Este artículo se publicó hace 9 años.
Podemos remonta en los sondeos al consolidar más de 4 millones de votos y C's supera al PSOE con 5,3 millones
El partido de Iglesias alcanza los 51 escaños, mientras PSOE y Ciudadanos empatan a 75, según la nueva estimación del Observatorio Continuo de Jaime Miquel para 'Público', que toma en cuenta la matriz completa del último Barómetro Preelectoral del CIS. El PP pierde la confianza de 4,2 millones que le votaron en 2011 y se queda en 118 diputados.
Carlos Enrique Bayo
-Actualizado a
Podemos vaticinaba una "remontada" en cuanto hiciese fichajes estrella y cerrase alianzas territoriales con figuras del cambio, y así ha sido. Al convertirse en una formación plurinacional –confluyendo con la catalana En Comú, la valenciana Compromís y la gallega En Marea–, el partido de los círculos ha consolidado su base electoral, con casi 4,2 millones de votos, y ha superado el medio centenar de escaños (51) previstos en el próximo Congreso de los Diputados, con lo que empieza a acercarse a los puestos de cabeza.
Al mismo tiempo, Ciudadanos continúa su ascenso imparable y afianza su sorpasso del PSOE al superar los 5,3 millones de votos, aunque sólo empata en escaños (75 cada uno). Por descontado, todo esto se debe al hundimiento del bipartidismo, que deviene catastrófico para los socialistas (ya con sólo 4,7 millones de votantes) y supone el descalabro de la mayoría del PP, puesto que pierde a casi cuatro de cada diez electores que le dieron su confianza en 2011, para quedar en torno a los 6,7 millones.
Todo esto se deduce de las estimaciones del gabinete Jaime Miquel y Asociados, elaboradas para Público mediante un desk research que pondera las tablas de los barómetros del CIS (incluido el último preelectoral del 3 de diciembre) y las fichas técnicas de las quince principales encuestas recientes, evaluando también los antecedentes electorales de este año y efectuando un tracking constante de toda la demoscopia publicada, lo que permite pronosticar hasta el número de votantes para cada partido, asignando también a los que siguen manifestándose indecisos.
Tal como se visualiza en este gráfico, el próximo Congreso de los Diputados certificará el fin del bipartidismo que ha regido España desde la Transición y que se reflejaba en una composición de la Cámara Baja totalmente dominada por PP y PSOE. Ya no cabe duda de que el fenómeno se inició con el 15-M y las Mareas ciudadanas, pero en estos cuatro largos años la evolución política española también ha sido marcada por otra caducidad: la de la Constitución del 78, incapaz de ajustarse a la nueva realidad social y carente de la flexibilidad precisa para encajar a las nacionalidades históricas.
Así que el espacio Podemos parece destinado a sustituir al PSOE (aunque probablemente ya después del 20-D) como primera fuerza progresista y federal de la España plurinacional, al reemplazar paulatinamente en Catalunya al PSC –al que ya supera por más de dos puntos, 17,6% a 15,3%–; al PSPV en el País Valencià –donde también le saca más de dos puntos: 22,1% a 18%–; en Galicia al PSdeG –al que ha dejado cuatro puntos y medio por detrás, 18,4% a 13,9%–; y al PSN en Navarra –con una ventaja de más de cinco puntos, 17,9% a 12,5%, según las estimaciones de JM&A–.
Sólo en Euskadi sigue la formación de Pablo Iglesias por detrás del PSE-EE (12,7% a 15,4%) en tanto no alcanza alianzas con fuerzas nacionalistas. No obstante, el partido morado también supera ya al PSOE en importantes bastiones socialistas, como Aragón (donde le saca dos puntos y medio, 19% a 16,5%) o Madrid (exactamente igual: 19% a 16,5%). Únicamente en Andalucía siguen fuertes los socialistas, y aun así son superados mínimamente en esta ocasión por el PP (28,1% a 26,7%).
