una nueva reunión del diálogo social el lunes de la próxima semana, y Gobierno y agentes sociales tratarán de tener un acuerdo en los días siguientes.

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