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Elecciones Madrid Las elecciones de Madrid son unas autonómicas muy generales

La implicación del presidente, el desembarco de Iglesias y la estrategia de Ayuso, que ha ejercido durante la pandemia de referencia de la oposición a Sánchez enmarcan unos comicios que decidirán el futuro de Ciudadanos el próximo 4 de mayo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ofrecen una rueda de prensa tras su reunión en la sede de la Presidencia regional, en Madrid (España), a 21 de septiembre de 2020. El objeto de la cit
Pedro Sánchez e Isabel Díaz Ayuso, hace unos meses. J. Hellín. POOL / Europa Press

Las elecciones del próximo 4 de mayo en Madrid, además de elegir la Asamblea de la que saldrá el próximo Gobierno autonómico, en manos del PP desde el año 1995, van a influir, de uno u otro modo, en el devenir político del país de los próximos tiempos. 

Los comicios están completamente polarizados en el eje ideológico –izquierda y derecha, como se pudo comprobar en fechas recientes en Vallecas– y tienen un aire de elecciones generales, según sociólogos y politólogos consultados por Público, debido a varios factores, sobre todo uno fundamental: la implicación en la campaña del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que por momentos ha eclipsado a su candidato, Ángel Gabilondo, acompañado por el órdago del exvicepresidente, Pablo Iglesias, que es el candidato de Unidas Podemos.

"Sánchez ha caído en el marco de Isabel Díaz Ayuso: Madrid contra el Gobierno y las medidas que está adoptando", analiza Gabriela Ortega, coordinadora del centro internacional de gobierno y marketing político (Cigmap). 

"Madrid se juega su Gobierno y estas elecciones son objetivamente unas elecciones locales, pero es verdad que hay una lectura de las mismas que tocan por distintos flancos la gobernabilidad del Estado", afirma Imanol Zubero,  sociólogo y profesor de la Universidad del País Vasco.

"Los politólogos nunca mezclamos arenas electorales, hablamos de las Españas electorales, porque las Comunidades Autónomas son muy paradójicas, cada una tiene sus elementos y características concretas. En ese sentido, Madrid no es distinta y tiene dinámicas de votación diferentes. Sin embargo, son unas elecciones especiales por el momento en que llegan, porque Madrid ha sido díscola en lo que afecta a la gestión de la pandemia y por la implicación de un [ex]vicepresidente y de un presidente en la campaña", afirma José Rama, profesor en el departamento de Economía Política en el King's College de Londres.

Berta Barbet, doctora en Ciencias Políticas investigadora en la Universidad Autónoma de Barcelona, coincide con este análisis: "Tienen carácter de generales porque la mayoría del poder mediático está en Madrid y, por tanto, da la sensación de que lo que pasa ahí se mezcla, y también porque el Gobierno se ha implicado mucho en estas elecciones. Es lo único por lo que tienen un aire de generales: en términos de dinámicas, Madrid es electoralmente bastante distinta de unas generales y por eso podemos sacar pocas conclusiones en ese sentido".

De momento, en su feudo tradicional, Ayuso, la presidenta que convocó por sorpresa las elecciones al atisbar una ventana por la que fagocitar a Ciudadanos después de la fracasada moción de censura en Murcia, va en cabeza. Las encuestas pronostican que sumará una mayoría absoluta con Vox y que la izquierda, una vez más, se quedará a las puertas de recuperar el Gobierno de una Comunidad del que fue desalojada en 1995.

Lo que sigue son algunas de las claves de lo que está en juego y lo que se dirime en estos comicios.

Las relaciones entre PP y Vox y el liderazgo de Casado

Madrid, más allá del vodevil murciano, si las encuestas aciertan y Ciudadanos no logra entrar en la Asamblea –se necesita un mínimo de un 5%–, va a ser un banco de pruebas para la derecha y la ultraderecha. Las relaciones entre PP y Vox es uno de los asuntos centrales: ¿Cómo se van a configurar? ¿El blanqueamiento de la ultraderecha iniciado en Andalucía llevará dos años después a montar el primer gobierno de coalición entre ambos partidos?

El día de la moción de censura que presentó Santiago Abascal contra Sánchez, el presidente del PP, Pablo Casado, pareció marcar distancias con Vox. Sin embargo, Ayuso y Rocío Monasterio, la candidata ultra, del núcleo duro de Abascal, llevan rumbo, al mismo tiempo, de colisión y de entendimiento.

"Casado se juega mucho, una derrota puede herirle de muerte", afirma Manuel Pérez Yruela, profesor de Investigación de Sociología en el Instituto de Estudios Sociales Avanzados, IESA/CSIC, que también fue portavoz del Gobierno andaluz durante un corto lapso mientras José Antonio Griñán (PSOE) fue presidente.

