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El cuñado de Rajoy calla sobre su contrato

La Xunta del PP lo fichó como alto cargo pese a su pobre currículum // El Parlamento gallego investiga ahora su gestión

PANCHO TRISTÁN

Una carta de nueve líneas y un currículum de un folio fueron toda la documentación que Manuel Fernández Balboa envió para solicitar el cargo de director económico- financiero de la Fundación Cidade da Cultura, una entidad pública que gestionaría recursos millonarios. Es la misma economía expresiva que el cuñado de Mariano Rajoy utiliza al firmar: garabatea las iniciales MFB, Manuel Fernández Balboa. Pero esa escueta comunicación le bastó para lograr el puesto que perseguía, con un contrato de alta dirección y un salario de 47.000 euros al año.

Cuando se postuló para alto cargo de la Cidade da Cultura, Fernández Balboa tenía 29 años de edad, una formación académica que incluía un máster MBA, y un bagaje profesional propio de un mileurista: un contrato como becario en una entidad financiera y un paso fugaz –y sobre el que no aportó las fechas concretas– por la delegación provincial de una constructora.

Pobre informática

MFB salpicaba su currículo con referencias a unos conocimientos de informática que nunca harían felices a los comerciales de Microsoft. Defendía su manejo del Windows 95 en el año 2001, pasando por alto tres actualizaciones básicas del sistema. Por algún motivo, Fernández Balboa sabía que estaban buscando un director económico-financiero para la Fundación Cidade da Cultura. Y ese motivo, hasta ahora desconocido, es una de las preguntas que ayer no respondió.

Sentado ante la comisión de investigación del Parlamento gallego sobre la Cidade, MFB no aportó la información que le pidieron acerca de su acceso al cargo. “Es evidente que usted tuvo acceso a información que los demás no tenían”, sostuvo el socialista Xaquín Fernández Leiceaga. “Hay otros perfiles mejores para ocupar ese puesto”, le recordó desde el BNG Carlos Aymerich.

Fernández Balboa solicitó el puesto cuatro días después de que arrancasen los trámites administrativos para su creación. Lo consiguió. En 2005, tras el cambio de Gobierno en Galicia, decidió dejarlo. Argumentó que no había la “confianza” necesaria para seguir en un cargo “político”.

Su época como gestor económico coincidió con los años en los que se iniciaron las obras. El proyecto, que contemplaba la remoción de todo un monte, iba a costar 108 millones de euros. El Consello de Contas avisó la semana pasada, al presentar su estudio de 2004 de la fundación, de que el monto de las obras no bajará de los 373 millones.

Se aplicó el control preciso

Ayer le recordaron a MFB las desviaciones presupuestarias, que debía haber controlado. Hubo también interrogantes sobre el modelo de gestión del proyecto y los controles económicos, también bajo su responsabilidad. Él se limitó a explicar que se habían aplicado los procedimientos correctos de control interno e información económica. Con la misma concisión con la que traza sus iniciales al firmar.

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