Ciudadanos arrasa en Catalunya, quedando el primero en votos, aunque no en número de escaños, algo que no tiene precedentes
Aunque, por supuesto, el fenómeno meteórico de esta campaña electoral es Ciudadanos, que incluso gana en porcentaje al PP en Madrid (28,1% a 27%) y prácticamente le iguala en Aragón (25,5% a 25,7%). Además, el partido antinacionalista de Albert Rivera arrasa en Catalunya, derrotando incluso a las formaciones independentistas por separado, pese a que su primer lugar en votos (20,6%) no le da la victoria en escaños –Democràcia i Llibertat (exCDC) le gana por uno– porque cuenta con muy poco apoyo en el medio rural. Un fenómeno sin precedentes en unas generales en Catalunya.
Aun así, todavía queda toda la campaña por delante y –por ejemplo– Ada Colau es una auténtica locomotora de movilización ciudadana y podría darle la vuelta a la tortilla en Catalunya.
En cuanto a las circunscripciones, Ciudadanos supera al PP en la suma de escaños (28 a 25) de las cinco provincias más pobladas de España –Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Alicante–, donde también Podemos suma más diputados que el PSOE (23 a 20). En cambio, ocurre exactamente lo contrario en cinco de las provincias menos populosas –Teruel, La Rioja, Burgos, Zaragoza y Badajoz–, donde el bipartidismo gana a los dos emergentes por un total de 17 a 7 escaños. Es decir, las grandes urbes quieren el cambio (por un total de 51 a 45 escaños).
El desglose territorial de las previsiones de JM&A –por comunidades, para facilitar la comprensión, aunque queda claro que las circunscripciones son provinciales– es el siguiente (pasando el cursor sobre las barras aparecen los números de escaños):
2,8 millones de votantes del PP se van a Ciudadanos y 1,75 millones socialistas huyen hacia Podemos
Son las transferencias de votos –para las que este Observatorio Continuo de JM&A adjudica a los indecisos en función de variables demoscópicas– las que realmente muestran el irreversible declive de los dos dinosaurios de la política española. Tanto PP como PSOE sufren una sangría masiva de votos hacia sus rivales naturales –2,8 millones de votantes conservadores se van a C's y 1,75 millones socialistas huyen hacia Podemos–, lógicamente, pero también se desangran por otras vías.
El PP pierde a 700.000 votantes desencantados que emigran a la abstención, igual que les ocurre a otros 600.000 del PSOE. Al mismo tiempo, a este último se le escapan otros tantos hacia Ciudadanos, partido que incluso atrae a más de 90.000 electores que escogieron la papeleta de Izquierda Unida en 2011. Aunque, por supuesto, es Podemos el que más se aprovecha de la desbandada de seguidores de IU: casi 800.000 de ellos se trasladan a la morada de Iglesias y la recién renombrada Unidad Popular sólo obtendría el solitario escaño de Alberto Garzón por Madrid, según los cálculos de Jaime Miquel.
Al final de todos estos trasvases, el partido de Mariano Rajoy se queda con el núcleo duro de sus 6 millones de votantes, en su mayor parte mayores de 50 años y residentes en pequeñas circunscripciones, tras perder en sólo un mandato la confianza de 4,2 millones de los españoles que le votaron hace cuatro años.
El panorama de transferencias de electores que se aprecia en este gráfico interactivo (pasando el cursor se muestran los números de votantes) refuerza, pues, los argumentos que avalan la hipótesis de que acaba un largo ciclo político en España y nace una nueva era multipartidista y plurinacional. Sin embargo, el vertiginoso ascenso de Ciudadanos, en gran parte como consecuencia del órdago independentista en Catalunya, crea un elemento distorsionador que hace imposible predecir el signo del próximo Gobierno.
Sólo el veto de la CUP a la investidura de Artur Mas ha postergado una evolución de acontecimientos en Catalunya que sin duda tendrá consecuencias sísmicas en el conjunto del electorado español. Un mero aplazamiento del debate constitucional que será la clave de bóveda de nuestro inmediato futuro político.
En cualquier caso, está bien claro que nada volverá a ser igual, tras el 20-D, en la política (plurinacional) española.
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