"Madrid, que ha sido un laboratorio de las políticas de la derecha, es ahora una especie de campo de pruebas para la futura derecha española. Parece que Vox se va a ver afectado porque Ayuso ha entrado en sus espacios y el declive de Ciudadanos es evidente. Casado está utilizando las elecciones de Madrid como un pulso al Gobierno", afirma Zubero. Ayuso se ha erigido de hecho durante la pandemia en la principal oposición al presidente Sánchez y las elecciones tienen también un punto de convalidación de la gestión de la presidenta.

"Internamente, para el PP puede marcar una senda. Si hay el primer gobierno de coalición hay que ver cómo reacciona el PP. Ayuso es una apuesta personal de Casado; es el barón más importante del PP y está cerca de la mayoría absoluta", asegura Rama.

Al igual que el experimento iniciado en Andalucía de un Gobierno de coalición de PP y Ciudadanos con los apoyos externos de Vox se replicó luego en Madrid y Murcia, el camino que abra Ayuso, ¿podría exportarse, de dar las mayorías, a otros lugares?

Para Barbet, los equlibrios de PP y Vox en Madrid son diferentes a los que existen en otras zonas del país. "Incluso si el PP entra mucho en el espacio de Vox, no tiene por qué suceder esto en unas generales, ese equilibrio Vox-PP es menos extrapolable [a otros lugares] en los que el PP tiene un carácter menos populista, y un Vox distinto, con menos voto de clase alta".

La polarización y ¿la desaparición de Ciudadanos?

Estos comicios, según coinciden todos los analistas consultados, podrían ser el final de Ciudadanos, si no supera el umbral del 5% de los votos, necesario para entrar en la Asamblea. El marco en el que se producen estas elecciones, de severa polarización, no favorece el voto moderado. Inés Arrimadas ha cambiado al candidato, que ha pasado de ser Ignacio Aguado a Edmundo Bal, estrecho colaborador de la presidenta del partido y que tiene un perfil propio.

"La pandemia ha tenido mucho que ver en la polarización. Hay mucha gente muy encabronada con la gestión de la pandemia. En estas condiciones la gente va a contemporizar poco, la gente no va a penar que lo mejor para el negocio es que no haya lío", reflexiona Zubero.

"Si el PP entra en el espacio de Cs y [provoca] que este desaparezca, puede pasar [también] en otras partes de España", abuda Barbet.

"Ciudadanos parece que da coletazos hacia atrás, sigue en esa desecalada o abandono de cuadros importantes. Son elecciones polarizadas, no se ganan con medidas sensatas o moderadas", analiza Rama.

Pérez Yruela lo tiene claro: "El escenario va a ser el de la desaparición de Ciudadanos".

Ortega sí le da alguna posibilidad a Ciudadanos: "A Ciudadanos le falta pocos votos para entrar. En el momento en que entra se desbarata todo no solo a nivel local sino a nivel nacional. Dentro de la Comunidad de Madrid podría sacarlos si no hay absentismo. Siempre a Ciudadanos le han dado menos de lo que dan los resultados. Podría haber una sorpresa y desajustar todo el escenario".

La baraka de Sánchez y el candidato Gabilondo

Ángel Gabilondo, el candidato del PSOE, es una rara avis en esta campaña. En una autopista en la que todo el mundo va a toda velocidad y en la que la líquida actualidad convierte la política, en ocasiones, en pura tramoya, en un salir del paso como sea, un tipo como él aparece como alguien extraño, como si viajara con las ventanillas bajadas embutido en un Seat 600.

"Espero con poca esperanza que en la campaña se hable más de los problemas reales de Madrid y de lo que aportan los distintos programas para resolverlos. Pero al final todo seguirá siendo más lucha por el poder que lucha auténtica por qué Madrid y el país mejoren, que mucha falta nos hace. Hacen falta reformas que de verdad ataquen la raíz de los problemas (reformismo radical progresista) y no continuar con las políticas de siempre que hasta ahora no los han resuelto", analiza Yruela.

Ayuso, desde luego, tiene claro, según los analistas consultados, que su adversario no es Gabilondo, sino Sánchez. "Ayuso no interpela con el resto de ponentes, sino directamente con el presidente", dice Rama. En esta estrategia, la pandemia ocupa un lugar capital.

"Aquí hay un relato, que el Gobierno de Sánchez se juega algo en Madrid. Un modelo de intervención durante la pandemia. Ayuso ha marcado perfil propio. El anuncio de que el 9 de mayo no se va a prorrogar, es un anuncio para no marcar demasiadas diferencias con Ayuso. Tras las elecciones, si los datos son relativamente malos, cabe la posibilidad de que sea una estrategia electoral. Ese discurso de la libertad está conectando con importantes sectores de la sociedad española", afirma Zubero.

Ortega abunda: "[La idea de que Sánchez se juega algo] ¿Eso qué implica? Implica que la campaña influye en las decisiones: si se amplía el estado de alarma, va a depender de que beneficie o no".

Prosigue Zubero: "Se decía de Zapatero, pero Sánchez tiene baraka. Es un superviviente, tiene una inteligencia contextual evidente. Parece que le sonríen los astros. [De obtener éxito en Madrid], casi sería la primera gran victoria del PSOE de Sánchez, después de tanto tiempo. Perder sería su primera gran derrota. Saldrá muy fortalecido, incluso con un buen resultado, y si Gabilondo llega a gobernar el PSOE se constituiría en monarquía o imperio. En su hoja de servicios está que él sale adelante, pero tampoco tiene grandísimos éxitos", agrega Zubero.

Para el sociólogo vasco, Gabilondo a veces parece hacer un papel parecido al del tercer boxeador en un famoso sketch de Tricicle. "Son unas elecciones muy clásicas, ideológicas. Todos los debates nos están llevando a ese terreno clásico de izquierdas y derechas. Si subes al ring te tienes que poner los guantes de boxear. Gabilondo no tiene ese perfil. Si vas con melindres de impuestos, es que has perdido. Me viene a la cabeza el combate de boxeo entre tres de Tricicle, en el que el tercer boxeador no levanta las manos".

El órdago de Iglesias y la candidata Mónica García

La decisión del ya exvicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, de meter un órdago en Madrid, ¿le dará a la izquierda la oportunidad de recuperar un gobierno que se les escapa desde hace 30 años? Las encuestas, de momento, dicen que no, pero siempre hay tiempo y existe la incógnita de qué harán los votantes más jóvenes y los barrios obreros. ¿Logrará Iglesias motivarlos a salir a votar? "Me cuesta ver que vaya a tener la clave de la gobernabilidad", afirma Barbet.

Otra incógnita que deja la decisión de Iglesias es si tendrá alguna consecuencia sobre la gobernabilidad del país. Para los analistas consultados, la respuesta es que no. "La facilitará dentro del Gobierno. Parece que las cosas podrían ir mejor bajo el liderazgo de Yolanda Díaz", afirma Barbet.

Zubero coincide: "Podemos tiene una figura muy potente, la ministra Yolanda Díaz. Poner en crisis un gobierno porque la cosa de Madrid haya fracasado, no se va a hacer".

"En Madrid hay espacio para Podemos. El voto a Podemos ha ido siempre para abajo desde 2015. Hay un desgaste a nivel de liderazgo y perfil de elector, que es diferente al de hoy, hoy es el socio de gobierno de Sánchez. Al ver ese cambio y ver que internamente le pedían un ajuste en el partido, [Iglesias] va a su feudo", analiza Rama.

La candidata de Más Madrid, Mónica García, acumula un perfil propio. "Evidencia un liderazgo que no depende del personalismo del partido", afirma Ortega. "García se está configurando como una líder de oposición y que va a luchar el espacio de Iglesias", añade.

Para la politóloga, García tiene una gran debilidad, que no se la conoce, pero considera que la campaña la están haciendo muy bien, porque al ser una desconocida, se puede moldear el mensaje. "Puedes meter competencias que le pueden fortalecer y, en ese sentido, lo están haciendo en la campaña muy bien. En ese dilema entre socialismo y libertad, entre economía y sanidad, está obteniendo el apoyo de los sanitarios, de la gente vinculada a la salud".

La politóloga añade que en la campaña "se ha hablado de tres cuestiones: la pandemia en el sentido económico; la sanidad, ¿qué pasaría si es que Ayuso revalida? y la experiencia de gestión de los candidatos". En uno de esos temas, la fortaleza de García es evidente. 

Ortega lanza una advertencia, al ser el día de votación un martes, en lugar del tradicional domingo. "Ojo con el voto joven". "El votante que ese día no tendrá clases y que puede ir a votar y que se dejaría el mensaje más emocional. Más Madrid está intentando meter ese tema para llevarse ese voto joven". 

Para Rama, el resultado de Más Madrid se circunscribirá a Madrid: "Es el partido nacionalista de Madrid. Cuando son generales, se ha visto con Íñigo Errejón".

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